Referente del cine independiente, Sofía Gala Castiglione reflexionó sobre la situación actual de la cultura

“Ahora lo que manda es la frivolidad”

La actriz protagoniza, junto a Zoe Hochbaum, ‘Como el mar’, un conmovedor filme dirigido por Nicolás Gil Lavedra, que explora la transformación de un vínculo familiar.


Sofía Gala Castiglione tiene un punto a favor. Siendo la hija de Moria Casán podría haberse convertido en una modelo/vedete/sex symbol, pero en lugar de eso eligió ser actriz de cine independiente. Y para eso, hay que serlo y parecerlo, y ella logra ambas cosas.

Con bastante demora aparece en la rueda de prensa a propósito de la nueva película que protagoniza, ‘Como el mar’, que luego de ganar premios en festivales de Miami y Punta del Este llega hoy a las salas locales.

Ataviada en un vestido vintage de seda color blanco que combinó con medibachas de red negras y borcegos, luce como se espera que luzca una mujer que decidió no ceñirse a los cánones estéticos hegemónicos. Pero cuando comienza a hablar queda claro que no es sólo una pose: tiene muchas cosas para decir en contra del sistema. Es una rebelde con causa. El filme en el que comparte cartel con la ascendente Zoe Hochbaum -también guionista del filme junto a Gustavo Gersberg- justamente le venía bien para mostrar una cara de la maternidad que no es la que se muestra usualmente: en el largometraje dirigido por Nicolás Gil Lavedra, Sofía Gala compone a Paula, una chica que fue mamá adolescente pero decidió ocultarle la verdad a su hija Azul (Hochbaum). La joven, entonces, vive su adolescencia creyendo que su abuela Teresa es su madre y Paula, su hermana. Pero cuando Teresa muere, Azul descubre una foto que lo cambia todo y Paula no tiene otra opción más que decirle la verdad.

De esa manera, ambas emprenden un viaje a Uruguay (la película fue filmada en Cabo Polonio) que las transformará completamente y en el que contarán con la ayuda de la tía Mecha, una participación especial de lujo de la ex chica Almodóvar Carmen Maura.

“Está buenísimo poder mostrar vínculos que existen hace un montón pero no están tan representados en las historias que se cuentan. Tal vez si están mostrados, lo están de manera condenatoria”, aseguró a La Prensa la actriz, mamá de Helena (16) y de Dante (10), quien también dijo sentirse muy cerca del personaje por los puntos en común con su vida real: “Yo también fui mamá muy joven de una hija que es un poco una hermana-hija con la que crecí. Ella va a cumplir 16 y siento algo de estas maternidades en donde no del todo me llego a sentir identificada con las cosas que veo”.

Gala, que el año pasado protagonizó ‘Los padres terribles’ en la sala Caras y Caretas, dijo además que es el enojo lo que la motiva a subirse a un escenario o hacer películas: “Necesito expresarme, sacar cosas afuera porque odio el mundo, odio cómo están planteadas las cosas, odio para donde se va todo”..

TODO SE TRANSFORMA

-¿Qué fue lo que más la cautivó de ‘Como el mar’?

-Me interesó mucho el tema vincular, y tener la posibilidad de mostrar distintas maneras de maternar y de poner un poco de grises a todo lo que en general se nos ha mostrado como blanco o negro. Me parece que las relaciones son muy particulares, que hay tantas relaciones como personas en el mundo y que poder tratar los grises en esta relación era muy interesante. Está buenísimo poder mostrar vínculos que existen hace un montón pero no están tan representados en las historias que se cuentan. Tal vez si están mostrados, lo están condenatoriamente. La vida se parece mucho más a los grises, los vínculos no son como los muestran, eso para mi fue fundamental. Me interesaba mostrar los grises en un tema tan tabú como la maternidad y la familia.

-¿Cuánto tiene Paula, su personaje, de la Sofía de la vida real?

