Alemania se desquitó e hizo llorar a Maradona
Historias mundialistas - Italia ´90 quedó en el recuerdo como un Mundial de pobre nivel. Las huestes de Franz Beckenbauer tuvieron revancha contra una Argentina de mucho amor propio y pobre rendimiento. En un torneo de muchas definiciones desde los doce pasos surgió la enorme figura de Sergio Goycochea.
Andreas Brehme se paró delante de Sergio Goycochea. Seguramente le temblaban las piernas como a la mayoría de los que habían tenido que enfrentar a ese arquero con apariencia de invencible a la hora de los penales. Las malas lenguas deslizan que el capitán Lothar Matthäus era el encargado de rematar, pero le cedió a su compañero la responsabilidad de definir la final del Mundial ´90. Brehme le pegó a la derecha, bien esquinado. Goyco se estiró. La pelota le pasó muy cerca, pero esta vez no pudo detenerla. Fue gol. El gol que le dio a Alemania no sólo el tercer título de su historia, sino que le permitió tomarse revancha del equipo que cuatro años antes la había dejado con las manos vacías.
Matthäus recibió la Copa. Con la medalla plateada colgándole del cuello, Diego Maradona llora al ver que el trofeo que tanto deseaba estaba en poder de otro. Los alemanes se pasaban ese símbolo de triunfo unos a otros, cual burla cruel del destino para el capitán argentino. Ajeno al desconsuelo del Diez, Franz Beckenbauer tomó la Copa que había conocido en 1974 como líder del seleccionado campeón del mundo. El Káiser se transformó, junto con el brasileño Mario Zagallo, en los únicos que lograron el título como jugador y como técnico. El no entiende el dolor de Maradona, ese hombre que había dejado jirones de su cuerpo a lo largo de los siete partidos que el equipo albiceleste había disputado en ese certamen disputado en Italia.
Las lágrimas de Diego eran la postal del desencanto argentino. El Seleccionado, combativo y con un amor propio inconmensurable pero de muy pobre rendimiento, sentía que le habían arrebatado algo que le pertenecía por derecho propio. Se creía víctima de un complot por parte de la FIFA. El árbitro mexicano Edgardo Codesal había sancionado un discutido penal de Roberto Sensini sobre Rudi Völler. El defensor había cruzado imprudentemente al delantero alemán y el juez marcó la infracción con la misma seguridad con la que un rato antes había ignorado una falta de sobre Gabriel Calderón que bien pudo haber demandado el mismo fallo. Pero no. Y como Brehme venció al invencible Goycochea, la pena se apoderó de la Argentina.
Carlos Bilardo intentó mantener la base que había tocado el cielo con las manos en México ´86. No sólo los nombres, sino, fundamentalmente, el esquema. El Narigón creía haber encontrado la fórmula del éxito perpetuo y se aferraba a ella como quien se abraza al tronco que puede salvarle la vida en un naufragio. La figura no es antojadiza: en Italia ´90 la Argentina no sólo pareció haber perdido el rumbo, sino que se había ido a pique. Y cuando se hizo necesario hallar el madero que le garantizara la supervivencia, apareció Goycochea, el héroe inesperado por la lesión de Nery Pumpido en el segundo partido del torneo. No importaba que la Selección no jugara bien, ni que resignara el protagonismo al rival de turno. Tarde o temprano, el arquero se encargaría de rescatar al equipo.
La recta previa al Mundial no invitaba al optimismo. Las huestes del Narigón no habían funcionado en la Copa América del ´89 ni en los amistosos. Incluso había acumulado 681 minutos sin marcar un gol y registró de ese modo la peor racha de la historia. Así y todo, Bilardo apelaba a cualquier tipo de ardid para mantener las acciones en alza. Por eso convenció a Jorge Valdano -pilar del campeón del ´86- de volver de su retiro de la actividad profesional y ponerse a punto para ser el delantero ideal para su esquema que no había podido encontrar en cuatro años. El santafesino hizo cuando pudo, pero el DT decidió hacerlo a un lado aunque no pudiera dotar al plantel de mejores atacantes que el ex Real Madrid.
