Una radiografía de la familia moderna

En 'Querido Evan', los trastornos emocionales de un adolescente desnudan una sociedad mentirosa e incomunicada. Laura Conforte y Máximo Meyer, dos de los protagonistas de la versión local de este exitoso título llegado desde Broadway, analizan las implicancias de la historia en nuestro país.

Era uno de esos títulos que los amantes del teatro musical esperaban con ansias y parece no haber defraudado ni a los fanáticos del género ni al espectador común, que vienen colmando cada una de las funciones en el Metropolitan. 'Querido Evan', la adaptación local de 'Dear Evan Hansen', la exitosa obra de Steven Levenson (libro), Benj Pasek y Justin Paul (letra y música), la misma dupla de 'La la land' y 'El gran showman', llegó a Buenos Aires con el respaldo de un equipo técnico y artístico que ya cautivó con otra propuesta del mismo estilo, 'Casi normales': Pablo del Campo y Javier Faroni en la producción, Gastón Briski en el diseño de sonido, y Laura Conforte, Guido Balzaretti, Máximo Meyer y Rocío Hernández integrando un elenco que esta vez completan Julia Zenko, Fabio Aste, Mariel Percossi y Mariano Condoluci.

Moviendo los hilos de esta puesta en la que conviven grandes proyecciones, escenografías rodantes, músicos en vivo (dirigidos por Tomás Mayer Wolf) y un combinado de actores y actrices con trabajos muy destacados, aparece Sebastián Irigo, el mismo director de la reciente 'Regreso en Patagonia' y de algunos de los espectáculos de Los Macocos.

Para Máximo Meyer, quien encarna al conflictuado Evan, es "un sueño estar transitando esta obra y este personaje, y notar lo importante que es la historia y lo mucho que la gente se identifica con ella. Aspiraba hacer este personaje desde hace dos o tres años. Me decía a mí mismo 'che, me gusta mucho ese rol y empatizo mucho con el relato'. Sentía una conexión muy fuerte y a la vez inexplicable. No había tenido oportunidad de ver la obra en teatro, pero sí de escuchar la música, de ver la película. Y tenía la sensación de que en algún momento podría tocarme; algo medio astral'', define.­

-¿Primera vez que le pasa?­

-No, también me sucedió con 'Casi normales'. Esa sensación de que alguna vez se me iba a dar, y se me dio.­

-Ambas obras requieren de un gran compromiso emocional de los intérpretes.­

-Sí, es cierto. Si bien en 'Casi normales' mi personaje (Henry) estaba un poco corrido del conflicto principal de Diana, en este caso sí la mayor carga recae sobre Evan. Nunca me había tocado asumir un personaje con tanto compromiso. Al principio estaba muy asustado, no sabía si podría hacerlo bien.­

"A mí me cuesta mucho separar las dos obras'', interviene Laura Conforte, la inolvidable Diana de 'Casi normales' a la que alude Meyer. "Si bien la trama no tiene nada que ver, hay algo que me pega en el sentido de que son dos libros perfectos. Creo que habría que inventar una nueva categoría para este tipo de obras, porque el musical está asociado a la cosa lúdica, más liviana, de fantasía, y en este tipo de propuestas, como en 'Piaf', está todo puesto en la trama, no hay nada para distraerse. Podríamos hacerla sin luces, sin escenografía, sin cambios de vestuario, y la historia sería igualmente tremenda, no necesita de purpurina''.­

-Una vez más le toca encarnar a una madre que se enfrenta a la muerte de un hijo adolescente.­

(Meyer) -¡Guau, qué patrón!­

(Conforte) -Así es. Y trato de no pensarlo demasiado, de no meterme mucho ahí porque es duro para los que tenemos hijos. No obstante, Diana no se parece a Cynthia porque ella sufre trastornos severos y Cynthia transita una depresión ligada con el duelo que está atravesando. Los Murphy, en este caso, entran para dar una pincelada de otro color, pero el foco está puesto en Evan, que es quien lleva el conflicto. Pero ojo que no es un bajón esta obra, me lo vienen diciendo los que la vieron; es una obra muy luminosa.­

En este punto, una vez más, la comparación con su antecesora resulta inevitable. "La historia de 'Casi normales' es más oscura, más depre. La gente salía del teatro un poquito rota. Pero en 'Querido Evan' el público sale entero, vital, como iluminado'', describe la actriz de 'Rent', 'A Chorus Line' y 'La novicia rebelde'.­

"A mí mismo me preguntan si termino muy cargado después de la función, y no. Mi personaje atraviesa un proceso de sanación a lo largo de la obra, arranca muy abajo y termina habiendo resuelto un montón de temas, entonces salgo renovado'', confirma Meyer, que supo trabajar en títulos como 'Quién retiene a quién' y 'Una vez en la vida'.­

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EMPATIA­

En ese tránsito del que hablan los protagonistas la obra recorre temas como la incomunicación, la desatención de los padres hacia los hijos por la necesidad de trabajar muchas horas, el efecto multiplicador de las redes sociales, el suicidio, la mentira y, claro, los problemas emocionales tan comunes por estos días. En tal sentido, Meyer asume que "es muy fácil empatizar no sólo con Evan sino con todos los personajes porque esta historia ofrece una paleta muy amplia de adultos y adolescentes''. Para Conforte se trata de "una obra que genera espejo en todas las generaciones porque, si bien la problemática se da en el mundo adolescente, las familias que los rodean también están perturbadas. Es una temática familiar la que se aborda. Si sos padre, en algún momento te vas a sentir reflejado''.­

"Todos en algún momento nos sentimos solos, a todos nos costó comunicarnos -acota Meyer-. La falta de diálogo entre padres e hijos es un hecho que se repite. Y ni hablar de las ansiedades que generan las redes sociales. Por eso esta es una obra tan actual, que aborda todas esas cuestiones de un modo súper interesante".­

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LEVANTAR LA MANO­

-Siendo que se estrenó originalmente en 2015, hasta podría decirse que es una obra que se adelantó a su tiempo.­

(MM) -Viene envejeciendo bien, y creo que con el paso de las años va a estar cada vez más vigente. Fijate que hoy lo raro es que alguien no haga terapia. Mis amigos van todos, y yo mismo tengo ganas de retomar. Y a la vez mucha gente cercana me cuenta que sufre ataques de ansiedad, de pánico. Por suerte, hoy hay mucha más información sobre todo eso.­

(LC) -Definitivamente, es más fácil levantar la mano ahora que hace unos años. En el programa de mano incluimos una carta divina de la Asociación Psicoanalítica Argentina que dice que si te ves reflejado en Evan, o tenés una amiga o amigo que se le parecen, que pidas ayuda. Por suerte, los argentinos siempre fuimos una sociedad muy psicoanalizada. Y en parte el suceso de 'Casi normales' tuvo que ver con eso, porque en otras culturas no se les presta tanta atención a los mambos psicológicos o psiquiátricos. Lo lindo del mensaje de 'Querido Evan' es que te dice que más allá de todo lo mal que te puedas sentir se puede salir adelante.­