Acuarelas porteñas

Arquitecto Luis Miguel Morea, un pionero en la preocupación por el medio ambiente

Era un católico práctico, que renovaba sus fuerzas en la Eucaristía. Iba a misa todos los días en la iglesia de las Esclavas, frente a la plaza Vicente López.

El 24 de abril de 2021 se cumplieron cien años del nacimiento del arquitecto y urbanista Luis M. Morea, que tuvo una larga militancia en la democracia cristiana argentina y fue un pionero en la preocupación por el medio ambiente que hoy impregna tan fuertemente a la sociedad.­

Por el trabajo que hizo sobre el programa de impacto ambiental de las obras de infraestructura en el proyecto hidroeléctrico de Salto Grande la Unión Internacional de Arquitectos le otorgó en 1981 el Premio Internacional Sir Patrick Abercombrie, entregado en El Cairo.­

Fue uno de los fundadores del Instituto de Vivienda de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y fue asesor en temas de vivienda y planeamiento urbano del Ministerio de Economía de la Nación (1973-1974) y de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano (1974-1975).­

A lo largo de los años fue autor de diversas presentaciones al Poder Ejecutivo y al Congreso de la Nación con proposiciones para instaurar una política nacional de planificación física y vivienda (en 1955, 1956, 1958, 1964, 1973). Era experto en vivienda, planeamiento de ciudades y ordenamiento ambiental.­

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DEMOCRISTIANOS­

En 1973 el Partido Popular Cristiano formó parte del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), que ganó las elecciones de 1973, y ubicó a dos figuras salientes en puestos de primer nivel en el gobierno (José Antonio Allende, presidente provisional del Senado, segundo en la sucesión presidencial, y Salvador Busacca vicepresidente de la Cámara de Diputados).­

Los equipos técnicos democristianos de estudio que formaba y coordinaba Morea lograron interesar entonces al presidente Juan Domingo Perón en la creación de una secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano. En 1973 la doctora en Química Yolanda Ortiz, especializada en toxicología, fue la primera secretaria de Estado del área, no ya de la Argentina, sino la primera en conducir esa materia en ese alto nivel de decisión gubernamental en toda América latina Se encontraba inserta dentro del Ministerio de Economía, y las áreas de Parques Nacionales, de Minería y de Recursos Hídricos pasaron a formar parte de esa nueva cartera. Yolanda Ortiz -que falleció a los 94 años el 22 de junio de 2019- formaba parte de esos equipos de la democracia cristiana que coordinaba e impulsaba Morea.­

En el Partido Demócrata Cristiano (PDC) Morea fue fundador del partido en la provincia de Buenos Aires en 1955, miembro de la junta ejecutiva provincial en 1956 y entre 1957 y 1960 integró la Junta Nacional. En 1958 fue vicepresidente 2° del Partido en el orden nacional (siendo presidente el abogado José Antonio Allende, de Córdoba, y vicepresidente 1º el químico José A. Catottogio, de La Plata). Vale mencionar que en ese año el PDC tenía cierta significación al obtener con casi 300.000 votos el 3,47% de los votos para la presidencia con la fórmula Lucas Ayarragaray-Horacio Sueldo. Ocupó el tercer lugar, superando a socialistas, conservadores, demócratas progresistas y varios otros partidos, aunque detrás, muy lejos, de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), que tuvo el 49,9%, y la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), que logró el 31,43%.­

Pero en la Capital Federal el Partido Demócrata Cristiano alcanzó ese mismo año un porcentaje mayor: el 5,5% de todos los sufragios (incluidos los votos en blanco). El año anterior, en todo el país, el PDC había tenido 420.606 votos (el 6,43% de todo el país) en las elecciones para la asamblea constituyente de Santa Fe de 1957, para la que obtuvo nueve delegados.­

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BELLAS ARTES­

­Reconocido especialista en vivienda y en planeamiento urbano, Morea se incorporó en 1987 como miembro de número a la Academia Nacional de Bellas Artes, en el sitial 15 Alejandro Bustillo. Se había graduado de arquitecto en 1945 en la Universidad de Buenos Aires (UBA) con diploma de honor.­

