Una forma de mantener vivas las tradiciones
POR RAFAEL JOSÉ BARNI *
También podemos encontrar como antecedentes a esa semana de mayo de 1810 a la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, la descomposición de la monarquía española, la asonada de Alzaga de enero de 1809, la invasión y control de la península ibérica por parte de Napoleón, la conformación del Consejo de Regencia en Cádiz como última medida desesperada por mantener la representación del Rey ya cautivo y finalmente el Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810.
Todos estos acontecimientos fueron desgastando el poder español en Sudamérica que debidamente aprovechado por los criollos, condujeron a la conformación de la Primera Junta de Gobierno patrio..
Dos factores permitirán a los patriotas de mayo presionar al Virrey Cisneros para que renuncie a su cargo. El primero, su falta de legitimidad, ya que el monarca que lo había designado, ya no existía en sus funciones y el segundo, el claro poder de los cuerpos militares en manos de los criollos.
Varios episodios cargados de tensión sucedieron entre el 22 de mayo y la noche del 24, cuando los criollos reunidos secretamente en casa de Rodríguez Peña, rechazan la idea de que la Junta de Gobierno que se decidió conformar en el Cabildo del 22 de mayo, estuviera presidida por el Virrey Cisneros y exigieron la formación de un Cabildo abierto el 25 de mayo.
Este día, lluvioso, frio y gris como lo pintan nuestros manuales, también fue de graves agitaciones y calurosas discusiones en el interior del cabildo.
Cisneros renunció “sin protestas para no exasperar los ánimos del pueblo exaltado y puesto en conmoción”(1). A continuación, se conformó la Primera Junta de Gobierno, que regirá a partir de ese momento los destinos de la Patria.
Ocupará la presidencia de la misma el Brigadier Cornelio Saavedra, por su decisiva actuación en los acontecimientos de esa semana y en particular en los de ese día.
El resto de los miembros de la junta no provino de una inspiración del momento, sino que fue un acuerdo previo entre carlotistas y alzaguistas para que existiera, al menos en su comienzo un balance entre las diferentes ideas y una armonía y consenso en los primeros pasos del nuevo gobierno.
Acompañaron a Saavedra cuatro carlotistas, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso y Miguel de Azcuénaga, y cuatro alzaguistas, los españoles Juan Larrea y Domingo Matheu y los criollos Mariano Moreno y el presbítero Manuel Alberti en representación del clero.
MANTENER VIVAS LAS TRADICIONES
A veces los argentinos discutimos la razón por la que tenemos dos fechas patrias, el 25 de mayo y el 9 de julio, que no es la norma en el resto del mundo y pretendemos darle más importancia a una que a la otra, cuando en realidad una complementa a la otra y ninguna hubiera existido sin la existencia de la otra. Ambas constituyen dos hitos históricos que están en las raíces de nuestra Patria y como tal debemos venerarlas.
Recordar y conmemorar cada 25 de mayo es algo más que el recuerdo de un aniversario, es mantener vivas las tradiciones con que se nutre y dan razón de ser a una nación, es reconocer el coraje de quienes lo protagonizaron, es educar y transmitir a las jóvenes generaciones el amor a la Patria y su compromiso con ella, como alguna vez tan claramente expresara en su poesía Jorge Luis Borges, “somos el porvenir de esos varones, la justificación de aquellos muertos, nuestro deber es la gloriosa carga que a nuestras sombras legan, esas sombras que debemos salvar” (2).
(1) Licenciado Justo José Núñez. Escribano público del Cabildo de Buenos Aires.
(2) Jorge Luis Borges. Poesía Nadie es la Patria.
* General de Brigada (R). Miembro de Número y ex Presidente del Instituto Argentino de Historia Militar.