EL PULSO DE LOS MERCADOS

La Argentina, en un peligrosísimo proceso de escalada inflacionaria

Pareciera que el problema inflacionario en Estados Unidos se estuviera encarrilando. Días atrás nos anoticiamos que los precios minoristas subieron en abril un 0,4 %, lo que implica una baja de una décima en la medición interanual, hasta el 4,9 %, desde un pico del 9 % causado por la reluctancia de la Reserva Federal de subir la tasa de interés, cuando correspondía, es decir en 2021, como hemos denunciado más de una vez en esta columna.

El jueves se conoció el PPI, es decir la inflación mayorista en la Unión. El mercado esperaba 0,3% mensual y fue 0,2 %. Como informó La Prensa, los precios mayoristas subieron sólo 2,3 % en comparación con un año antes, la décima desaceleración consecutiva y la cifra más baja desde enero de 2021. Claramente el dragón inflacionario se está -bien y mal- domesticando. La contracara es que el rigor monetario -la tasa escaló de cero a 5,25 % anual en quince meses, récord histórico- lesiona el nivel de actividad, lo que vemos en los pobres balances de grandes empresas. Vamos del enfriamiento a una recesión pura y dura.

El mismo jueves se conoció una cifra preocupante, en tal sentido. La cifra semanal de solicitudes del subsidio por desempleo en Estados Unidos subió a 264.000, es decir 22.000 más que en la anterior, según la medición de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés). El mercado laboral más pujante del globo estaría empezando a resquebrajarse, en línea con lo advertido en su momento por Jerome Powell que delante de atónicos legisladores dijo que hasta dos millones de sus compatriotas podrían perder su trabajo. La tasa de desocupación saltaría del 3,4 % actual hasta el 5 %.

Este ruido de fondo influye, naturalmente, en Wall Street. El Dow Jones cedió un 1,1 % en las últimas cinco jornadas y el S&P 500 un 0,3 %, encadenando ambos índices la segunda semana a la baja. También ahonda el malhumor de los inversores la pelea política sobre el techo de la deuda y la frágil salud de los bancos regionales.

Con la temporada de resultados trimestrales casi terminada -nos recuerdan las agencias de noticias- esta semana los analistas enfocarán la lupa sobre los balances de varios de los grandes minoristas, entre ellos Walmart y Home Depot, pues sus datos suelen ser considerados termómetro de la economía.

Falta ánimos para una reversión alcista en Wall Street, amigo lector. Mi sensación es que el mercado espera con ansias el momento mágico en que la Fed anuncie formalmente que el ciclo de alzas de tasas ha terminado. Pero todos los expertos pronostican que no se dará durante este año el siguiente paso, es decir el recorte del costo del dinero, teniendo en cuenta que -de acuerdo a los propios parámetros históricos de las autoridades monetarias- la inflación sigue siendo muy elevada, en un contexto internacional extremadamente volátil. ¿Qué pasaría si la Fed baja la tasa y vuelve a subir la inflación?

Los commodittes han caído fuerte en los últimos días porque a todo lo expuesto más arriba se le suma los malos números del crecimiento de la economía china. El petróleo volvió a los niveles de 70 dólares; y la soja de u$s 1.390, lo que nos importa especialmente a los argentinos. La posibilidad de que la principal importadora de la oleaginosa recorte su demanda es una sombra amenazante que podría revertir largamente la tendencia alcista causada por la sequía en nuestra Patria.

Me preocupa muchísimo el número dado a conocer el viernes sobre la inflación argentina. El 8,4 % de abril contra marzo (108,8 % interanual) delata que hemos entrado por culpa de la incompetencia del Gobierno y del Banco Central en un muy peligroso proceso de aceleración, similar a los del pasado nefasto. Estamos a nada de los dos digitos de inflación mensual, y cuando ello ocurre es muy difícil detener el tren en marcha. Ese tren tiene el potencial para arrollar a millones de compatriotas.