Susanna Tamaro vuelve al misterio del sufrimiento

La fórmula se ha usado hasta el hartazgo. Desde la novela decimonónica hasta el divertimento leve del streaming, pasando por las películas tipo Enrique Carreras y las telenovelas de la tarde. Un señor adulto, serio y obsesivo se enamora perdidamente de una muchacha rebelde y desordenada. La chica no es mala, pero la vida la golpeó y hace sufrir al hombre. Suceden desencuentros pero el amor a la larga triunfa y redime.

Este es el argumento de la novela más reciente de Susanna Tamaro (Trieste 1957). Una gran historia de amor (Seix Barral, 300 páginas) fue entregada a la imprenta por primera vez en 2020. El Chap GPT, ese prodigio frío que amenaza con volver obsoletos a los críticos de carne y hueso, dice de la exitosa y premiada escritora italiana : "Su obra se caracteriza por explorar los sentimientos y las relaciones humanas con un estilo sencillo y emotivo.... Si te gusta la literatura que habla del amor, la familia, la búsqueda de uno mismo y la espiritualidad, quizás te guste leer a Susanna Tamaro. Sin embargo, si prefieres las novelas más complejas, originales o innovadoras, puede que no sea tu autora favorita". Tal cual.

Una grande storia d'amore narra la relación entre Andrea, capitán de barco, y Edith, una jipona desobediente, simpatizante del maoísmo, diez años más joven. Se conocen a bordo de un ferry; el hombre se embelesa, al punto de abandonar a la novia de la infancia a pocas semanas de ir al altar. Empiezan a salir hasta que la chica rechaza sin miramientos la propuesta de matrimonio del oficial que, obviamente, queda devastado. En un restaurante de la isla de Bali se produce el improbable reencuentro. Edith tuvo una hija, lo que no es óbice para que la gran historia de amor recomience.

DOS HILOS

La novela se tejió con dos hilos temporales. El presente, en primera persona; el capitán, ya sexagenario, está solo en su caserón agreste e intenta salir adelante tras la partida de la esposa. El otro hilo es la evocación del pasado, sus idas y vueltas con la amada Edith. El procedimiento capital que aplica Tamaro en su novela número dieciséis es el punch emocional: nos coloca ante el drama de la traición a una novia abnegada; la muerte de un bébe; una hija cooptada por los traficantes de drogas; la perdida prematura de los padres y de un cónyuge por accidente o enfermedad. Así es la vida.

La novela podría ubicarse en el anaquel de las lecturas edificantes; esas que cualquier obispo o pastor podría recomendar a su grey sin herir la sensibilidad del más ñoño de sus feligreses. Con una filosofía de andar por casa, Una gran historia de amor pretende ser una reflexión sobre el misterio del dolor por la adversidad. El destino de Job. El problema es que Tamaro sólo araña la superficie del enigma existencial y teológico. Hay cosas que superan nuestro nivel de entendimiento, nos advierte. Su creación artística también puede ser catalogada como “literatura pueril”, un subgénero que viene ganando espacio (y millones de lectores) en el Viejo Continente.

Al parecer, la máxima baladí es un sello de identidad de la señora Tamaro. Máximas como estas tres: "Lo importante es tener intereses; ser curioso en la vida". "En invierno el sol es un amigo; en verano, un amigo". "La naturaleza nos habla, solo que estamos demasiado enfrascados en nuestros pensamientos para escucharla".

La reflexión alarmada de la página 137, en cambio, no está nada mal: "Si me hubieran dicho que un día tendría en la mano una tablita con la que podría hacer prácticamente todo lo que puede desear un ser humano -ver cine, leer libros y periódicos, hacer fotos, grabar, estar conectado con el mundo entero- no me lo habría creído. Y sin embargo, ha sucedido todo a una velocidad sorprendente. Desde la llegada del teléfono móvil en adelante, ha estallado un universo entero a nuestro alrededor. A veces creo que esa explosión no fue muy distinta de la que aconteció durante el Cámbrico, cuando como a una señal convenida, la fuerza vital empezó a producir millones y millones de criaturas diversas y de lo más variopintas. Había espacios vacíos y esos espacios se ocupaban, pero no mucho después -geológicamente hablando- la evolución dio marcha atrás y cortó de raíz la variedad de especies existentes. ¿Sucederá lo mismo con la tecnología?".

En síntesis, he aquí una novela para las personas que gustan de historias sencillas, narradas con una prosa transparente y con una profusa inclusión de mensajes directos. Uno no puede dejar de reconocer el valor de la señora Tamaro de promocionar el ágape (el amor cristiano) como apuesta existencial, es decir "la buena voluntad, la benevolencia y el placer voluntario en el objeto del amor…". Ágape -bellamente descripto en Corintios 1- implica fidelidad y compromiso: "Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”