Tres estudiantes recibieron el Gran Premio del Jurado en el prestigioso concurso "When Sound Creates Image"

Alumnas de La Boca, galardonadas en Cannes por un corto revelador

Alertan por el aislamiento digital. Visibilizan la pérdida y la posibilidad de recuperar la conexión humana más allá de las pantallas. Ocurrió en el marco de una iniciativa de la Unesco.

“Los estudiantes permanecen constantemente absortos en sus teléfonos móviles. Es muy difícil que tomen conciencia real de las consecuencias de esta dependencia, como la pérdida de interacciones sociales valiosas como la amistad y la conversación”, destacó a La Prensa Rita Lourido, rectora del Instituto Madre de los Emigrantes en el barrio de la Boca, sobre un cuadro preocupante de la realidad en muchas aulas.

Fue precisamente esta omnipresencia de los dispositivos móviles y el consecuente aislamiento lo que movilizó a tres de sus alumnas, Estefanía Yacono, Cielo Corín y Sofía Bulgubure, a crear "Conexiones que sanan". Este cortometraje, realizado con la simpleza de un celular y una aplicación gratuita, no solo trascendió las fronteras de su barrio de La Boca, sino que se alzó con el Gran Premio del Jurado en el prestigioso concurso "When Sound Creates Image", organizado por La Semana del Sonido durante el Festival de Cine de Cannes, convirtiéndose en un potente llamado de atención sobre una problemática global.

La historia comenzó cuando "Toti", como cariñosamente llaman a su profesora de gimnasia Adriana Armengol, les presentó una propuesta de la Unesco. El certamen invitaba a crear un video corto sobre personas que se escuchan mutuamente, con la opción de abordar la problemática de los celulares o la contaminación sonora.

Las estudiantes de 16 años no lo dudaron, les pareció una oportunidad, pero había poco más de un mes para presentar el proyecto."Nosotras decidimos abarcar el tema de los celulares ya que pensamos que es un problema que nos afecta más como sociedad", explicó a Cielo Corín durante una charla con La Prensa en la reunión que se desarrolló en el colegio junto a sus dos compañeras y las maestras involucradas en que se concretara el proyecto enviado a la Unesco.

Estefanía Yacono añadió el contexto escolar que se vivía al comienzo de la iniciativa cuando señaló que “Dijimos vayamos por el tema de los celulares, porque era una problemática que se estaba tocando en las aulas. Buscamos que los jóvenes también se sientan identificados y se empiecen a dar cuenta lo que está pasando con el celular de tanto estar conectados y no experimentar un poco la realidad".

MENSAJE REAL

El proceso creativo, aunque desafiante por los plazos y los recursos limitados estuvo guiado por la necesidad de transmitir un mensaje potente. Querían reflejar "algo que sea real, algo que realmente pase y toque a la gente que lo ve", mostrando cómo la hiperconectividad digital puede llevar al aislamiento en el mundo físico.

La propia Estefanía admitió la dificultad de que los mensajes de concientización calen hondo en su generación: "Siento que es medio difícil porque somos una generación medio difícil de que le entre un mensaje, aunque lo escuchemos. Pero valía la pena intentarlo con nuestro proyecto".

La docente Adriana Armengol, tutora de las alumnas, profundizó en esta paradoja. "Este proyecto es algo positivo que se puede hacer con el teléfono, pero generalmente lo que vemos es que los aísla y tienen la cara metida adentro del teléfono. Nos pasa que, si falta un profesor, y es una hora libre, ves a los chicos con la cara metida dentro del teléfono. Es muy fuerte ver por qué no charlan entre ellos pese a estar separados por centímetros", señaló la profesora que es referente de la Red de Escuelas Asociadas de la Unesco (redPEA), una iniciativa global que agrupa a 12.000 escuelas en 182 países. Su misión es fomentar los ideales de la Unesco y trabajar, mediante la educación, por la construcción de un futuro pacífico y sostenible.

Esta preocupación es compartida por las autoridades educativas. De hecho, el Ministerio de Educación de la Ciudad lanzó en 2024 una política para reducir el impacto de los dispositivos en las aulas. Según un relevamiento del organismo educativo, tras esta regulación, el 60% de los estudiantes consultados afirmó prestar más atención en clase y un porcentaje manifestó conversar más con sus amigos y sentirse más tranquilo.

DESAFIO

Con estas reflexiones como telón de fondo, las tres jóvenes se embarcaron en la creación de "Conexiones que sanan".

El proceso fue intenso y colaborativo, iniciando con una videollamada para definir la idea principal y las escenas. Decidieron filmar en su entorno, mostrando los coloridos paisajes de La Boca y San Telmo. "Quería que se muestre al mundo el barrio dónde veníamos", afirmó orgullosa Estefanía, quien, con su interés por el cine, tuvo un rol destacado en la grabación.

El corto debía ajustarse a una pieza musical predefinida de 1 minuto y 42 segundos, sin posibilidad de editarla y sin agregar diálogos ni subtítulos. "La música nos iba guiando un poco en la historia", comentó Sofía Bulgubure sobre cómo la melodía, con sus altibajos, influyó en la narrativa visual y les facilitó la edición del cortometraje.

