Asado del centro y vacío del mejor

Con la mirada curiosa y detallista de Sebastián Valles, sentado en la cabecera, hace pocas semanas se ofreció un almuerzo para la prensa en su parrilla, ‘La Dorita’.

El espacio, pionero en la zona -nació hace 21 años-, se destaca por el cuidado en el producto -impecable el vacío-. También por cierto aire a cantina con sus muchas lucecitas y guirnaldas -por momentos dándole un espíritu quizá medio asiático al conjunto-. Los cuadros de artistas como Marcos López, Leonel Luna y Facundo de Zuviría le otorgan el toque "argento" que lo vuelven más reconocible y familiar.

El anfitrión resalta que las achuras y cortes de carne se cocinan a la leña del quebracho y que se trata de novillos pesados son criados en 90 % de pastura.

Aparecen sobre la mesa chorizo de puro cerdo, morcilla, asado del centro de 6 costillas, bife de chorizo y ojo de bife, con guarniciones clásicas, como papas fritas, puré y ensaladas varias.

A tono con los tiempos, las opciones vegetarianas también forman parte de la carta y hay parrillada supercompleta de vegetales, los bocaditos de acelga con mayonesa de sriracha o la tortilla de papas con corazón de provolone estacionado.

Como postre, se destaca el panqueque de dulce de leche Chimbote, o el delicioso flan casero. Al final, se hace una demostración in situ de la preparación del riquísimo tiramisú.

Familiar, cercana y con gran calidad en los platos. Así es ‘La Dorita’, la primera de Palermo, que no por casualidad consiguió mantenerse a través de tantos años.