-Todo tiene, me cuesta mucho hablar de mis personajes en primera persona. En mi caso, me meto en la mente de la persona que estoy interpretando, ese personaje vive en mí y de adentro mío es de donde lo saco. Siempre trato de estar lo más neutra posible para que el personaje vaya llevando mi emocionalidad a lugares donde necesito. Tiene nada de mí pero a la vez tiene todo, yo también fui mamá muy joven de mi hija que es un poco mi hermana-hija con la que crecí. Helena va a cumplir 16 y siento con ella algo de estas maternidades en donde no del todo me llego a sentir identificada con las cosas que veo. Generacionalmente, nuestra brecha es mucho más corta; mi mamá me tuvo a los 40 y eso marca un montón de cosas. Mi hija y yo estamos más cerca en un montón de cosas como la música, el cine. Entonces el personaje de Paula me pegaba de cerca, y el hecho de ser mamá muy joven y qué pasa con eso, porque por más que seas madre no dejás de ser joven y la inconsciencia de la juventud hace que no te des cuenta que vos también estás creciendo a la par de tus hijos.

-La relación, primero de hermanas y luego de madre e hija que interpretan con Zoe, se ve muy genuina, ¿Cómo lo lograron?

-Tuvimos una primera reunión en casa y desde ese momento tuvimos la suerte de pegar muy buena onda e ir para el mismo lado desde lo emocional. Entonces todo fue mucho más fácil porque de entrada ya nos sentimos cercanas. Jugábamos mucho en el medio de las escenas y nos dejaban improvisar. Es ahí donde se puede mostrar el vínculo de tantos años. Allá (en Uruguay) vivimos juntas. Yo salgo muy poco de mi casa porque no me gusta, pero esta vez estuve un mes y medio afuera. Entonces, fueron un montón de cosas que hicieron que se vea lo que realmente pasó, que es lo que se observa en pantalla.

CULTURA AFUERA

Sofía se autopercibe una referente del circuito independiente, así que nadie mejor que ella para expresar el sentir de la comunidad artística ante los continuos recortes en el área de cultura: “Lo vivo como un ataque. Pareciera que la cultura no importa, siempre se la denigra, eso no es casualidad. No es casualidad que la cultura sea cada vez más frivolidad y que cada vez se la dé menos espacio a situaciones profundas. Eso es una forma de control, de tenernos dormidos, sumisos, y de esa manera poder controlarnos y ejercer poder sobre nosotros. Quieren tenernos en este estado de shock en el que nos vivimos quejando pero finalmente nunca hacemos nada”.

“De muchísimo tiempo para acá me moví en los circuitos culturales que no están dentro del mainstream o del conformismo”, destacó la actriz, quien también apuntó contra el avance de las grandes plataformas que estrenan películas en festivales independientes: “Saludito para el Bafici”, disparó. “Pareciera que hay un monopolio de todo, es como si existiera una sola cosa, pero los artistas están resistiendo y están dando una batalla cultural muy zarpada”.

-¿Y qué se puede hacer para resistir desde el lado del espectador?

-Ahora la frivolidad manda. Hay algo de que la cultura se convierta en mero entretenimiento -que banco un montón porque amo la televisión, me encanta que exista y no le quito valor en absoluto-, pero me molesta que todo sea entretenimiento y que toda la cultura se convierta en eso. Pienso que el exceso de data nos quitó el deseo de la búsqueda, ahora está todo al alcance de la mano. Eso está buenísimo pero al mismo tiempo nos quitó la búsqueda, que es donde el espectador se siente parte del arte. Está bueno eso de buscar alguna banda que te guste o algún director que no está en Netflix. Me parece que la búsqueda y no tenerle miedo a las emociones profundas es importante. Estamos en un universo tan posapocalíptico, parece una película ciberpunk de los años ‘80 en la que da miedo sentir. Lo mainstream está cada vez más lejos de mostrar cosas que te movilicen, entonces la profundidad da miedo porque, de verdad, una buena película te puede cambiar la cabeza. Yo como consumidora de arte trato de no perder la necesidad de búsqueda y de comprometerme con lo que estoy viendo y bancarme que no sea complaciente. La idea es buscar algo que te movilice y no que te conforme.