La sombra del default de la deuda estadounidense aletea sobre los mercados globales, causando alarma entre los inversores. Las paciencias se están agotando, conforme las negociaciones entre demócratas y republicanos van de fracaso en fracaso.
En la cumbre del Grupo de los Siete en Japón, Joe Biden aseguró a sus colegas que Estados Unidos no caería en un impago. Mucho tiempo no queda. El 1 de junio vence el plazo para elevar el tope de endeudamiento, que ahora es de 31 billones de dólares, para que el gobierno pueda seguir pagando las cuentas sin tener que cerrar, de manera escalonada, distintas áreas de la administración pública. Básicamente, los republicanos exigen grandes recortes del gasto estatal, a los que se oponen los demócratas. Hay un tira y afloja.
Así las cosas, el mercado bursátil opera con muy bajo volumen. Nadie tiene ánimos de correr riesgos
. Para peor, los balances de las grandes empresas han sido en conjunto peores a los del año pasado, dando pábulo a la idea de que avanza una recesión en la primera economía mundial.
Vale decir, las cifras macreoeconómicas de Estados Unidos que hasta hace poco eran claramente inflacionarias ahora parecen decirnos que se avecina una retracción económica.
En su discurso del viernes, Jerome Powell negó -de manera implícita- que el de mayo haya sido el último aumento de la tasa de interés, pues el alza del costo de vida (+4,9%) se encuentra muy por encima de la meta histórica del 2 % anual.
Si embargo, la amplia mayoría de los inversores no cree que la Fed vaya a volver a subir las tasas en junio. Según The Wall Street Journal
, los mercados ahora creen que la posibilidad de un aumento del costo del dinero es de una entre ocho, mientras que días atrás era de una entre tres.
Janet Yellen añadió más nafta al fuego del sainete en que se ha convertido la alta política y la gestión económica estadounidense. Muy suelta de cuerpo, la secretaria del Tesoro dijo el jueves delante de ejecutivos del sector financiero que serán necesarias más fusiones entre bancos regionales. La consolidación, al parecer, no está terminada.
El Dow Jones terminó así el viernes en la zona de las 33.426 unidades, tras caer el 0,33 %. El S&P 500 restó un 0,14 % hasta 4.191 puntos. Por su parte, el índice Nasdaq, en el que cotizan las principales tecnológicas, bajó un 0,24 %, hasta 12.657 enteros. Los commodities en general tuvieron una semana muy mala, con el petróleo en 71 dólares y el oro en u$s 1980. La soja, en un lamentable, u$s 1.305. Sólo eso nos faltaba después de la pavorosa sequía.
El dólar vuelve a ganar terreno contra las otras monedas. El vuelo a calidad le va a ganar al carry trade, según la fotografía de estos días.
¿Hace falta añadir que la Argentina sigue al rojo vivo? La inflación es un desastre, en torno al 9% anual con el nivel de actividad retrayéndose. Me cuesta pensar que Sergio Massa pueda tener alguna chance electoral con estos paupérrimos resultados económicos. Veo que el tipo de cambio va camino hacia los 680/700 pesos.