LIRICA. ‘El holandés errante’ en el Teatro Avenida

Atípico revival porteño de una temprana creación de Wagner


‘El holandés errante’, ópera de Richard Wagner. Dirección: Helge Dorsch. Regie: Emilio Urdapilleta. Con: solistas, coro y orquesta del Opera Festival Buenos Aires. El sábado 18 en el teatro Avenida.


 

 

Días atrás nos ocupábamos en estas columnas de la motivación de difundir la ópera a través de entidades independientes, con aquella expresión off Colón, como se las calificaba en sus primeras apariciones. Lo cierto es que entidades aún supervivientes y otras desparecidas han comulgado en esas intenciones, y esta vez toca que nos ocupemos de la asociación independiente bautizada como Opera Festival Buenos Aires, creada por la soprano compatriota y de formación también europea, Graciela de Gyldenfeldt.

En esta oportunidad, en el escenario del teatro Avenida, que hace años había presentado también esta ópera por parte de Juventus Lyrica, se brindó -tras varios lustros de su última representación en el Colón- la cuarta de las óperas de Richard Wagner, ‘El holandés errante’ (‘Der fliegende hollander’) que viera su estreno en Dresde en 1842 , también conocida como ‘El buque fantasma’, que fue en rigor su titulo original y cuya inspiración estuvo asociada a la obra poética del romántico alemán Heinrich Heine.

Por cierto, este temprano título del gran compositor, que llegara a nuestra ciudad en 1887 al teatro Politeama. entró en el actual Colón recién en los años treinta con la batuta de Fritz Busch y desde entonces tuvo ocho temporadas, siendo la última de recordada polémica por el enfoque escénico.

Por eso este revival porteño fue un esfuerzo estimable contando en el Avenida con la segura dirección del maestro germano Helge Dorsch (que estuviera convocado el año pasado por la misma entidad) y con una simple puesta e iluminación de Emilio Urdapilleta y una escueta escenografía, poco representativa si cabe, de Mariela Daga, autora también del sintético vestuario. Se trató, pues, de una versión sobre todo musical a cargo de Dorsch, de estimable esfuerzo y mérito, habida cuenta de las características del repertorio wagneriano.

DIGNA Y CORRECTA

Unos cuarenta músicos convocados para el orgánico orquestal y una treintena de coreutas dirigidos por Damián Roger acompañaron a los solistas vocales, que mantuvieron la esmerada preparación de Lucia Zicos para entregar una versión digna y correcta que desde el vamos fue ajustándose y creciendo hasta el final.

Por cierto que la Senta de Graciela de Gyldenfeldt tuvo su momento de mayor compromiso y lucimiento en su aria y el extenso y conocido dúo con El Holandés, a cargo de Leonardo Estévez, que meritoriamente compuso el personaje que da título a la ópera, en tanto el Daland (marino y padre de Senta) de Walter Schwarz y otros papeles de flanco como Rodrigo Olmedo (Erik, el cazador) y Laura Domínguez (la nodriza), o el timonel de Darío Leoncini cumplieron con la evocación de ese Wagner temprano en su trayectoria.

En suma, un revival atípico en cuanto a entidades que no sea el propio Colón, y que tuvo sin duda la valentía de recrear esa etapa temprana de romanticismo del genio alemán, con dignidad y respeto.

Calificación: Bueno