Alergias: cómo reconocerlas, prevenirlas y actuar ante una crisis grave
Estornudos, picazón, lagrimeo, tos o brotes en la piel. Las alergias están presentes todos los días y muchas veces las naturalizamos. Pero también pueden volverse graves y, en algunos casos, poner en riesgo la vida. Un experto responde a los interrogantes más comunes sobre esta condición que afecta a millones de personas en el mundo.
El primer paso es identificar qué agentes pueden desencadenarla —ya sea a nivel respiratorio o cutáneo— mediante distintos test diagnósticos en consulta con un médico alergista. Con un correcto diagnóstico y siguiendo las medidas de control indicadas, es posible prevenir y evitar reacciones alérgicas severas.
“En el caso de que exista una alergia alimentaria, se debe estar atento ante la contaminación cruzada, lugar de preparación de los alimentos e ingredientes que puedan contener el alimento alergénico en cuestión (como los ultraprocesados)”, enfatiza el doctor Mariano Jaca, especialista en Alergia de DIM Centros de Salud, quien añade que en caso de agentes alergénicos, como pólenes, ácaros y hongos, si sabemos que iremos a un ambiente con alta prevalencia de los mismos, se aconseja aplicar las medidas de control ambiental que se hayan pactado en consulta.
Cuando se trata de alergias a medicamentos, el profesional subraya la importancia de informar siempre dicha hipersensibilidad a terceros médicos que desconocen nuestro historial médico. “Es fundamental, además, contar siempre con medicación de control y de rescate en caso de ser necesario, así como acudir al médico tratante ante cualquier cambio en la sintomatología previa”, agrega.
ALERGIA TODO EL AÑO
Si bien es cierto que existen alergias estacionales - como la rinitis alérgica por distintos pólenes de cada región y que durante la primavera exacerban los síntomas -, Jaca aclara que existen muchos factores o desencadenantes alergénicos que pueden estar constantemente activando nuestro sistema inmune y por ende induciendo la aparición de síntomas a lo largo del año, como ácaros, epitelios de animales, hongos, distintos materiales (contactantes) de uso diario, en caso de síntomas en piel.
Consultado sobre la posibilidad de que las alergias aparezcan de golpe en la adultez, detalla que las alergias son procesos crónicos e intermitentes que pueden aparecer durante cualquier momento de la vida. “Las manifestaciones de atopia son múltiples: desde síntomas en piel, sistema respiratorio o digestivo y que va a depender de muchos factores como la exposición ambiental, agentes alergénicos respiratorios o alimentarios, infecciones virales, uso prolongado de antibióticos y alteraciones en nuestra microbiota, para la expresión de dichos síntomas y/o signos a lo largo de nuestra vida”.
Existe un concepto clave en Alergología, que es la “marcha atópica”, comenta el especialista, el cual hace referencia a la progresión de enfermedades alérgicas en un individuo a lo largo del tiempo, comenzando a menudo con dermatitis atópica en la infancia y potencialmente avanzando hacia alergias alimentarias, asma y rinitis alérgica en la primera década de la vida, cuando se lleva a cabo el completo desarrollo y maduración del sistema inmunológico.
EL IMPACTO DEL ESTRES
“El estrés puede ser una noxa, o exacerbante, que puede influir de manera insatisfactoria, en nuestro sistema inmunológico desencadenando la producción de mediadores químicos que potencian los estados alérgicos e inflamatorios”, puntualiza Jaca.
En esa línea señala que algunos estudios sugieren que el estrés y la ansiedad pueden influir en la forma en que el cuerpo reacciona a los alérgenos. Por ejemplo, estudios demostraron que incluso niveles leves de estrés y ansiedad pueden empeorar la respuesta a los alérgenos cotidianos. Además, investigaciones han demostrado que las personas con alergias pueden experimentar una mayor intensidad de los síntomas cuando están estresadas.
Respecto de la posibilidad de que las alergias se curen con el tiempo, Jaca afirma: “Tenemos que partir de la base de que la atopia es una predisposición genética a desarrollar enfermedades alérgicas, la cual en su mayoría son procesos crónicos e inflamatorios, que tienen cursos distintos en cada persona, y reactivaciones según múltiples factores”.
