Los compositores vivos duplicaron su presencia en la última década

Asoma un cambio de época en las grandes salas de música clásica

El estadounidense John Williams encabeza una nómina en la que aparecen cada vez más mujeres. La creciente familiarización con la creación musical hace que los melómanos les pierdan el miedo a las nuevas partituras.

Por Marina Estévez Torreblanca

Desde Madrid - EFE

La música clásica contemporánea ha duplicado su presencia en los auditorios del mundo en una década, con varios compositores latinoamericanos entre los cien más programados en 2023: los mexicanos Gabriela Ortiz (puesto 28) y Arturo Márquez (34); la cubana Tania León (47) y el peruano Jimmy López Bellido (69).

"Lo que llamamos en inglés 'pale, male and stale' (hombre, pálido y mustio) simplemente no es atractivo para el público más joven", explican los editores de la web especializada británica Bachtrack, que muestran que del total de la música clásica programada en el mundo en 2013, un 6 por ciento era de creación actual, un porcentaje que subió al 14 por ciento en 2023.

En la lista, encabezada por el estadounidense John Williams, aparece solo un español, Benet Casablancas, que comparte el puesto 69 con López Bellido. Pese a esta transformación, el sector sigue masivamente dominado por Mozart, Beethoven, Bach, Brahms y Schubert, fallecidos pero que continúan siendo los cinco compositores más escuchados.

Casablancas (España, 1956), explica que la creciente familiarización con la creación musical de hoy permite que los melómanos "pierdan el miedo y puedan disfrutarla y abrirse a vivir nuevas sensaciones y emociones, y que ello se haga extensivo a nuevos públicos, generaciones y capas sociales".
Para que composiciones más novedosas se abran paso, a su juicio juegan un papel muy importante las residencias, en las que instituciones y organismos proporcionan a los artistas un entorno propicio para la creación y difusión. "Solo con la familiarización puede venir el enamoramiento de la música de creación actual", detalla el artista, quien también menciona los encargos de obras entre los elementos que funcionan para que los melómanos puedan descubrir "nuevos mundos".

INDIGNANTE

Como remarca el director artístico del Teatro Real de Madrid, Joan Matabosch, los programadores juegan también un papel fundamental: "El teatro tiene que jugar un papel muy activo", remarca, porque "esto no pasa por sí solo, pasa porque el teatro hace los deberes de poco a poco abrirse a estéticas y compositores nuevos".

"Todas las óperas de la historia, incluso las que ahora nos parecen más clásicas, hubo un momento en que fueron nuevas, provocaron un choque y a veces incluso indignación". Así, relata cómo ‘Rigoletto’, de Verdi, fue recibido en La Fenice de Venecia en 1851 como "una auténtica agresión en contra de la honorabilidad de la institución" y un ministro de Cultura español desaconsejó entonces su programación en el Real.

Ahora, el autor de ‘La Traviata’ es un compositor previsible y tradicional y domina -seguido por Puccini y Mozart- las óperas más representadas en 2023, que apenas han cambiado desde 2013.

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Según Bachtrack, que el año pasado analizó 31.309 conciertos, óperas y espectáculos de danza en el mundo, otros elementos que explican esta tendencia son la reivindicación por una mayor igualdad de género, nacionalidad o raza.

"Si nos basamos en nuestras conversaciones con personas de la industria, concluimos que, como resultado de una mayor conciencia, la música clásica necesita llegar más lejos de lo que ya sabe y hace si quiere encontrar nuevas audiencias y sobrevivir", afirma la británica Jo Johnson, parte del equipo directivo de la revista.

Así, remarca, "lo que llamamos en inglés 'pale, male and stale' (hombre pálido y mustio) simplemente no es atractivo para el público más joven, mucho más consciente. Quieren ver y escuchar a personas que reflejen la sociedad actual".

Tendencias que se reflejan sobre todo en España, pero también en lugares como Reino Unido, donde ha subido del 6 al 15 por ciento en diez años, y Estados Unidos, el país donde más se programa, del 7,5 al 20 por ciento.

Aunque no hay un registro étnico de los compositores, sí lo hay del género, y las mujeres lideran este incremento. De este modo, en 2023, 22 de los 200 compositores más interpretados (de todos los períodos) eran mujeres, frente a solo dos en 2013. Entre los cien primeros vivos, 36 de los más interpretados el año pasado eran mujeres, contra 11 en 2013.

Las más interpretadas fueron Sofia Gubaidulina, Caroline Shaw, Unsuk Chin y Anna Clyne -en el top 10- mientras que Kaija Saariaho (que murió a mediados de 2023), Jesse Montgomery y Anna Thorvaldsdottir las siguen de cerca en el top 20. En 2013 no había ninguna mujer entre las veinte primeras.

También las directoras son ahora más numerosas: un 11 por ciento de los conciertos estuvieron en sus manos. Elim Chan, la directora con más compromisos en las salas de conciertos en 2023, ocupa el puesto 25. Comparte espacio en el top 100 con otras trece colegas, lo que supone un avance sustancial desde hace una década cuando figuraban cuatro.

Eso sí: de las 102 orquestas cuyos eventos se han incluido, solo siete tienen directoras en puestos de director principal o director musical.
"No hay ninguna razón física o intelectual en la dirección de orquesta para que no se consiga la ansiada igualdad", señala Lucía Marín, que debuta en esta temporada de ópera de Bilbao ABAO, convirtiéndose en la primera directora española y la tercera mujer que lo hace en sus 70 años de historia.
Para Marín, el de la música clásica "es un mundo cerrado", pero existe "una corriente creciente para acercar la música clásica a la gente" a través de la entrada de obras nuevas que revitalicen la programación.