Alcaraz le ganó la batalla a Sinner y es finalista de Roland Garros

París - El español Carlos Alcaraz, tercero en el ránking mundial, jugará su primera final en Roland Garros tras firmar una épica remontada ante el italiano Jannik Sinner, virtual número 1, 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 en 4 horas y nueve minutos.

A sus 21 años, el español se convierte en el jugador más joven de la historia en alcanzar finales de Grand Slam en todas las superficies, y buscará sumar su tercer Grand Slam contra el alemán Alexander Zverev, cuarto del mundo.

Zverev, cuarta raqueta del mundo, superó al noruego Caper Ruud, séptimo favorito, 2-6, 6-2, 6-4 y 6-2, en 2 horas y 35 minutos, camino de su primera final en Roland Garros, donde le aguarda el español Carlos Alcaraz, que también la alcanzó por primera vez.

"Fue un sufrimiento, aquí hay que disfrutar de la grandeza de este torneo, pero hoy, durante cinco sets, hemos tenido que pelear y hay que saber también disfrutar del sufrimiento", dijo el español.

Alcaraz, que el año pasado cayó en una dramática semifinal contra el serbio Novak Djokovic, se convierte en el segundo finalista más joven sobre el polvo de ladrillo de París, por detrás de su compatriota Rafa Nadal.

El tercer cabeza de serie fue una sombra de sí mismo en el primer set, antes de aprovechar unos calambres de su rival italiano para igualar la contienda antes de que el extraño partido llegara al decisivo.

Sinner, campeón del Abierto de Australia, que se convertirá en número uno del mundo la semana que viene, se despidió del torneo al mandar fuera una derecha descomunal del español desde la línea de fondo en el tercer punto de partido de que disfrutó en la pista Philippe Chatrier.

Alcaraz, doble campeón de torneos Grand Slam y que espera añadir Roland Garros a sus títulos de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos, se enfrentará el domingo al vencedor del partido entre el alemán Alexander Zverev y al noruego Casper Ruud, dos veces subcampeón.

ZVEREV FIRME

El germano, que llegó a París tras haber levantado en Roma su sexto título de Masters 1.000, encadenó un duodécimo triunfo consecutivo esta temporada, ante un Ruud que había jugado las dos últimas finales en la tierra batida francesa y que traía una racha similar tras haber levantado el torneo de Ginebra.

Zverev se convierte así en el segundo alemán que jugará una final de Roland Garros, tras la que perdió en 1996 Michael Stich frente al ruso Evgeny Kafelnikof.

El germano logró al fin alcanzar la final coincidiendo con otra buena noticia para él, la de que se cierra el proceso por agresión a una ex pareja en su país, tras haber alcanzado un acuerdo entre las partes.

El número 4 del mundo es uno de los pocos tenistas que tiene favorable el balance de duelos con Alcaraz. Se han medido en nueve ocasiones, con cinco triunfos del germano que, sin embargo, se inclinó en el último, en cuartos de final del Masters 1.000 de Indian Wells hace cuatro meses.

Pero en el Abierto de Australia fue Zverev quien se hizo con la victoria en cuatro sets también en cuartos de final, al igual que en Roland Garros de 2022, el único duelo en este torneo.

Zvever demostró que está en una gran condición física. Contra Ruud jugó su cuarta semifinal consecutiva de Roland Garros, aunque hasta ahora no había conseguido alcanzar la final. El año pasado fue el noruego el que se lo impidió.

A sus 27 años, logró superar ese peldaño para disputar su segunda final de un Grand Slam, tras la del Abierto de Estados Unidos de 2020 que perdió frente al austríaco Dominic Thiem.

El partido no fue fácil para el alemán ante un reputado rival sobre tierra batida, que luce números extraordinarios en esa superficie donde este año ha ganado 21 partidos, por solo cinco derrotas, incluidos los títulos de Barcelona y Ginebra.

Además, el noruego, que no había perdido antes de la final en París dese que le derrotó el español Alejandro Davidovich en 2021, es el tenista con más triunfos en lo que va de año, 39, por delante del italiano Jannik Sinner, virtual número 1 del mundo.

Ruud salió lanzado al partido y sorprendió al alemán, que cedió la primera manga. La reacción de Zverev fue expeditiva dejando pocas opciones al noruego.