NADA BUENO BAJO EL SOL
El Mundial de Italia no quedó en la memoria colectiva como un buen torneo. Todo lo contrario. Fue el que registró el peor promedio de goles (2,21) y no contó con grandes exhibiciones futbolísticas como, por ejemplo, las que había brindado Maradona en el ´86 o brasileños y franceses en los dos certámenes anteriores. Ni siquiera consagró a un gran campeón. Alemania fue el mejor equipo, pero se ganó este rótulo apenas por haber aplicado un plan en el que la solidez y la eficacia eran sus principales cualidades y sólo ofrecía algún destello de calidad cuando la pelota caía en los pies de Matthäus. O, en menor medida, cuando Pierre Littbarski intentaba parecerse a ese delantero habilidoso que había aparecido en España ´82, o en los instantes en los que Thomas Hássler frotaba la lámpara. Adelante tenía a dos delanteros temibles como Jürgen Klinsmann y Völler… Poco, muy poco, pero suficiente para imponerse en un campeonato mediocre hasta el hartazgo.
Si hasta Brasil, el heredero del legado fantástico de Pelé, Garrincha, Didí, Jair, Leónidas, Dirceu, Zico, Sócrates, Falcao y Junior, había instaurado en su selección una receta tan amarreta que parecía indigna de esa camiseta. Conducidos técnicamente por Sebastiao Lazzaroni, los verdiamarillos habían tirado por la borda años de marcación zonal para jugar con líbero y stoppers, como si fueran italianos. Parecía un catenaccio con reminiscencias de carnaval.
Italia, el dueño de casa, tampoco ofrecía demasiado. Superaba etapas con lo justo, casi como siempre en el pasado reciente. Con Gianluca Vialli -su gran figura- condenado al ostracismo por su pobre nivel, el entrenador Azeglio Vicini había encontrado una impensada carta de triunfo en Salvatore Schillaci. Totó era un delantero de físico pequeño, con pinta de tipo simpático y dueño de un oportunismo asesino para definir.
Si bien había deslumbrado con la obtención de la Eurocopa de 1988, Holanda mostraba un tono mucho más pálido, pese a contar con Ruud Gullit y Marco van Basten. Sorprendía Camerún con el veterano goleador Roger Milla, el seguro arquero Thomas N´Kono y el despliegue de Ciryle Makanaky en la mitad de la cancha. Checoslovaquia crecía con la clase de Lubos Kubic y las conquistas de Thomas Skuhravy; Costa Rica ofrecía una propuesta atractiva con Juan Cayasso, Alexandre Guimaraes y Hernán Medford, con el respaldo en la valla de Luis Gabelo Conejo. Yugoslavia entretenía con la categoría y la habilidad de Dragan Stojkovic, Robert Prosinecki, Zlatko Vujovic y Safet Susic, e Inglaterra daba pinceladas con Chris Waddle, Paul Gascoigne, Bryan Robson, David Platt y los goles de Gary Lineker.
En ese contexto generalizado de pobreza franciscana, Camerún le dio una bofetada a la Argentina en el partido inaugural. Varios de los integrantes del equipo albiceleste no estaban en su mejor nivel físico, en especial Maradona, quien tenía un tobillo a la miseria y una uña encarnada. El Diez casi no se podía poner los botines, pero igual salía a la cancha para defender la Copa que sentía suya. Francois Oman Biyik ganó bien arriba y con un cabezazo superó la gélida reacción de Pumpido.
Después de un comienzo tan oscuro, Bilardo hizo retoques en la formación. El fundamental fue incluir desde el arranque a Claudio Caniggia, subsanando el error de la primera presentación. La Selección le ganó 2-0 a la Unión Soviética, pero se quedó sin Pumpido por un choque con Julio Olarticoechea. Imprevistamente entró en escena Goycochea, quien hasta ese momento no intuía que Italia ´90 lo consagraría para siempre.
