Compradores sin fronteras: Cómo impacta el aluvión comercial desde países vecinos

Por Jorge Day *

La oleada de compradores de países limítrofes cruzando la frontera llegó en el último período a lugares como Mendoza, que se encuentra a varias horas de viaje de las ciudades chilenas más cercanas.

Los tours de compras no apuntan a bienes del llamado consumo durable, sino a productos de consumo masivo, subrayando la formación de una especie de “Provincia 25” por la magnitud de operaciones involucradas.

Los comercios de frontera se benefician con mayores ventas, pero ¿qué ocurre con el abastecimiento y los precios de esos bienes sobre los que se concentra la demanda potenciada?

Inicialmente, se trataba de ciudades limítrofes con población relativamente pequeña. Ahora se incorporan urbes más pobladas. Señal de que, mirada con ojos extranjeros, nuestro país está cada vez más barato.

Un punto llamativo es lo que compran. En general, cuando los argentinos viajan a otros países compran ropa y equipos informáticos, y son compras por única vez (en el momento en que hacen el viaje). Es un turismo de ocio, en el cual las compras son algo secundario.

En cambio, los extranjeros que actualmente nos visitan, compran productos de consumo masivo (alimentos no perecederos, productos de limpieza y de higiene personal, entre otros).

En ciudades limítrofes no son compras por única vez sino que nos visitan en forma frecuente. Es un turismo de ahorro, en el cual las compras son el principal objetivo del viaje. En muchos casos, los visitantes consiguen esos productos a un tercio del precio que deberían pagar en sus países de origen, como ilustra el cuadro adjunto.

Siendo así, con una visión de consumidor, surge la inquietud de si estas compras causan desabastecimiento e inflación.

Si estuviésemos en un país normal, la situación sería la siguiente. En varias de estas ciudades los bienes que se venden no se producen localmente, sino en otra provincia o en otro país. Entonces, si hay un boom en la llegada de visitantes extranjeros los comercios locales previamente se aprovisionan de más mercadería, para luego vendérsela a estos turistas. Habría mayores ventas, sin necesidad de aumentos en precios.

El problema está si el número de visitantes y el nivel de compras pasan a ser más altos, de modo que no haya capacidad suficiente para producir esos bienes (por ahora, no estaríamos en ese nivel). En el caso de bienes que se importan, si el nivel de restricciones se incrementa (por falta de dólares en el Banco Central), también podrían aumentar los precios.

Claramente estas compras masivas explicitan que Argentina está muy barata, mirada con ojos extranjeros. Eso es señal que el dólar relevante para estos extranjeros (el blue) está muy caro.

Lo cual es razonable, tanto por una mayor demanda de dólares (temor a una mayor inflación y a la incertidumbre económica en el país), como por una menor oferta (el cepo desalienta una mayor entrada de divisas al país). Observese que para encontrar valores semejantes a los del dólar blue (490 pesos) hay que remontarse a períodos de crisis muy severas del pasado, de la década de los ‘80, o de mediados de los ‘70.

La situación se agrava por otros factores convergentes. Primero, el programa de Precios Justos implica productos más baratos, si se los encuentra en la góndola. Segundo, algunos productos de consumo masivo son importados, al dólar oficial, que está artificialmente bajo. Tercero, los combustibles tienen precios regulados, muy por debajo de los precios en otros países.

Es decir, esos tres factores se traducen en precios “artificialmente” bajos, que pueden ser adquiridos por los turistas extranjeros. Son tres maneras de subsidiarlos, en un país con problemas económicos.

IMPACTO REGIONAL

El vaso medio lleno es que se vende más. El medio vacío es el temor a mayores precios y a un posible desabastecimiento. Con este planteo, consideraremos tres indicadores claves: i) cantidades vendidas (¿se vendió más?), ii) precios (en las ciudades limítrofes, ¿han aumentado más que en otros lugares del país?), y iii) ¿hay desabastecimiento?

Un problema es que es difícil hallar datos específicos de ciudades. Lo usual es que haya datos provinciales y, en algunos casos, regionales (que agrupan varias provincias), lo cual no permite ser tan preciso a la hora de conocer el impacto de esas compras masivas.

Inicialmente, estas compras se realizan entre ciudades limítrofes, que generalmente tienen poblaciones relativamente pequeñas (cercana a los 100 mil habitantes), por lo cual su impacto puede verse desdibujado al considerar los datos provinciales.

