Al Gobierno le faltarían u$s 1.600 millones para completar los vencimientos de enero
El economista Fernando Marull advirtió sobre el desafío inmediato que enfrenta el Tesoro para completar el pago de deuda a principios de enero y la complejidad del calendario de vencimientos para 2026.
En diálogo con el programa Esta Mañana por Radio Rivadavia, Marull sostuvo que el Gobierno está buscando distintas fuentes de financiamiento para cancelar el vencimiento de inicio del año al precisar que “se está viendo que están preparando una estrategia para terminar de completar el pago de la deuda del 9 de enero”.
En este sentido, estimó que al Ejecutivo “le faltan 1.600 millones de dólares para completar el pago de los 4.200 millones” y planteó que los fondos podrían venir por una colocación internacional de largo plazo (RIPO), o una colocación en Wall Street u otra licitación de Bonar 29/30.
De cara al próximo calendario, el economista alertó por la abultada agenda de compromisos financieros que enfrentará el país al calcular que “Argentina en 2026 debe refinanciar 16 mil millones de dólares, donde va a ser muy difícil esquivarle al mercado internacional.”
Al mismo tiempo, señaló un desequilibrio en el mercado cambiario, al remarcar que “se desequilibró el mercado y vemos al Tesoro como más vendedor” y vinculó directamente la presión cambiaria con la política monetaria al indicar que “cuando ves una presión en el dólar, te hace saltar las tasas de interés”.
A pesar de los desafíos financieros, el economista mencionó una señal positiva al destacar que “los depósitos de dólares en bancos argentinos son récords”, un indicador de que los particulares mantienen sus tenencias dentro del sistema financiero local.
En relación a la sinversiones, Marull consideró que “2025 no fue un buen año para la bolsa argentina”, lo que asoció con el impacto de la política en la economía al afirmar que “tuvimos un año eleccionario que nos comió 5 meses, que el 2026 no va a estar”.
En este sentido, la expectativa para 2026, según el análisis, es un año con menor ruido político-electoral, aunque con una pesada agenda de vencimientos de deuda que pondrá a prueba la capacidad del Gobierno para acceder y negociar en el mercado internacional.