Aun con el gran impulso del comienzo, el camino no estuvo exento de obstáculos. El plazo era muy ajustado ya que comenzaron a desarrollar el proyecto en diciembre y la fecha límite para entregarlo era el 5 de enero, lo que significó trabajar durante las fiestas.

Además, la comparación con producciones anteriores del concurso, que utilizaban drones y cámaras profesionales, les generó una cuota de inseguridad inicial. "Al principio estábamos asustadas viendo lo que habían hecho otros. Nosotras solo teníamos los celulares", confesó Estefanía que planea estudiar cine una vez que termine el secundario.

La tensión llegó a su clímax durante la fase de envío. Un problema técnico con el formulario de Google de la Unesco les impidió subir el video durante horas, generando una gran angustia entre las tres chicas, sus familias y los referentes de la institución educativa. Frases como que “es muy pesado”; y “la conexión puede no estar bien” reflejaban sentimientos de preocupación en las caras desesperadas de las tres jóvenes. El respiro de alivio finalmente llegó tras comunicarse con la Red de Escuelas Asociadas de la Unesco (RedPEA), desde donde se aclaró que era un fallo de la plataforma y pudieron completar la entrega justo a tiempo, el 4 de enero.

MANIFESTACIONES

La determinación de las tres estudiantes para difundir la temática del uso del celular y sus nocivos impactos en la juventud seguía dándoles coraje para observar de cerca el proceso de selección internacional.

Pero no fue una época fácil ya que pasaban los días, luego las semanas y no surgía ninguna novedad. “A partir del momento en que nos dieron la noticia de que había sido aceptado, yo pasaba por cada iglesia y pedía por favor que saliera bien. Veía manifestaciones en todos lados cuando buscábamos una señal del futuro porque también necesitábamos un poco de certeza”, señaló riendo Sofía sobre todo lo que hizo para buscar una ayuda “extra” en el proceso de selección.

Mientras tanto, algo sí surgía entre los directivos que fueron los primeros de enterarse de que el cortometraje de sus “nenas”, como cariñosamente les dicen, se había alzado con el máximo galardón entre 121 producciones de 34 países. “Nos costó mucho no decir nada hasta que no hubiera algo concreto, pero mientras nos pedían documentación de las chicas. Además, me pasaba que a ellas las conozco desde los 2 o 3 años así que ya conocen mis expresiones. Trataba de evitarlas para que no me leyeran la cara de que habían ganado”, señaló Toti riéndose de aquellos esfuerzos que buscaban no revelar la sorpresa.

Pero finalmente, llegó el día de la revelación. “La profesora nos contactó mientras yo estaba almorzando. Me envió un mensaje anunciando que armaría un grupo porque tenía noticias. De inmediato pensé: '¿Noticias? ¿Será algo bueno o malo?'. Así que me uní al grupo rapidísimo. Al conectarme, pregunté si ya estaban todas. Ante la confirmación, lancé la pregunta: '¿Qué pasó?'. Y ella respondió: '¡Ganaron el primer lugar!", recordó feliz Sofía ese momento en que cambió la vida de las tres para siempre.

La noticia desató una mezcla de incredulidad y euforia. Pero la alegría inicial se vio empañada momentáneamente cuando les comunicaron que el premio solo cubría el viaje de una estudiante. Sin embargo, la desilusión duró poco. Tras gestiones que involucraron a la familia, la escuela y contactos con la Unesco, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intervino para asegurar que las tres pudieran viajar a Niza, Francia, para recibir su galardón el 15 de mayo. Fueron 4 días de festejo en que tres adolescentes argentinas de 16 años, amigas de toda la vida, se codearon con las grandes estrellas cinematográficas mientras mostraban al mundo su video, que reflejaba su propio mundo.

CONCIENTIZAR

Más allá del prestigioso premio y la experiencia inolvidable, las estudiantes esperan que "Conexiones que sanan" genere una reflexión profunda. "El mensaje que nos interesa expresar con este video es que nosotros los jóvenes e incluso los adultos tengamos conciencia acerca del uso de los celulares. Hoy en día estamos pasando por una etapa muy crítica la cual nos puede afectar a todos y es un poco esto lo que queríamos demostrar con este video", explicó Cielo Corín que recién el pasado viernes pudo mostrar el video, junto a sus dos amigas, a toda la comunidad del colegio.

Las jóvenes, pese a su corta edad, son conscientes de la dificultad de alcanzar a su propia generación. "Siento que es medio difícil porque siento que ahora nosotros somos una generación medio difícil de que le entre un mensaje como muy difícil de que nos den el mensaje o como que de que nos llame la atención", reflexionó Estefanía. Sin embargo, su trabajo ya está teniendo eco. El Ministerio de Educación planea presentar el corto en diversas escuelas para fomentar el debate. Como concluyó Cielo, buscaron mostrar “esa autenticidad la que esperan que resuene y motive un cambio hacia conexiones más humanas y menos mediadas por una pantalla”.