Apuntan a las vacunas covid como una posible causa del exceso de muertes

Entre 2020 y 2022 hubo 3 millones de fallecimientos más que lo habitual en 47 países. Investigadores de los Países Bajos alertan a líderes gubernamentales y responsables políticos sobre la necesidad de investigar las causas subyacentes del persistente exceso de mortalidad.

El exceso de mortalidad se ha mantenido elevado en el mundo occidental durante tres años consecutivos a partir de la declaración de la pandemia de covid-19, en marzo de 2020, a pesar de la aplicación de medidas de contención y las vacunas contra esta enfermedad. “Este hecho no tiene precedentes y suscita una gran preocupación”, alertan investigadores neerlandeses de la Vrije Universiteit, en Amsterdam, Países Bajos, en un estudio publicado el lunes último en BMJ Public Health.
De la investigación, que exploró el exceso de mortalidad por todas las causas en 47 países del mundo occidental desde 2020 hasta 2022, se desprende que el número total de muertes excedentes fue de 3.098.456
“Durante 2021, cuando no sólo se utilizaron medidas de contención sino también vacunas covid-19 para hacer frente a la propagación del virus y la infección, se registró el mayor número de muertes en exceso: 1.256 942”, enfatizan los autores del estudio, quienes agregan que “durante 2022, cuando se anularon la mayoría de las medidas de mitigación y se mantuvieron las vacunas covid-19, los datos preliminares disponibles contabilizan 808.392 muertes excedentes”. En tanto, durante 2020, que estuvo marcado por la pandemia de covid-19 y el inicio de las medidas de mitigación, hubo que lamentar 1.033.122 muertes excedentes. 
Asimismo, detallan que el exceso de mortalidad se registró en el 87% de los países en 2020, en el 89% de los países en 2021 y en el 91% de los países en 2022.
Según precisan los investigadores de la universidad neerlandesa, el “exceso de mortalidad” se evalúa como la desviación entre el número notificado de defunciones en un país durante una determinada semana o mes en 2020 hasta 2022 y el número previsto o proyectado de defunciones en un país para ese periodo en condiciones normales. “Para la base de referencia de las defunciones previstas, se utilizó el modelo de estimación de Karlinsky y Kobak. Este modelo de regresión lineal utiliza datos históricos de defunciones en un país desde 2015 hasta 2019 y tiene en cuenta la variación estacional de la mortalidad y las tendencias interanuales debidas a cambios en la estructura de la población o a factores socioeconómicos”, puntualizan.

MEDIDAS PERJUDICIALES

En su análisis, los autores del estudio recuerdan que a partir de la declaración de la pandemia de covid, los países del mundo occidental aplicaron rápidamente medidas de contención (como cierres de empresas, cierre de escuelas, distanciamiento físico, restricciones de viaje, cierre de negocios, toques de queda y cuarentenas con rastreo de contactos) para limitar la propagación del virus y proteger a sus residentes de la morbilidad y la mortalidad. 
“Sin embargo, estas intervenciones no farmacéuticas tuvieron efectos indirectos adversos (como daños económicos, acceso limitado a la educación, inseguridad alimentaria, maltrato infantil, acceso limitado a la atención sanitaria, interrupción de los programas de salud y problemas de salud mental) que aumentaron la morbilidad y la mortalidad por otras causas”, subrayan, para luego añadir: “Las poblaciones vulnerables que necesitan tratamiento médico agudo o complejo, como los pacientes con enfermedades cardiovasculares, afecciones cerebrovasculares, diabetes y cáncer, se vieron perjudicadas por estas intervenciones debido a la limitación del acceso y la prestación de servicios médicos”. 
En ese sentido, los autores citan los resultados de otro reciente estudio que investigó el exceso de mortalidad por algunas de las principales causas no relacionadas con el covid en 30 países en 2020, en el que se confirmó un exceso significativo de muertes por cardiopatías isquémicas, enfermedades cerebrovasculares y diabetes.

