Cultura
Bienal de San Pablo: respuestas creativas a cuestiones urgentes
La muestra de arte contemporáneo más importante del hemisferio sur es un éxito de crítica y público. El Malba prestó dos de sus obras. Continúa hasta el 10 de diciembre.
‘Coreografías de lo imposible’ es el título dado a la presente edición de esta cumbre de las artes plásticas.
Por Lili Maghen
San Pablo - Especial
Con éxito de público y de la crítica se viene desarrollando la tradicional Bienal de San Pablo, considerada la mayor muestra de arte contemporáneo de hemisferio sur, en esta ocasión titulada ‘Coreografías de lo imposible’, una propuesta que apunta a “la práctica de trabajar secuencias de movimientos a través del tiempo y el espacio generando múltiples y nuevas formas, imágenes y posibilidades a pesar de toda inviabilidad y negación”, según han expresado sus organizadores. Con esta, su 35° edición, que finalizará el 10 de diciembre, está considerada la segunda bienal más antigua del mundo detrás de la de Venecia, en la cual 121 artistas exponen 1.100 obras. La exposición está firmada por el colectivo de curadores que integran Diane Lima, Grada Kilomba, Helio Menezes y Manuel Borja-Villel. Se realiza en los 30.000 metros cuadrados del pabellón Ciccillo Matarazzo, diseñado por el célebre Oscar Niemeyer.
A través de sus obras, los participantes cruzan fronteras y exponen sobre la violencia, las desigualdades en las sociedades y la imposibilidad de vivir la libertad en plenitud. Dos obras del artista cubano Wifredo Lam, ‘La mañana verde’ y ‘Omi Obini’, fueron prestadas por el coleccionista argentino Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), quien viajó especialmente para la inauguración.
ARTISTAS
Entre la inmensa cantidad de propuestas de la Bienal de San Pablo se incluye la de Inaicyra Falcao; las litografías de José Guadalupe Posada, que juegan con la muerte, y la investigación sobre danza que realiza Luiz de Abreu, donde el artista expone experiencias de racismo. La representación española expone obras de Elena Asins y de Jorge Ribalta. La madera tallada del filipino Kidlat Tahimik, de 80 años, busca reivindicar las historias locales frente a las referencias de Occidente.
Una maravilla desarrollada por artistas que, desde su mirada personal, procuran tener respuestas creativas a cuestiones urgentes que en mayor o menor medida sufre toda la humanidad. Se puede acceder en forma libre y gratuita.
San Pablo - Especial
Con éxito de público y de la crítica se viene desarrollando la tradicional Bienal de San Pablo, considerada la mayor muestra de arte contemporáneo de hemisferio sur, en esta ocasión titulada ‘Coreografías de lo imposible’, una propuesta que apunta a “la práctica de trabajar secuencias de movimientos a través del tiempo y el espacio generando múltiples y nuevas formas, imágenes y posibilidades a pesar de toda inviabilidad y negación”, según han expresado sus organizadores. Con esta, su 35° edición, que finalizará el 10 de diciembre, está considerada la segunda bienal más antigua del mundo detrás de la de Venecia, en la cual 121 artistas exponen 1.100 obras. La exposición está firmada por el colectivo de curadores que integran Diane Lima, Grada Kilomba, Helio Menezes y Manuel Borja-Villel. Se realiza en los 30.000 metros cuadrados del pabellón Ciccillo Matarazzo, diseñado por el célebre Oscar Niemeyer.
A través de sus obras, los participantes cruzan fronteras y exponen sobre la violencia, las desigualdades en las sociedades y la imposibilidad de vivir la libertad en plenitud. Dos obras del artista cubano Wifredo Lam, ‘La mañana verde’ y ‘Omi Obini’, fueron prestadas por el coleccionista argentino Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), quien viajó especialmente para la inauguración.
ARTISTAS
Entre la inmensa cantidad de propuestas de la Bienal de San Pablo se incluye la de Inaicyra Falcao; las litografías de José Guadalupe Posada, que juegan con la muerte, y la investigación sobre danza que realiza Luiz de Abreu, donde el artista expone experiencias de racismo. La representación española expone obras de Elena Asins y de Jorge Ribalta. La madera tallada del filipino Kidlat Tahimik, de 80 años, busca reivindicar las historias locales frente a las referencias de Occidente.
Una maravilla desarrollada por artistas que, desde su mirada personal, procuran tener respuestas creativas a cuestiones urgentes que en mayor o menor medida sufre toda la humanidad. Se puede acceder en forma libre y gratuita.