Julio Villalonga, un periodista de raza

La temprana desaparición de Julio Villalonga a los 63 años priva al país de un periodista que en sus más diversas facetas fue un ejemplo de dedicación y ética. Desde su juventud su interés por el conocimiento que lo llevaron a formarse en la comunicación, para lo que tenía un talento natural, sin dejar de vincularla a todas las demás disciplinas.

Ocupó cargos relevantes en el periodismo gráfico, radial, televisivo; cubrió viajes presidenciales, guerras, cumbres de Jefes de Estado, entrevistó a figuras relevantes en sus más variadas actividades. Escribió varios libros, y miles de artículos.

Su mayor orgullo, después de su familia; su mujer Nanu y sus hijas, siempre presentes en sus diálogos o proyectos; fue la marca Gaceta Mercantil, recordando aquel periódico que desde octubre de 1823 hasta febrero de 1852 informó la realidad a los porteños y aún al interior. Fue el de más larga existencia en los albores de aquel país que se debatía en las crisis y trataba de formarse.

Reunió en él a destacados colaboradores, sin exclusiones ideológicas -sólo pedía la probidad intelectual- seguramente algo que estaba marcado a fuego en su carácter. La Gaceta fue además un espacio abierto a las más distintas manifestaciones culturales, y hasta en una charla en el Sanatorio Güemes, pensamos en una Gaceta Diplomática, para abrir el país y a la vez conocer el mundo.

Con tantos méritos equiparables a su modestia, con Ignacio Bracht lo propusimos para ocupar un sitial como académico de número en la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación, a la que debía pertenecer por derecho propio. Fue electo por unanimidad el 7 de junio de 2018, justamente el día del periodista y ocupó el sillón que lleva el nombre de Natalio Botana el fundador de Crítica. El 28 de agosto de ese año en el Museo Mitre pronunció su conferencia de incorporación como lo muestra la foto que ilustra esta nota, que tituló “Posverdad, posmentira: los medios en la era de las redes” en la que destacó las bases del periodismo.

La presencia de Julio en las sesiones de la Academia siempre enriquecían las comunicaciones, los debates, las experiencias y hasta los proyectos. Lamentablemente su gran sueño de celebrar el bicentenario de aquella Gaceta Mercantil en octubre de este año, no lo tendrá presente, pero sin duda la reunión será un homenaje a Julio Villalonga hombre de una sabiduría insaciable para quien aprender era como explorar terrenos ignorados, para después esparcir su conocimiento en lectores y discípulos que como quienes cultivamos su amistad vamos a extrañar esa agudeza, humor, simpatía y gesto cómplice en todo momento.