Anatomía de un asesinato

"Acusada" (Argentina, 2018). Dirección y guion: Gonzalo Tobal. Productor: Axel Kuschevatzky. Actores: Lali Espósito, Leonardo Sbaraglia, Inés Estévez, Daniel Fanego y Gael García Bernal. Calificación: apta para mayores de 16 años.

En la televisión emiten dos noticias: la huída de un puma del zoológico y el juicio oral a Dolores Dreier, la única imputada por el asesinato de Camila Nieves. La protagonista de "Acusada" (Lali Espósito) es una estudiante de 21 años que, desde hace dos años y medio, vive encerrada en su casa por haber sido implicada en el crimen de su mejor amiga.

En cautiverio, Dolores -nombre nunca mejor elegido- casi deja de tener una vida social. Si sale a la calle, siempre lo hace con algún miembro de su familia. De vez en cuando, Flo (Martina Campos), una amiga, la visita y hasta oficia de celestina cuando la protagonista le confiesa que hace más de dos años que no tiene relaciones sexuales.

La joven, que no tiene acceso a internet por decisión de sus padres, se prepara para enfrentar al juicio y a la opinión pública. Entre su abogado (Daniel Fanego), sus padres (Leonardo Sbaraglia e Inés Estévez) y asesores, Dolores aprende todo respecto a su imagen para poder convencer sobre su inocencia.

DRAMA JUDICIAL
Si bien la segunda película de Gonzalo Tobal (director de la austera e intimista "Villegas") confecciona una historia con personajes y hechos que son ficticios, no se puede dejar de relacionar con el caso de Solange Grabenheimer y Lucila Frend, ocurrido hace diez años atrás.
El thriller y drama judicial, además de mantener la tensión sobre si ella lo hizo o no, desgrana otros aspectos interesantes vinculados con el entorno familiar, la brecha generacional y el "maquillaje" que existe detrás de escena de una persona pública o, en este caso que se transforma en pública.
Con una puesta de cámara notable, una fotografía sobria, de colores fríos y desaturados y una banda de sonido que por momentos remarca en exceso algunos climas, el filme cuenta con diálogos verosímiles -algo que no es tan fácil de encontrar en el cine- y una buena composición de la familia de la acusada. Leonardo Sbaraglia e Inés Estévez sobresalen en su actuación. Y aunque Lali Espósito -la estrella pop del momento- consigue credibilidad en este primer papel dramático, la comedia todavía sigue siendo su fuerte.

La película, participante de la Sección oficial de la última edición del Festival de Venecia, tiene en claro a lo que apunta y no abunda en el recurso del flashback para ahondar en la fiesta previa al asesinato de Camila. Salvo por alguna que otra toma que se repite a lo largo del largometraje y las fotos de esa noche -utilizadas en el juicio-, la película se mantiene en el tiempo presente de la historia y en la vivencia de Dolores. Y eso, quizás, es lo interesante, que el filme haga hincapié en desmarañar el universo que rodea a la joven. Y el de una familia ajena al mundo de la delincuencia que de golpe siente las esquirlas de una bomba que le estalla a su hija y durante dos años deja de vivir en pos de conseguir la inocencia de su primogénita.

Calificación: Muy buena.