Si hiciésemos una lista de grandes escritoras argentinas del siglo XX, estarían sin duda, Victoria Ocampo, Silvina Bullrich, Marta Lynch y una intelectual de la que nos ocuparemos hoy: Beatriz Guido.
Nacio en Rosario un 13 de diciembre de 1924 y murió en Madrid, un 4 de marzo de 1988. Tenía solamente 63 años.
En su última etapa había sido designada en un cargo diplomático: agregada cultural en la embajada argentina en España, tarea que ejercía en el momento que un derrame cerebral le quitó la vida.
Quizá su excesivo dinamismo acortó su existencia. Pero también le permitió dejar una obra literaria tan extensa como valiosa.
Fue la escritora argentina de la que nuestro cine más se nutrió. Numerosas películas argentinas se basaron en sus libros. Tenía sólo 30 años cuando escribió su primer obra importante. Se llamó “La Casa del Ángel”.
Tres años después, un gran director cinematográfico argentino -Leopoldo Torre Nilsson, que posteriormente sería su esposo- basado en ese libro, filma la película de igual título: “La Casa del Ángel”. En la que actúan, entre otros. Lautaro Murúa y Elsa Daniel. Es el comienzo de una relación artística y humana entre el director y la escritora.
Torre Nilsson filma varias películas, cuyos argumentos pertenecen a obras de Beatriz Guido. Entre ellas “La Caída”, también con Lautaro Murúa. Actuan además, Duilio Marzio y asómbrense Sres. oyentes, también trabaja la locutora Pinky.
Aún no se han casado cuando Torre Nilsson filma su libro “Fin de Fiesta”, con Arturo García Buhr, Graciela Borges y Leonardo Favio.
Y llega para los dos, la consagración plena. Se han casado teniendo ambos 35 años en 1959.
A principios de 1961, Beatriz Guido termina un libro que titula “La Mano en la Trampa”, una historia apasionante de un secuestro en una pequeña ciudad provinciana.
Torre Nilsson le dice a su esposa: -En unos meses se realizará en Francia el festival cinematográfico de Cannes. Haré en 90 días la película y algo me dice que obtendremos el premio a la mejor película.
Y agregaba el director: -Empeñaremos nuestro patrimonio. Hipotecaremos nuestra vivienda, pero debo hacer esta película. Siento un impulso interior, que me dice que ganaremos.
-Estoy contigo, le respondió Beatriz. Soy tu esposa y admiradora. ¡Adelante!.
Antes que comenzara el citado festival, en junio de ese año 1961, se estrenó en Buenos Aires “La Mano en la Trampa”. Las crónicas de los diarios argentinos fueron realmente conceptuosas.
Protagonizaba el film un gran actor español: Francisco Rabal. Y también actuaron Elsa Daniel, Leonardo Favio, y María Rosa Gallo.
Y llega el festival de Cannes. Ni Beatriz ni Leopoldo pueden dormir la noche anterior al fallo de los jurados.
La película ya había recibido cálidos y fervorosos aplausos del público francés. También las críticas habían sido favorables. En la sala se hizo un silencio expectante.
El locutor anunció: -¡El primer premio corresponde a la película argentina “La Mano en la Trampa”!. Invito al Director Torre Nilsson y a la Escritora Beatriz Guido, a acercarse al escenario.
Demoraron largos minutos en subir. Lágrimas de felicidad les impedía incluso levantarse de sus butacas. Posteriormente se filmaron otras películas, basadas en libros de Beatriz Guido.
Otro talentoso director argentino, Fernando Ayala, filmó también una película sobre un libro de Beatriz: “Paula Cautiva”, con Susana Freire y Orestes Caviglia. En esta película cubre un pequeño papel nada menos que Astor Piazzola.
La escritora obtuvo en 1982 el Premio Nacional de Literatura por su obra “Apasionados”. Ya hacía 4 años que Torre Nilsson había fallecido. Tenía sólo 54 años. Este hecho fue un quiebre en la vida de la escritora. Sintió muy adentro uno de esos dolores para los que las lágrimas no alcanzan.
Ella lo sobrevivió casi 10 años. Pero hay muertes que matan, incluso a los que sobreviven.
