Mirador político

Ya quedó bastante claro

Las elecciones realizadas en un tercio de los distritos electorales del país muestran que a pesar de la crisis económica que demandaría un drástico cambio de dirección, los votantes apoyaron a los oficialismos locales con una fidelidad inquebrantable.

Se produjo al mismo tiempo un marcado retroceso de los candidatos kirchneristas, mientras Juntos por el Cambio no consiguió captar el voto supuestamente descontento con el 130% de inflación, la pobreza en alza y la ausencia de toda esperanza de que Sergio Massa usando las mismas recetas intervencionistas de los últimos 80 años consiga resultados diferentes.

El mensaje de las urnas fue que Cristina Kirchner no arrastra votos como lo hizo hasta 2019 y su negativa a competir en 2023 dejó en el desierto y sin agua a sus candidatos. Algo similar ocurrió con Juntos por el Cambio. La retirada de Mauricio Macri dejó al principal partido de oposición sin una identidad definida y convertido en una bolsa de gatos.

La opción restante, Javier Milei, dio demasiados ejemplos de extravío como para seguir representando una opción practicable. No importa el espacio que le dediquen los medios, ni los esfuerzos del peronismo para alentarlo en perjuicio de JxC, el libertario hizo en todas las provincias un papelón y en La Rioja, donde el candidato Martín Menem sacó un inesperado 15%, obtuvo su cosecha a expensas del peronismo que en 2019 había superado los 65 puntos con dos candidatos.

Con estas pruebas a la vista dirigentes de JxC dejaron trascender la necesidad de evitar las luchas internas y concurrir a las PASO con listas unificadas, algo que no los distingue demasiado de Massa que pide lo mismo. Pero la propuesta no parece viable en ausencia de quien fue hasta hace pocos meses el líder del sector.

La principal candidatura de la coalición opositora fue tanto en 2015 como en 2019 la de Mauricio Macri que resolvió el reparto de poder de manera discrecional. En 2019, en plena derrota, retuvo más del 40% de los votos en condiciones económicas adversas. Hace cuatro años la sociedad optó por el voto castigo. Ese año el aumento de precios había sido del 53%, mucho menos de la mitad del proyectado para el último año de gobierno de los Fernández, y menor aun del ilusorio porcentaje incluido en el presupuesto vigente por Massa (60%). Por eso no es sólo en los números de la macroeconomía donde se debe buscar una explicación a la conducta del electorado.

El PRO es un invento de Macri a quien el principal candidato a sucederlo, Horacio Rodríguez Larreta, quiere borrar. El problema de la pérdida de votos por parte de JxC, sin embargo, no es la lucha de poder, sino la pérdida de identidad ocurrida en la transición. ¿Puede Rodríguez Larreta revertir la larga decadencia del país aliándose con los mismos políticos y factores de poder que la causaron? Esa es la pregunta que debe contestar si quiere ganarle a Patricia Bullrich y dar vuelta la tendencia que las elecciones provinciales mostraron hasta ahora. Para seguir con más de lo mismo están los peronistas. Ya quedó bastante claro.