Cantidades vendidas: de un informe de Nielsen, se mencionan que las ventas de productos de consumo masivo (netas de inflación) en el país habían incrementado un 4,6% en 2022, impulsado por el “interior del país”. En localidades limítrofes lo habían hecho a un ritmo superior (Clorinda, 33%; Iguazú, 120%; Posadas, 16%; Concordia, 13%; y Gualeguaychú, 27%).

Ahora observando datos provinciales. Entre las más vinculadas a estas compras masivas por parte de extranjeros se considerarán Misiones, Corrientes, Jujuy, Salta, Chaco, Formosa, Mendoza y Río Negro.

Consideremos los siguientes indicadores: consumo de combustibles, y recaudación del impuesto provincial a los Ingresos Brutos (en general, uno de los principales contribuyentes es el Comercio), en ambos para un periodo de dos años, tomando como base principios de 2021, cuando se comenzaba a salir de la inmovilidad de la pandemia.

En combustibles, hay un mayor consumo en provincias norteñas y también en Entre Ríos, no tanto en Jujuy, Río Negro y Mendoza (como se comentó anteriormente, recién en este año se notan las compras masivas de extranjeros en la provincia cuyana). Entre enero y marzo de 2021 e igual período de 2023 las ventas de combustibles se incrementaron un 9% en el promedio país, pero lo hicieron un 35% en Formosa, un 29% en Misiones, un 24% en Corrientes y un 22% en Entre Ríos.

También ha habido mayor recaudación en el impuesto a los Ingresos Brutos en provincias cercanas a la frontera con los países vecinos. La variación en términos reales de la recaudación de Ingresos Brutos de una provincia como Buenos Aires fue de sólo el 3% entre enero-abril de 2021 e igual período de 2023, mientras que ese guarismo fue de nada menos que el 28% en Jujuy, el 12% en Formosa, el 10% en Chaco y el 9% en Salta y Mendoza.

Otro indicador es el de ventas en supermercados. Ha habido mayores ventas en Entre Ríos, no tanto en las otras provincias. Los comentarios subrayan que los extranjeros compran más en comercios mayoristas.

Un último indicador podría ser la estadía en hoteles. No se observan cambios. Lo cual es razonable, al tratarse de un turismo de ahorro, pocos van a hoteles, y más a departamentos baratos que se alquilan o vienen por el día (más si están muy cercanas las ciudades).

DESABASTECIMIENTO

¿Hay desabastecimiento? Cada tanto aparece alguna noticia de preocupación, pero por ahora sólo ha habido casos aislados, de carácter temporal. Se explica más por el ritmo de reposición de los productos, que alguna vez no ha seguido su mayor demanda.

En ciudades grandes las compras por parte de los extranjeros representan un porcentaje bajo de la facturación de supermercados y comercios mayoristas.

Tomando como base el promedio nacional, se observa que los precios en las regiones norteñas NEA y NOA (más vinculados a provincias limítrofes) aumentaron en mayor porcentaje, pero en el periodo 2020/21, y luego viene incrementándose a menor ritmo.

En Mendoza los precios habían aumentado más que en Córdoba y CABA en el periodo 2021/22, pero se revierte esa tendencia en este año, o sea ha ido en sentido contrario a la hipótesis del empuje de precios por las compras masivas. Además, los precios de alimentos habían aumentado más fuertemente en San Luis, que no recibe gran número de turistas extranjeros.

CONCLUSION

Las compras masivas por parte de extranjeros explicitan el problema del cepo, con un dólar oficial barato y un blue caro. Complica la vida a los argentinos, no así a los extranjeros vecinos que aprovechan para comprar más barato.

Una preocupación regional es si perjudica a la población de cada lugar en donde se realizan esas compras masivas. En materia de precios, esas compras no parecen generar mayor inflación, pero podría pensarse en precios más altos, en comparación a otras ciudades “no visitadas masivamente por los extranjeros”. No hay datos precisos por ciudad. Los datos provinciales y regionales no validan por ahora esa hipótesis.

Un planteo es si debiera haber discriminación de precios, es decir, precios más altos para los extranjeros. En el exterior se hace con el uso de tarjetas, por ejemplo de un supermercado, que generalmente la poseen los habitantes del lugar y pagan un precio menor.

Otra preocupación está en el posible desabastecimiento. Por ahora, hay algunas noticias de casos temporarios, pero sólo por un problema del ritmo de reposición. En realidad, se nota más el desabastecimiento de productos que están en el listado de Precios Justos, pero no es por culpa de aquellas compras masivas.

* Economista del Ieral de la Fundación Mediterránea.