Arte que logró vencer a la muerte

Se estrena ‘El Káiser de la Atlántida’, sobre la ópera escrita en el gueto de Terezin. Sus autores, Viktor Ullman y Peter Kien, prisioneros en la República Checa, murieron finalmente en Auschwitz. El director argentino Sebastián Alfie retomó la historia y la llevó al cine. Se estrena este jueves.

Es original en su temática. Rica en la utilización de recursos en su estructura y profundamente emocional desde el punto de vista del espectador. La película ’El Kaiser de la Atlántida’ reúne estas características. Coproducción española-argentina-checa-holandesa apoyada por el Incaa (Rosinante, su productor local), se estrena esta semana. Con ella, su director, recién llegado al país, Sebastian Alfie, recibió doce premios internacionales, el último aquí en Buenos Aires, en el Festival Internacional de Cine Político (Ficip).

LA HISTORIA
Confirmar que el arte derrota a la muerte es lo que uno piensa al saber la historia de Viktor Ullman y su ópera ‘El Kaiser de la Atlántida’, con libreto del poeta Peter Kien. Prisioneros en Terezin, campo de concentración de elevada población de artistas, que los nazis quisieron presentar como modelo ante la Cruz Roja Internacional, ambos murieron en Auschwitz luego de crear obras musicales y literarias para el gueto. Habla el director.
-¿Cuándo y por qué se fue de la Argentina? -Me fui en 2001 en medio de la crisis, por una oportunidad de trabajo que surgió en España, para ir a filmar allí. Ambas situaciones coincidieron en el tiempo y me ayudaron a tomar la decisión, que medité bastante ya que nos fuimos la familia completa, mi mujer y mis dos hijas. -Se formó cinematográficamente con José Martínez Suárez. ¿Qué podría decir de su herencia pedagógica cuando filmó ‘El Káiser de la Atlántida’?
-La herencia está y puede notarse en varios aspectos. El Maestro siempre decía que una película tiene que ser "necesaria" y en ese sentido lo es, por tres razones.
Cuenta una historia desconocida, de coraje y resistencia, que intentó ser borrada por los nazis. Es un mensaje pacifista en un momento en el que el mundo está sumido -de nuevo- en una guerra en Europa. Y por último, nos advierte sobre los peligros del fascismo, ahora que la ultraderecha está resurgiendo peligrosamente.
Otro aspecto que José trabajaba mucho es la música y, en este caso, es un personaje más. No sólo la música de Ullmann, el compositor de la ópera, sino la del gran Alex Nante, creada especialmente para nosotros. Por último, José nos enseñaba que el equipo tiene que ponerse la camiseta de la película y en ‘El Kaiser...’ todos lo hicieron, desde los directores de fotografía, productores y editores, hasta los asistentes. Un verdadero trabajo en equipo, en el estilo que él nos inculcó. Por suerte, él conoció el proyecto y pude mostrarle un montaje en proceso, que le agradó y sobre el que me dio unas notas muy útiles. Como ve, una película muy Martínez Suárez...Sólo nos faltó poner la banderita de Racing.

PUNTO DE PARTIDA
-¿Cómo surge la idea de hacer un documental como ‘El Kaiser de la Atlántida’?

-Vi la ópera en el Teatro Colón y me llamó la atención que la historia (una ópera creada en un campo de concentración) no fuera más conocida. Si bien yo no había trabajado con la música, sí había tocado el tema del artista que tiene que superar obstáculos casi imposibles. En ‘Gabor’, mi protagonista es un director de fotografía ciego, que vuelve a filmar sin ver. ‘Asociación Argentina de Actores’ es sobre un actor sin trabajo que maneja un taxi y va cambiando de personaje según el pasajero que le toca. En este caso, el hecho de componer en un lugar tan terrible como un campo de concentración me pareció un punto de partida perfecto para seguir tocando el tema. -¿Cuántos años llevó el proyecto y qué países incluyó?
-Siete años. Dos de investigación, dos de rodaje, uno de pandemia, dos de montaje y postproducción. Rodamos en Nueva York, Amsterdam, Madrid y, por supuesto, en el campo de concentración de Terezin en República Checa, un lugar realmente espeluznante. Es un pueblo que en su momento fue ocupado por los nazis y convertido en campo de concentración. Hoy en día ha vuelto a ser un lugar habitado, ocupado por quienes quieren vivir cerca de Praga sin pagar alquileres caros. Pasan por alto el hecho de que sus casas sirvieron como centro de detención de prisioneros que vivían hacinados hasta en los altillos. El lugar está muy poco museizado y fuimos los primeros en rodar en varios sitios de alto valor histórico. Es como si los pobladores locales quisieran olvidar la historia y mirar para otro lado.
También utilizamos documentales, como la película nazi ‘Hitler regala un pueblo a los judíos’, que de manera perversa intenta contar al mundo la historia falsa de que Terezin era poco menos que un spa. Es el único documento fílmico de un campo de concentración en funcionamiento y otro ejemplo de la propaganda nazi.

ANIMACION
-¿Cómo se decide a incluir pasajes de animación?

-Ya había usado esa técnica en ‘Gabor’ y me resulta muy útil, sobre todo para evitar las cabezas parlantes y mover la historia hacia adelante. La técnica es carboncillo sobre papeles gastados, la misma técnica que usaron los prisioneros para algunos dibujos que se conservan sobre Terezin.
-¿Quién creó las historias de los fragmentos animados, la fisonomía de los personajes y la música que acompaña esas secuencias?
-Lo hizo Golem, un excelente estudio de animación. Estas secuencias acompañan la ópera de Ullmann, ya que necesitaba contar de qué se trataban estos pasajes musicales y la animación me permitió hacerlo de forma muy eficiente. En esas animaciones aparece La Muerte, un personaje que me encanta ya que, al revés de lo que suele ocurrir, en este caso es el bueno de la película y un tipo realmente encantador.
-¿Qué espera de este documental?
-Espero que en Buenos Aires tenga la misma recepción que tiene en otros lugares: la gente sale del cine emocionada. A pesar de ser un tema duro, es una historia que tiene un trasfondo muy optimista, con una gran cuota de humor judío. El arte, como herramienta para vencer dificultades y la valentía son las grandes enseñanzas que nos deja Viktor Ullmann. Darlas a conocer en una película es un verdadero privilegio.