En 1946 se incorporó al estudio que habían iniciado a principios del siglo XX en Buenos Aires los arquitectos franceses Louis Dubois (fallecido en 1916) y Pablo Pater, autor del proyecto del Palacio Ortiz Basualdo (que luego sería la embajada de Francia), estudio al que se asoció en 1927 su tío Alberto Morea (ingeniero por la UBA, luego graduado de arquitecto en la École des Beaux Arts de París). Pater se jubilaría en 1949 y fallecería en 1966, y Alberto continuaría trabajando con su sobrino Luis hasta su fallecimiento en 1975. En 1976 Luis Morea formaría un nuevo estudio con Guillermo y Roberto Mérega, Celia Ursini y Enrique Monaldi, con quienes trabajó hasta su retiro, por razones de salud, en 1990.­

En el plano de la arquitectura privada Luis Morea realizó obras significativas, como el proyecto y dirección del local de las grandes tiendas Casa TIA, en pleno centro de la ciudad de Rosario, obra que fue premiada en el VII Congreso Panamericano de Arquitectura realizado en La Habana en 1950. ­

También proyectó, junto con su tío Alberto, la enorme torre de 102 unidades (entre departamentos y locales comerciales), distribuidas en planta baja, 21 pisos y dos subsuelos, que se levanta en la esquina de Talcahuano y Marcelo T. de Alvear. En esa obra planteó de manera innovadora el sistema de viviendas dúplex, con ascensores con paradas cada tres pisos y acceso a cada departamento por un pasillo lateral abierto que asegura la ventilación. Incluyó murales de Miguel Ocampo, José Antonio Fernández Muro y Enio Iommi. El escritor Isidoro Blastein, que vivió allí, la calificó como "una casa hecha con inteligencia en un lugar que supo ser hermoso''. Esa obra obtuvo en 1956 el Primer Premio a la Edificación Privada otorgado por la Municipalidad de Buenos Aires y fue premiada en la IV Bienal del Museo de Arte Moderno de San Pablo, Brasil, en 1957. Este edificio se estudia en la Facultad de Arquitectura de la UBA como la Torre Morea

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OTRA OBRA­

­Otra obra de grandes dimensiones que encaró su estudio fue la torre levantada en la esquina de Aráoz y Salguero, construida entre 1959 y 1963, y que recibió el Segundo Premio a la Edificación Privada en 1964. También proyectó y dirigió Morea la refacción del Consulado General de Italia y del Teatro Coliseo, en la calle Marcelo T. de Alvear, lo que le valió recibir el título de Cavaliere de la República Italiana.

Encaró asimismo un proyecto muy original al planear en un estilo moderno la iglesia parroquial de Junín, provincia de Buenos Aires, y experimentó con prototipos de prefabricación de viviendas de interés social. Con Oscar Molinos y otros colegas realizó diseños para barrios de viviendas que testimoniaron la búsqueda de propuestas cooperativas y sistemas sociales de esfuerzo propio y ayuda mutua. ­

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TAREA GREMIAL­

­Desarrolló una activa tarea gremial en la Sociedad Central de Arquitectos, de la cual fue vicepresidente. Fue jurado en concursos y organizador de congresos. Integró el Colegio de jurados y asesores de la Sociedad Central de Arquitectos entre 1957 y 1985. Y fue jurado internacional al realizarse en 1969 en Buenos Aires el X Congreso Mundial de la Unión Internacional de Arquitectos. Escribió en la revista Summa, de la Facultad de Arquitectura de la UBA.

Ejerció la docencia y la investigación en las universidades nacionales de Buenos Aires y Córdoba, y en la Universidad Católica de la ciudad mediterránea.

Morea integraba el consejo directivo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, elegido en representación de los graduados junto con los arquitectos Federico Ortiz y Ramón Gutiérrez por una agrupación independiente, pero los tres eran demócratas cristianos. Esos tres votos fueron decisivos para la elección como rector en 1965 del ingeniero Hilario Fernández Long, que era decano de Ingeniería y vicerrector de la Universidad, y era sostenido por la Liga Humanista y otros sectores.

En una primera instancia, ellos tres habían apoyado la candidatura a rector del jurista cordobés Pedro J. Frías, pero en la última votación se inclinaron por Fernández Long, que ganó la elección justamente por tres votos al candidato de los reformistas, el doctor Rolando Víctor García, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Morea y sus dos colegas renunciaron al producirse la intervención a la Universidad en 1966.­

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RECONOCIMIENTOS­

Fue miembro de la Academia del Plata, institución fundada en 1879 en conexión con el Colegio del Salvador, que reúne a intelectuales de distintas áreas del saber con el fin de promover todas las manifestaciones de las ciencias, las letras y las artes que den testimonio del pensamiento católico en la vida cultural argentina.

