Aunque lamentemos profundamente que desde la implementación de la ley de aborto se hayan registrado en el sector público, más de 245.000 muertes de niños en etapa embrionaria, nadie podrá hacernos olvidar el 8 de agosto de hace 7 años, en el que se logró frenar esa ley inicua que, finalmente, nos fue introducida en 2020 bajo la presión de una cuarentena asesina.
Ese día nos enseñó que no hay que considerarse vencido aunque medio mundo lo diga y que las buenas causas hay que defenderlas, aunque las perspectivas no sean favorables porque en eso consiste un buen combate: en luchar por lo que es bueno y verdadero.
ELIGIENDO UN DEFENSOR
El proceso de elección de un defensor del niño, que comenzó el 17 de junio con la publicación de la convocatoria, sigue su camino.
El primer día de agosto se llevó a cabo en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación, el examen escrito para los aspirantes a cubrir el cargo de defensor de los derechos de niños y adolescentes. Los casi 150 examinados tuvieron dos horas para realizar su trabajo, que según dichos de algunos participantes no estuvo exento de irregularidades, no solo durante la toma sino también en la construcción del instrumento de evaluación, en la que había preguntas poco claras, ítems mal elaborados, consignas de elecciones múltiples en las que se presentaba una sola opción y enunciados que requerían respuestas excesivamente teóricas.
El fin de semana se sabrá quienes son los postulantes aprobados que siguen en carrera, hasta la definición final el 22 de septiembre.
COHERENCIA
Aspiramos a que el nuevo defensor sea respetuoso de nuestra Carta Magna.
Considerando que se encargará de velar por la protección y promoción de los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes, consagrados en la Constitución Nacional, la Convención sobre los derechos del niño y las leyes nacionales, lo menos que deberíamos admitir es a alguien que las respeten.
La convención de los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York (EEUU) el 20 de noviembre de 1989 afirma que se considera niño a la persona menor de 18 años (excepto los emancipados) y nuestra Constitución Nacional eleva esta Convención a rango constitucional, es decir que le da jerarquía superior a las leyes, pero realiza algunas reservas y declaraciones. Con relación a su artículo 1 en el que se delimita el concepto de niño, declara que el mismo debe interpretarse en el siguiente sentido: "Se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad". Por lo tanto, para la legislación nacional vigente cuando decimos niño, nos referimos a toda persona que se encuentre en cualquier momento de su período vital, comprendido entre la concepción y los 18 años.
CANDIDATOS PROVIDA
Después de las elecciones legislativas de mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresamos en esta columna que había llegado el momento de actuar, para volver a poner en la agenda política, la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Hoy en la inmensa mayoría de los medios solo se habla de la economía. Nadie duda que es un tema importante y que nos afecta a todos. Mes a mes nos informan sobre la baja del índice de precios al consumidor del desastre económico heredado y de haber logrado evitar la hiperinflación.
La famosa frase utilizada durante la campaña electoral que llevó a la Casa Blanca a Bill Clinton ¡es la economía estúpida! es el centro de atención de todas las opiniones mediáticas.
Lamentablemente los cientos de miles niños a los que no se les permitió nacer ni se les permite, no son noticia ni es un tema que tiene en cuenta la mayoría de los dirigentes.
Los partidos políticos están cerrando sus alianzas para las elecciones legislativas de medio término del mes de octubre. Ojalá gran parte de sus dirigentes tenga en cuenta esta matanza indiscriminada de seres humanos por nacer e incluyan candidatos celestes en las boletas electorales.
LLEGA LA HORA
El Presidente Javier Milei se ha expresado en varias oportunidades en contra del aborto. Es recordada su famosa frase sobre “el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”.
Se nos dijo que aún no era el momento para terminar con esa ley injusta y comprendimos. Una cosa es luchar con esperanza aún con vientos desfavorables y otra desperdiciar fuerzas a tontas y a locas sin prudencia y a destiempo. De nosotros depende que el tiempo propicio vaya llegando.
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