Con otra pobre actuación, el conjunto nacional empató con Rumania gracias a un gol de Pedro Monzón. El campeón del mundo pasó la primera ronda miserablemente. Dudas y más dudas acosaban a ese seleccionado de muy pocas luces.
Brasil se cruzó en el camino en los octavos de final. A pesar de su planteo conservador, el equipo de Lazzaroni dominó a voluntad el trámite del partido, pero la suerte, la mala puntería y las atajadas de Goycochea los privaron del triunfo que merecían. Pero en la cancha estaba Maradona. Y por más que fuera un Diego hecho pedazos y dolorido, igual podía inventar un pase mágico como el que aprovechó Caniggia para hacer realidad un resultado imposible: Argentina 1-Brasil 0. La historia también arrojó la anécdota del bidón que teóricamente descompuso al lateral Branco, en otra presunta artimaña del DT argentino.
Inglaterra envió de regreso a la Bélgica del exquisito Vincenzo Scifo, mientras que Irlanda (se había clasificado con tres empates) eliminó por penales a una Rumania que se nutría del talento de Gheorghe Hagi. Camerún y Milla se aprovecharon de las payasadas del colombiano René Higuita para seguir en carrera y Checoslovaquia masacró a la inocente Costa Rica. Yugoslavia acabó con España, Italia despidió a un pobre Uruguay y Alemania dio cuenta de Holanda en uno de los mejores partidos del Mundial en el que el árbitro argentino Juan Carlos Loustau expulsó a Völler y a Frank Rijkaard.
En los cuartos de final afloró la faceta heroica de Goyco. Un 0-0 tedioso y luchado contra los yugoslavos derivó en la definición desde los doce pasos en la que el arquero retuvo los disparos de Dragoljub Brnovic y Faruk Hadzibegic. La cuota de dramatismo se hizo mayor porque Tomislav Ivkovic contuvo el de Maradona.
Italia sufrió, pero dejó atrás a Irlanda gracias a otro oportuno aporte de Schillaci. Matthäus rescató a Alemania contra Checoslovaquia y cuando parecía que Camerún estaba listo para dar otro gran golpe, pecó de inocente, se le escurrió una victoria que se antojaba decidida y terminó perdiendo 3-2 con Inglaterra en un atractivo encuentro.
Argentina debía vérselas nada más y nada menos que con el local en las semifinales. Los hinchas azzurri silbaron el Himno nacional y Diego estalló de rabia. La Selección jugó su mejor partido y si bien empezó abajo en el marcador por un tanto de Schillaci, Caniggia hizo añicos el invicto récord del arquero Walter Zenga (516 minutos) y el resultado tenía que definirse otra vez desde el punto del penal. Goyco sumó como víctimas a Roberto Donadoni y Aldo Serena y, contra todos los pronósticos, los del Narigón se instaron la final. Su rival iba a ser Alemania, que también desde los doce pasos les cortó el paso de los ingleses.
A los italianos les quedó el consuelo sin consuelo del tercer puesto, bastante poco para una selección que se creía en condiciones de lograr el título. Contaban con los chispazos de Roberto Baggio como complemento del inefable Totó y con defensores de categoría como Franco Baresi, Paolo Maldini y Giuseppe Bergomi, pero no les alcanzó.
Para el partido decisivo los albicelestes no pudieron contar con Caniggia, Ricardo Giusti y Olarticoechea, todos suspendidos por acumulación de amonestaciones. El metódico Bilardo debía improvisar. Armó una formación emparchada y, tal su costumbre, se entregó mansamente al dominio alemán.
Los conducidos por Beckenbauer no lograban vulnerar la retaguardia argentina. Monzón se transformó en el primer expulsado en una final por una violenta infracción sobre Klinsmann y la situación empeoró todavía más porque poco después se fue antes de tiempo Gustavo Dezotti. Codesal vio penal en la entrada de Sensini sobre Völler. Brehme pudo con Goyco y no sólo el dio el título a Alemania, sino que además hizo llorar a Diego.