EFECTOS ADVERSOS

Por otra parte, los investigadores del estudio publicado en BMJ enfatizan que “aunque las vacunas covid-19 se suministraron para evitar que los ciudadanos sufrieran morbilidad y mortalidad por el virus covid-19, también se han documentado presuntos acontecimientos adversos”. 
Al respecto, señalan que “el análisis secundario de los ensayos clínicos aleatorizados de fase III controlados con placebo de las vacunas covid-19 de ARNm mostró que el ensayo de Pfizer tenía un riesgo un 36% mayor de acontecimientos adversos graves en el grupo de la vacuna”. En tanto, “el ensayo Moderna tuvo un riesgo un 6% mayor de acontecimientos adversos graves entre los receptores de la vacuna”, consignan.
“Los autores del análisis secundario señalan que la mayoría de estos acontecimientos adversos graves se refieren a afecciones clínicas comunes, por ejemplo, accidente cerebrovascular isquémico, síndrome coronario agudo y hemorragia cerebral”, continúan.
En la misma línea, apuntan que tanto los profesionales médicos como los ciudadanos han notificado lesiones graves y muertes tras la vacunación a varias bases de datos oficiales del mundo occidental, como VAERS en Estados Unidos, EudraVigilance en la Unión Europea y Yellow Card Scheme en el Reino Unido. 
“Un estudio que comparaba las notificaciones de acontecimientos adversos a VAERS y EudraVigilance tras las vacunas covid-19 de ARNm frente a las vacunas antigripales observó un mayor riesgo de reacciones adversas graves para las vacunas covid-19. Estas reacciones incluían enfermedades cardiovasculares, coagulación, hemorragias, eventos gastrointestinales y trombosis”, escriben los autores de la investigación, quienes hacen hincapié en que numerosos estudios informaron que la vacunación covid puede inducir miocarditis, pericarditis y enfermedades autoinmunes, mientras que los exámenes postmortem también han atribuido a estas vacunas miocarditis, encefalitis, trombocitopenia trombótica inmunitaria, hemorragia intracraneal y trombosis difusa.
Asimismo, remarcó que la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos señaló en julio de 2021 que los siguientes acontecimientos adversos potencialmente graves de las vacunas de Pfizer merecen mayor seguimiento e investigación: embolia pulmonar, infarto agudo de miocardio, trombocitopenia inmunitaria y coagulación intravascular diseminada.

UN DESAFIO NECESARIO

De acuerdo con los investigadores de la Vrije Universiteit, este análisis del exceso de mortalidad global por todas las causas desde el inicio de la pandemia de covid-19 “es un primer paso importante para la futura toma de decisiones en materia de políticas de crisis sanitarias”. 

“El siguiente paso consiste en distinguir entre los distintos factores que pueden contribuir al exceso de mortalidad, como la infección por covid-19, los efectos indirectos de las medidas de contención y los programas de vacunación contra covid-19”, escribieron los autores, quienes reconocieron que establecer las diferencias entre las distintas causas es todo un reto.
Entre los obstáculos para lograr identificar las causas del exceso de mortalidad, señalan que una profunda infranotificación de los acontecimientos adversos, incluidas las muertes, tras la inmunización y la falta de consenso en la comunidad médica respecto a la preocupación de que las vacunas de ARNm puedan causar más daño que el previsto inicialmente.
Respecto de los indicios por los cuales consideran pertinente la preocupación sobre los efectos adversos de esta clase de vacunas, los investigadores explican que “estudios franceses sugieren que las vacunas de ARNm covid-19 son productos de terapia génica que requieren una estricta monitorización de los acontecimientos adversos a largo plazo” y agregan que “aunque la inmunización deseada a través de la vacunación se produce en las células inmunitarias, algunos estudios informan de una amplia biodistribución y persistencia del ARNm en muchos órganos durante semanas”. 
También refieren que en Dinamarca se descubrió una heterogeneidad dependiente del lote en la toxicidad de las vacunas de ARNm en tanto que la aparición simultánea de un exceso de mortalidad y la vacunación con covid-19 en Alemania proporciona una señal de seguridad que justifica una mayor investigación.
Los autores del estudio advierten sobre la hermeticidad que existe en torno a los efectos adversos de estos productos al afirmar: “A pesar de estas preocupaciones, los datos de los ensayos clínicos necesarios para investigar más a fondo estas asociaciones no se comparten con el público”. Y además mencionan que rara vez se realizan autopsias para confirmar las causas reales de las muertes.
Para concluir, los investigadores neerlandeses recuerdan que durante la pandemia, los políticos y los medios de comunicación recalcaron a diario que cada muerte por covid-19 importaba y que cada vida merecía protección mediante medidas de contención y vacunas contra covid-19. “Tras la pandemia, debería aplicarse la misma moral”, subrayan.
Insisten en que cada muerte debe ser reconocida y contabilizada, independientemente de su origen, y que “los gobernantes y los responsables políticos deben investigar a fondo las causas subyacentes del persistente exceso de mortalidad y evaluar sus políticas de crisis sanitaria”. En el texto del estudio, los autores anticipan que se ocuparán de difundir las conclusiones de su trabajo y que se pondrán en contacto con líderes gubernamentales y responsables políticos para concientizar sobre la necesidad de continuar investigando sobre esta grave realidad.