La Universidad Católica de La Plata le otorgó el doctorado honoris causa en Arquitectura. En 1983 recibió el premio Luis V. Migone, otorgado por la Academia Nacional de Ingeniería. ­

Y en 2012, casi una década después de su fallecimiento, un libro patrocinado por la Embajada de Francia y la Alianza Francesa exaltaría la relevancia del estudio que integró: Louis Dubois-Pablo Pater, Alberto y Luis Morea. De la École des Beaux Arts al movimiento moderno. Un siglo de arquitectura en la Argentina 1890-1990. Incluyendo entre las fotos de la tapa una de la propia embajada y otra de la monumental torre de Talcahuano y Marcelo T. de Alvear. ­

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UN REFERENTE­

­En 1956 Morea organizó los equipos de vivienda del Partido Demócrata Cristiano, donde se nuclearon profesionales talentosos como Jorge E. Hardoy, Marcelo Salas, Juan y Carlos Ramos Mejía, Enrique Lanús, Alberto Ricur y Oscar Molinos.­

El arquitecto Ramón Gutiérrez, de reconocida trayectoria en el estudio del patrimonio arquitectónico nacional, ha señalado que "en el tema de la vivienda Morea se convirtió en un referente nacional, aportando ideas y propuestas en muy diversos niveles, desde obras de conjuntos como el Barrio Juan XXIII que realizó en 1964 junto a Oscar Molinos, hasta proyectos de cooperativas para Casa Amarilla y creación de modelos para vivienda prefabricada liviana (Paneles Novomur)''.­

Habiendo podido tratarlo en un plano profesional y de amistad, Gutiérrez, que es miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes, en una semblanza publicada en marzo de 2021 en la página de esa corporación, afirmó que ``recordar a Luis Morea es una forma de repensar las mejores manifestaciones de un ser humano: su insuperable capacidad de afecto, la honestidad intelectual, la coherencia espiritual y la conducta profesional''.

Recordándolo a fines de 2021, Gutiérrez nos dijo que era un hombre de conducta íntegra, sensato, que evitaba los conflictos y las discusiones estériles, con sentido de unidad y participación, afrontando los problemas con seriedad técnica y política. 

Ricardo Parera, historiador de la democracia cristiana en el país, recuerda que Morea admiraba los planteos del dominico y economista francés Louis-Joseph Lebret O.P. (1897-1966), quien desde 1941 impulsó en su país un centro de investigación de Economía y Humanismo. Y se contactó con él a través de su colega arquitecto uruguayo Juan Pablo Terra, que llevó a Lebret invitado a exponer en Montevideo.­

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TENISTA DE PRIMERA­

­Luis era hermano de Enrique Morea, primera figura del tenis nacional durante muchos años. Él también fue un tenista destacado, reconocido por su caballerosidad y corrección en el deporte. Formado en el Tenis Club Argentino, en 1945 ganó uno de los cuatro campeonatos más representativos del país: el Ciudad de Buenos Aires. Integró equipos argentinos en campeonatos sudamericanos en 1947, 1949 y 1950. Ese último año fue finalista en dobles en el torneo de la República. En 1952 estuvo a punto de integrar la delegación argentina para la Copa Davis, y fue injustamente desplazado, según corrobora el historiador del tenis en la Argentina Roberto Andersen. Dejó entonces la práctica competitiva del deporte para volcarse más a atender a sus obligaciones familiares y profesionales.

Casado con Mercedes Sansot tuvo siete hijos -Mercedes, Luis, María Teresa, Cecilia, Ana María, Pablo y Magdalena- y trabajó con dedicación para sacar adelante una familia numerosa, al tiempo que atendía su responsabilidad cívica y la participación en los asuntos públicos. Motivado siempre por una fuerte impronta espiritual.

Era un católico práctico, que renovaba sus fuerzas en la Eucaristía. Iba a misa todos los días en la iglesia de las Esclavas, frente a la plaza Vicente López, en la calle Montevideo, a una cuadra de donde vivía.

A los 68 años se le detectó el mal de Alzheimer, que lo fue afectando progresivamente en los últimos años.

Luis M. Morea falleció en Buenos Aires el 11 de noviembre de 2003.­