LA FINAL
Alemania 1 – Argentina 0
Alemania: 1 Bodo Illgner; 5 Klaus Augenthaler; 6 Guido Buchwald, 4 Jürgen Kohler; 14 Thomas Berthold, 8 Thomas Hässler, 10 Lothar Matthäus, 7 Pierre Littbarski, 3 Andreas Brehme; 9 Rudolf Vóller, 18 Jürgen Klinsmann. DT: Franz Beckenbauer.
Argentina: 12 Sergio Goycochea; 20 Juan Simón; 18 José Serrizuela, 19 Oscar Ruggeri; 21 Pedro Troglio, 13 Néstor Lorenzo, 17 Roberto Sensini, 4 José Basualdo, 7 Jorge Burruchaga; 9 Gustavo Dezotti, 10 Diego Maradona. DT: Carlos Bilardo.
Incidencias: Primer tiempo: 29m Karl-Heinz Riedle por Völler (Ale). Segundo tiempo: Pedro Monzón por Ruggeri (Arg); 7m Gabriel Calderón por Burruchaga (Arg); 18m Expulsado Monzón (Arg), por juego brusco; 28m Stefan Reuter por Berthold (Ale); 40m Gol de Brehme (Ale), de penal; 41m Expulsado Dezotti (Arg), por agresión.
Estadio: Olímpico (Roma). Arbitro: Edgardo Codesal, de México. Público: 73.603 espectadores.
LOS CAMPEONES
Jugador/Partidos/Goles
Klaus Augenthaler/7/0
Thomas Berthold/7/0
Guido Buchwald/7/0
Bodo Illgner/7/-5
Jürgen Klinsmann/7/3
Lothar Matthäus/7/4
Andreas Brehme/6/4
Pierre Littbarski/6/1
Stefan Reuter/6/0
RudolfVóller/6/2
ThomasHässler/5/0
UweBein/4/1
Jürgen Kohler/4/0
Karl-HeinzRiedle/4/0
AndreasMöller/2/0
OlafThon/2/0
Hans Pflügler/1/0
RaimondAumann/0/0
Günter Hermann/0/0
Andreas Köpke/0/0
Frank Mill/0/0
Paul Steiner/0/0
DT: Franz Beckenbauer
EL TORNEO
Grupo 1
9/6/90 en Roma: Italia 1- Austria 0
10/6/90 en Florencia: Checoslovaquia 5 – Estados Unidos 1
14/6/90 en Roma: Italia 1 – Estados Unidos 0
15/6/94 en Florencia: Checoslovaquia 1 – Austria 0
19/6/90 en Roma: Italia 2 – Checoslovaquia 0
19/6/90 en Florencia: Austria 2 – Estados Unidos 1
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
ITALIA/3/3/0/0/4/0/6
CHECOSLOVAQUIA/3/2/0/1/6/3/4
Austria/3/1/0/2/2/3/2
Estados Unidos/3/0/0/3/2/8/0
Grupo 2
8/6/90 en Milán: Camerún 1 – Argentina 0
9/6/90 en Bari: Rumania 2 – Unión Soviética 0
13/6/90 en Nápoles: Argentina 2 – Unión Soviética 0
14/6/90 en Bari: Camerún 2- Rumania 1
18/6/90 en Bari: Unión Soviética 4 – Camerún 0
18/6/90 en Nápoles: Argentina 1 – Rumania 1
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
CAMERUN/3/2/0/1/3/5/4
RUMANIA/3/1/1/1/4/3/3
ARGENTINA/3/1/1/1/3/2/3
Unión Soviética/3/1/0/2/4/4/2
Grupo 3
10/6/90 en Turín: Brasil 2 – Suecia 1
11/6/90 en Génova: Costa Rica 1 – Escocia 0
16/6/90 en Turín: Brasil 1 – Costa Rica 0
16/6/90 en Génova: Escocia 2 – Suecia 1
20/6/90 en Génova: Costa Rica 2 – Suecia 1
20/6/90 en Turín: Brasil 1 – Escocia 0
