LA BELLEZA DE LOS LIBROS

Antonio Porchia

El poeta Antonio Porchia nació en Italia en 1885 y falleció en Vicente López (Buenos Aires) en 1968. Llega a esta columna pese a haber un publicado un único y maravilloso libro en su vida: ‘Voces’.
Varios han tratado de imitar su estilo sin la misma trascendencia y de una manera mediocre. Porchia llegó a Capital Federal en 1906 en un barco con su madre y hermanos y se asentó en el barrio de Barracas. Fue tejedor de cestas y carpintero. En 1918 se mudó a San Telmo. Instaló allí una imprenta que funcionó hasta 1936.
En el periódico La Fragua aparecieron sus primeros aforismos. En 1943 nace la primera publicación de ‘Voces’. Esta obra fue reeditada innumerable cantidad de veces a través del tiempo, y fue traducida al francés, al inglés, entre otros idiomas, y publicada en España y también otros países de lengua hispana.

‘VOCES’
Este mágico compendio de aforismos y epigramas comienza así: “Situado en alguna nebulosa lejana hago lo que hago, para que el universal equilibrio del que soy parte no pierda el equilibrio”.
Vayamos solo a algunas de sus frases: “Qué te he dado, lo sé, qué has recibido, no lo sé”; “Antes de recorrer mi camino, yo era mi camino”; “Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo”; “El mal que no he hecho, ¡cuánto mal ha hecho!”; “Las cadenas que más nos encadenan son las cadenas que hemos roto”; “Tú crees que me matas, yo creo que te suicidas”; “Han dejado de engañarte, no de quererte. Y te parece que han dejado de quererte”; “El mal no lo hacen todos, pero acusa a todos”; “El amor nace de dos amores y muere en uno”; “Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy”; “Sin esta tonta vanidad que es el mostrarnos y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no existiría nada”; “Las pequeñeces no son lo eterno, y lo demás, todo lo demás, lo breve, lo muy breve”; “Cerca de mí no hay más que lejanías”; “Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. Y es ella la que me protege”; “El hombre no va a ninguna parte. Todo viene al hombre, como el mañana”; “Si yo fuese como una roca y no como una nube, mi pensar, que es como el viento, me abandonaría”; “El mundo perdona tus defectos, no tus virtudes”; “Se puede no deber nada devolviendo la luz al sol”; “Se me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas cerradas”; “La verdad tiene muy pocos amigos y los muy pocos amigos que tiene son suicidas”; “Quien perdona todo ha debido perdonarse todo”; “Dios mío, casi no he creído nunca en ti, pero siempre te he amado”; “No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé así: como ninguno”; “Las dificultades también pasan como todo pasa, sin dificultad”; “Cuando tu dolor es un poco mayor que mi dolor, me siento un poco cruel”; “El hombre habla de todo y habla de todo como si el conocimiento de todo estuviese en él”; “Dirán que andas por un camino equivocado, si andas por tu camino”; “Quién ha visto vaciarse todo, casi sabe de qué se llena todo”; “Casi no he tocado el barro y soy de barro”; “Una cosa sana no respira”; “Si, es necesario padecer, aún en vano, para no vivir en vano”; “Mis partículas de tiempo juegan con la eternidad”; “Quien busca en su bien un bien mayor, pierde su bien”; “Lo que dicen las palabras no dura. Duran las palabras. Porque las palabras son siempre las mismas y lo que dicen no es nunca lo mismo”; “El hombre, cuando es solamente lo que parece ser el hombre, casi no es nada”; “Estar en compañía no es estar con alguien, sino estar en alguien”; “Mi primer mundo lo hallé todo en mi escaso pan”; “Durmiendo sueño lo que despierto sueño. Y mi soñar es continuo”; “Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos”; “Si amas el sol que te alumbra, tal vez amas, y si amas al insecto que te muerde, amas”; “El dolor no nos sigue, camina adelante”; “A veces hallo tan grande a la miseria que temo necesitar de ella”; “A veces, de noche enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad”; “Comencé mi comedia siendo yo el único actor y la termino siendo yo su único espectador”; “Cien hombres, juntos, son la centésima parte de un hombre”; entre muchas más.

INFLUYENTE
Porchia recibió elogios de importantes escritores extranjeros y obviamente de argentinos como Jorge Luis Borges e influyó en la tarea creativa de otros poetas nacionales con su poesía de la síntesis. El autor contó que sólo escribía una veintena de aforismos por año aunque hay cientos en su única obra. Y dijo: “Mi libro ‘Voces’ es casi una biografía. Que es casi de todos”.