A 48 años del crucial enfrentamiento

Manchalá, el combate que socavó las bases del ERP en Tucumán

La libertad de los pueblos nunca se logró sólo a base de libros y plumas bajo el brazo. Tampoco se la mantuvo sólo con la palabra ni discursos frente a enemigos. Hubo ocasiones en las que, en defensa de una cultura, un pueblo y el futuro de propias y ajenas familias, hubo que empuñar las armas para sobreponerse a las hostilidades. Es que a los conflictos muchas veces no se los elige, ni a ellos, ni a las formas en que ellos se plantean.

Eso fue así siempre, en todas las épocas y en todos los continentes. En el caso de nuestra Terra Patria -la tierra de los Padres o antepasados-, los criollos tuvieron que enfrentarse a las invasiones inglesas y luego, a las tiranías de Virreyes.

Ante la primera emancipación del 25 de Mayo de aquel 1810, vinieron las invasiones realistas, que buscaban mantener la potestad de estas tierras, pero un pueblo ya se había despertado. Así fue que, tras largos años de tratados, revoluciones, discusiones y guerras independentistas, se alzó sobre la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación, como cita nuestra Canción Patria en el Himno de Mayo.

La República Argentina, luego de independizarse y de darse forma en lo institucional, constitucional y en la manera de organizar su estado, tuvo que demarcar y mantener su territorio junto al imperio de su Constitución Nacional en toda su extensión. Fue así que pasaron las guerras con Brasil o de la Triple Frontera, los conflictos con Chile, entre otros enfrentamientos. La primer Gran Guerra y la II Guerra Mundial no afectaron bélicamente a nuestro país, aunque la Guerra Fría sí calentó nuestro territorio.

Mientras Estados Unidos y la Unión Soviética se esquivaban en enfrentamientos directos, en el sureste asiático, África y Latinoamérica desembarcaba el socialismo, con toda la violencia que conllevan las dictaduras marxistas. Cuba desde el 59, con la irrupción de Fidel Castro en el poder, iba a sufrir de los más grandes regímenes totalitarios que el mundo ha conocido.

La Unión Soviética tiró su ancla en La Habana e hizo de la isla cubana su portaaviones para inmiscuirse en territorio occidental y buscar expandir el socialismo marxista en América Latina.

La guerrilla y el terrorismo fue la metodología que utilizaron por aquellos años, actuando directamente sobre la sociedad civil. Formaron y dirigieron organizaciones armadas y Ejércitos Paramilitares en países latinoamericanos. Sendero Luminoso en Perú, Comando de Liberación Nacional en Brasil, Ejército del Pueblo Paraguayo en Paraguay, Resistencia Armada en Chile, fueron algunos de los grupos que a través de las armas, buscaron imponer una ideología alternativa en cada país durante gobiernos democráticos.

En Argentina, a lo largo de 30 años, pasaron diecisiete organizaciones guerrilleras. Las dos organizaciones más grandes fueron Montoneros y Ejército Revolucionario del Pueblo, que llegó a ser el grupo terrorista más grande en su época.

Este 28 de Mayo se cumplen 48 años de un enfrentamiento que dinamitó las bases del ERP en pleno territorio tucumano. En febrero del año 75, Isabel Martìnez de Perón había decretado la Operación Independencia, mediante la cual ordenaba a las Fuerzas Armadas Argentinas aniquilar el terrorismo.

En la localidad tucumana de Famaillá estaba ubicado el Puesto de Comando Táctico de la V Brigada de Montaña, desde donde se dirigía todo el movimiento castrense. El ERP tenía en sus planes para el 29 de Mayo -Día del Ejército Argentino- tomar el pueblo, asaltar el Comando asesinando a todos los Oficiales y secuestrar todos los elementos de combate.

Mientras el agresor preparaba su ataque en la tarde del 28 de Mayo, un pequeño grupo de salteños bajo bandera, pertenecientes a la Compañía de Ingenieros V del Ejército Argentino, prestaba servicios a la sociedad reparando y refaccionando escuelas ubicadas en localidades al sureste del Jardín de la República.

Pasadas las 17:00 horas, en la Escuela de Manchalá, una emboscada de más de cien guerrilleros atacó a dos de los suboficiales y soldados que se encontraban en el lugar, que no superaban la decena.

Abrieron fuego sin mediar palabra, rodearon la escuela e hirieron a algunos de los colimbas, que cumplían la ley del Servicio Militar Obligatorio.

Para el bien de nuestro país, aquellos jóvenes soldados, no rompieron el juramento a la Bandera Nacional Argentina, la misma que se forjó a golpes, desde principios del siglo XIX.

Tras horas de asedio, el ERP ofrecía avanzar sobre la Escuela y desde adentro respondían: ¡Avancen hijos de puta! ¡Vengan a buscarnos!

El terrorismo no pudo con el temple de los soldados Argentinos. Siendo minoría, contuvieron las garras del terrorismo y asestaron un fuerte golpe al Ejército Revolucionario del Pueblo. Con esta patriada, salvaron la Libertad Argentina, el Comando del Operativo Independencia y todo el Pueblo de Famaillá. El Pueblo Argentino, le debe su agradecimiento.

En este nuevo aniversario, vaya mi reconocimiento a mis amigos: ¡Los valientes soldados de Manchalá!

 David San Román

CES Centro de Estudios Salta