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
BRASIL/3/3/0/0/4/1/6
COSTA RICA/3/2/0/1/3/2/4
Escocia/3/1/0/2/2/3/2
Suecia/3/0/0/3/3/6/0
Grupo 4
9/6/90 en Bologna: Colombia 2 – Emiratos Arabes Unidos 0
10/6/90 en MIlán: Alemania Federal 4 – Yugoslavia 1
14/6/90 en Bologna: Yugoslavia 1 – Colombia 0
15/6/90 en MIlán: Alemania Federal 5 – Emiratos Arabes Unidos 1
19/6/90 en Milán: Colombia 1 – Alemania Federal 1
19/6/90 en Bologna: Yugoslavia 4 – Emiratos Arabes Unidos 1
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
ALEMANIA FEDERAL/3/2/1/0/10/3/5
YUGOSLAVIA/3/2/0/1/6/5/4
COLOMBIA/3/1/1/1/3/2/3
Emiratos Arabes Unidos/3/0/0/3/2/11/0
Grupo 5
12/6/90 en Verona: Bélgica 2 – Corea del Sur 0
13/6/90 en Udine: España 0 – Uruguay 0
17/6/90 en Udine: España 3 – Corea del Sur 1
17/6/90 en Verona: Bélgica 3 – Uruguay 1
21/6/90 en Verona: España 2 – Bélgica 1
21/6/90 en Udine: Uruguay 1 – Corea del Sur 0
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
ESPAÑA/3/2/1/0/5/2/5
BELGICA/3/2/0/1/6/3/4
URUGUAY/3/1/1/1/2/3/3
Corea del Sur/3/0/0/3/1/6/0
Grupo 6
11/6/90 en Cagliari: Inglaterra 1 – Irlanda 1
12/6/90 en Palermo: Egipto 1 – Holanda 1
16/6/90 en Cagliari: Inglaterra 0 – Holanda 0
17/6/90 en Palermo: Egipto 0 – Irlanda 0
21/6/90 en Cagliari: Inglaterra 1 - Egipto 0
21/6/90 en Palermo: Holanda 1 – Irlanda 1
Posiciones
Equipo/J/G/E/P/Gf/Gc/Pts.
INGLATERRA/3/1/2/0/2/1/4
IRLANDA (*)/3/0/3/0/2/2/3
HOLANDA/3/0/3/0/2/2/3
Egipto/3/0/2/1/1/2/2
(*) El segundo puesto se definió por sorteo.
Octavos de final
23/6/90 en Nápoles: Camerún 2 – Colombia 1
23/6/90 en Bari: Checoslovaquia 4 – Costa Rica 1
24/6/90 en Turín: Argentina 1 – Brasil 0
24/6/90 en Milán: Alemania Federal 2 – Holanda 1
25/6/90 en Génova: Irlanda 0 (5) – Rumania 0 (4)
25/6/90 en Roma: Italia 2 – Uruguay 0
26/6/90 en Verona: Yugoslavia 2 – España 1
26/6/90 en Bologna: Inglaterra 1 – Bélgica 0
Cuartos de final
30/6/90 en Florencia: Argentina 0 (3) – Yugoslavia 0 (2)
30/6/90 en Roma: Italia 1 – Irlanda 0
1/7/90 en Milán: Alemania Federal 1 – Checoslovaquia 0
1/7/90 en Nápoles: Inglaterra 3 – Camerún 2
Semifinales
3/7/90 en Nápoles: Argentina 1 (4) – Italia 1 (3)
4/7/90 en Turín: Alemania Federal 1 (4) – Inglaterra 1 (3)
Tercer y cuarto puesto
7/6/90 en Bari: Italia 2 – Inglaterra 1
Final
8/7/90 en Roma: Alemania Federal 1 – Argentina 0
GOLEADORES
Jugador/Equipo/Goles
Salvatore Schillaci/talia/6
Tomas Skuhravy/Checoslovaquia/5
Gary Lineker/Inglaterra/4
Lothar Matthäus/Alemania/4
Michel/España/4
Roger Milla/Camerún/4