Y un aforismo final para esta figura de las letras argentinas, que fue Beatriz Guido: “En muertes cercanas, vamos muriendo”.
Nacio en Rosario un 13 de diciembre de 1924 y murió en Madrid, un 4 de marzo de 1988. Tenía solamente 63 años.
En su última etapa había sido designada en un cargo diplomático: agregada cultural en la embajada argentina en España, tarea que ejercía en el momento que un derrame cerebral le quitó la vida.
Quizá su excesivo dinamismo acortó su existencia. Pero también le permitió dejar una obra literaria tan extensa como valiosa.
Fue la escritora argentina de la que nuestro cine más se nutrió. Numerosas películas argentinas se basaron en sus libros. Tenía sólo 30 años cuando escribió su primer obra importante. Se llamó “La Casa del Ángel”.
Tres años después, un gran director cinematográfico argentino -Leopoldo Torre Nilsson, que posteriormente sería su esposo- basado en ese libro, filma la película de igual título: “La Casa del Ángel”. En la que actúan, entre otros. Lautaro Murúa y Elsa Daniel. Es el comienzo de una relación artística y humana entre el director y la escritora.
Torre Nilsson filma varias películas, cuyos argumentos pertenecen a obras de Beatriz Guido. Entre ellas “La Caída”, también con Lautaro Murúa. Actuan además, Duilio Marzio y asómbrense Sres. oyentes, también trabaja la locutora Pinky.
Aún no se han casado cuando Torre Nilsson filma su libro “Fin de Fiesta”, con Arturo García Buhr, Graciela Borges y Leonardo Favio.
Y llega para los dos, la consagración plena. Se han casado teniendo ambos 35 años en 1959.
A principios de 1961, Beatriz Guido termina un libro que titula “La Mano en la Trampa”, una historia apasionante de un secuestro en una pequeña ciudad provinciana.
Torre Nilsson le dice a su esposa: -En unos meses se realizará en Francia el festival cinematográfico de Cannes. Haré en 90 días la película y algo me dice que obtendremos el premio a la mejor película.
Y agregaba el director: -Empeñaremos nuestro patrimonio. Hipotecaremos nuestra vivienda, pero debo hacer esta película. Siento un impulso interior, que me dice que ganaremos.
-Estoy contigo, le respondió Beatriz. Soy tu esposa y admiradora. ¡Adelante!.
Antes que comenzara el citado festival, en junio de ese año 1961, se estrenó en Buenos Aires “La Mano en la Trampa”. Las crónicas de los diarios argentinos fueron realmente conceptuosas.
Protagonizaba el film un gran actor español: Francisco Rabal. Y también actuaron Elsa Daniel, Leonardo Favio, y María Rosa Gallo.
Y llega el festival de Cannes. Ni Beatriz ni Leopoldo pueden dormir la noche anterior al fallo de los jurados.
La película ya había recibido cálidos y fervorosos aplausos del público francés. También las críticas habían sido favorables. En la sala se hizo un silencio expectante.
El locutor anunció: -¡El primer premio corresponde a la película argentina “La Mano en la Trampa”!. Invito al Director Torre Nilsson y a la Escritora Beatriz Guido, a acercarse al escenario.
Demoraron largos minutos en subir. Lágrimas de felicidad les impedía incluso levantarse de sus butacas. Posteriormente se filmaron otras películas, basadas en libros de Beatriz Guido.
Otro talentoso director argentino, Fernando Ayala, filmó también una película sobre un libro de Beatriz: “Paula Cautiva”, con Susana Freire y Orestes Caviglia. En esta película cubre un pequeño papel nada menos que Astor Piazzola.
La escritora obtuvo en 1982 el Premio Nacional de Literatura por su obra “Apasionados”. Ya hacía 4 años que Torre Nilsson había fallecido. Tenía sólo 54 años. Este hecho fue un quiebre en la vida de la escritora. Sintió muy adentro uno de esos dolores para los que las lágrimas no alcanzan.
Ella lo sobrevivió casi 10 años. Pero hay muertes que matan, incluso a los que sobreviven.
Y un aforismo final para esta figura de las letras argentinas, que fue Beatriz Guido: “En muertes cercanas, vamos muriendo”.