“Por ende, no podemos hablar de curación sino de control de enfermedad, en el caso de las patologías alérgicas, así como en los casos de hipertensión arterial o diabetes mellitus”, añade.
TRATAMIENTOS
“En el mercado siguen existiendo antihistamínicos de 1ª generación, en los que la somnolencia se reporta como efecto adverso directo. Actualmente existe una variedad de antihistamínicos de 2ª generación que por su mecanismo de acción no atraviesan la barrera hematoencefálica y por ende no producen dicho efecto sedativo o de sueño, además, se asocian con excelente perfil de seguridad”, asegura Jaca.
Otra creencia popular es que tener un perro o un gato desde chicos evita las alergias. Sin embargo, el experto señala que no existe garantía de que esto sea así. “Los procesos alérgicos que son mediados por Inmunoglobulina E, factor principal y mediador en los síntomas de alergia, se puede desencadenar sensibilidad a distintas proteínas en este caso del pelo del animal en cualquier momento de la vida. Las alergias a las mascotas pueden desarrollarse a cualquier edad y la probabilidad de desarrollar una alergia depende de factores individuales, como la predisposición genética y la exposición a otros alérgenos”, puntualiza.
Por otra parte, expresa que la genética juega un papel importante. Si hay antecedentes familiares de alergias o asma, la probabilidad de desarrollar alergias a mascotas es mayor. “Además, otros factores ambientales, como la exposición a diferentes alérgenos, también pueden influir. La consulta con un alergólogo puede ayudar a determinar el riesgo de desarrollar alergias y tomar medidas preventivas”, remarca.
RECOMENDACIONES
Entre los principales consejos que el especialista brinda a personas que sufren cada vez que llega la primavera, se encuentran:
*Acudir a su médico de confianza.
*Trazar estrategias de control de síntomas y ambiental con su médico tratante.
*Establecer medicación de rescate que sea segura en los casos de crisis.
*Uso de lentes oscuros durante las primeras horas de la mañana para evitar el contacto directo del viento cargado de polen, con la mucosa ocular.
*Hacer una consulta sin demoras ante síntomas tales como chorreo nasal, nariz bloqueada, prurito o picazón en ojos, nariz o garganta. Estornudos continuos. Tos persistente en el tiempo. Ante falta de aire o sensación de disnea, con los cambios de estación, exposición a distintos alérgenos. Picazón o prurito en alguna parte del cuerpo. Presencia de roncha/habones, edema de alguna parte blanda como labio, lenguas o párpados. Reacciones que se sospeche como alergia ante medicamentos o alimentos.
PREVENCIÓN Y CONTROL
Por último, Jaca brinda las claves a tener en cuenta a fin de prevenir las crisis alérgicas y mantener las alergias bajo control:
• Eliminar o reducir alfombras y tapetes: acumulan polvo y ácaros, principales desencadenantes de alergias. Considera pisos de madera, linóleo o azulejos, que son más fáciles de limpiar.
• Aspirar regularmente con filtro HEPA: Un aspirador con filtro HEPA atrapa partículas finas como polvo y polen, mejorando la calidad del aire interior.
• Lavar la ropa de cama y cortinas con frecuencia: lavar sábanas, fundas de almohada y mantas semanalmente en agua caliente (al menos 54°C) para eliminar ácaros y alérgenos.
• Controlar la humedad: el moho prospera en ambientes húmedos. Usar deshumidificadores, extractores de aire en baños y cocinas, y reparar cualquier filtración de agua.
• Limpiar superficies con paños húmedos: en lugar de sacudir el polvo, utilizar paños húmedos para limpiar muebles, estantes y otras superficies.
• Cerrar ventanas y puertas: (generalmente por la mañana y primeras horas de la tarde), durante la primavera y ventilar durante el resto del año, incluso en el invierno para disminuir la presencia de ácaros en lugares cerrados o húmedos.
• Evitar o minimizar el uso de productos con olores fuertes: como aerosoles ambientales, otros productos de limpieza y cosméticos pueden irritar las vías respiratorias y empeorar los síntomas alérgicos.
• Mantener a las mascotas fuera de las habitaciones y no dormir con ellas.
• No fumar, evitar el humo del tabaco y otros irritantes.
• Usar barbijo para realizar tareas del hogar que impliquen manipulación de polvo, y/o agentes de limpieza que puedan ser irritantes.