Caos y expectación en la frontera entre México y Estados Unidos antes de la expiración de una norma migratoria

Miles de migrantes se concentraban hoy en la frontera norte de México en medio de un aluvión de cruces ilegales hacia Estados Unidos antes de que expire esta noche una norma conocida como Título 42, que desde 2020 permite expulsar a la mayoría de los que llegan a la zona limítrofe y mantiene suspendido el derecho a pedir asilo, tras lo cual podría ser igual o incluso más difícil entrar al país.

Imágenes tomadas por canales de televisión estadounidenses en ciudades mexicanas limítrofes con estados como California o Texas mostraban a miles de migrantes acampando frente a vallas fronterizas y decenas cruzando por zonas de ríos en botes tirados por hombres a pie con sogas, con niños y mujeres y bártulos sobre ellos.

La expectación crecía antes de la expiración, esta medianoche, del Título 42, una norma sanitaria invocada por el Gobierno del expresidente Donald Trump, el antecesor de Joe Biden, para suspender la obligación internacional del país de tramitar pedidos de asilo en sus fronteras, debido a la pandemia de coronavirus.

El fin de la norma, que supuestamente buscaba frenar la Covid-19, pero que en la práctica se utilizó casi 2,8 millones de veces para expulsar a migrantes, coincide con el fin de la emergencia de salud pública por coronavirus.

Desde hace años, millones de hombres, mujeres y niños migrantes, en su mayoría de países centroamericanos y sudamericanos, se lanzan a las rutas en caravanas que atraviesan a pie o en vehículos el territorio de México de sur a norte, en su afán de huir de la pobreza o la violencia e ingresar en Estados Unidos a través de su frontera sur.

Muchos de ellos optan por entrar de manera ilegal por lugares clandestinos y, una vez dentro de Estados Unidos, se hacen detener y solicitan asilo, con la esperanza de que las autoridades refieran su caso a un juez de asuntos migratorios, proceso durante el cual pueden quedarse de manera legal en Estados Unidos a la espera de una decisión.

Autoridades del país aseguran que en muchos casos se hace muy difícil expulsar a esos migrantes por múltiples motivos, incluyendo que no quieren ser readmitidos por sus países de origen, y miles de ellos han ganado sus casos en los tribunales, según medios y organizaciones de defensa de los migrantes.

Migrantes llegados a zonas fronterizas dijeron a medios estadounidenses que la migración irregular dejará de ser posible por nuevas medidas que entrarán en vigor a partir de mañana tras la expiración del Título 42, y explicaron que ese es el motivo de tal avalancha de cruces ilegales.

La expulsión por el Título 42 no tiene consecuencias judiciales, lo cual alentaba repetidos intentos. A partir de mañana, en cambio, quienes violen las leyes y nuevas disposiciones migratorias se enfrentan a tener la entrada prohibida a Estados Unidos durante cinco años o incluso a un proceso penal.

Estados Unidos anunció ayer que la norma que regirá ahora hará extremadamente imposible obtener asilo a personas que hayan viajado hasta la frontera a través de otro país, como México, sin haber tramitado allí su solicitud.

También habrá toques de queda y seguimiento por GPS para familias inmigrantes ilegales que han sido liberadas dentro de Estados Unidos a la espera del comienzo de sus procedimientos judiciales de asilo.

El Gobierno estadounidense lleva más de un año preparándose para el escenario pos-Título 42 con una batería de medidas que incluyen recompensas para los migrantes que empiecen a tramitar sus solicitudes antes de llegar a la frontera mediante la aplicación móvil CBP One.

Washington ha enfatizado que los pasos fronterizos seguirán cerrados a la migración irregular y que la única manera de ingresar legalmente a territorio estadounidense es mediante la solicitud de visas de asilo desde los países de origen.

También podrán hacerlo en los "centros regionales de procesamiento" que prevé abrir en toda América Latina -recientemente fueron habilitados en Guatemala y Colombia-, donde expertos y funcionarios preseleccionan a los migrantes "elegibles" para acceder al estatus de refugiado, a una autorización de permanencia temporal, a la reunificación familiar o a un permiso de trabajo.

A la vez, hasta 30.000 personas al mes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela pueden ingresar si solicitan en línea con un patrocinador financiero y entran a través de un aeropuerto.

"Aquellos que no usan vías legales para entrar en Estados Unidos no son elegibles para el asilo", señaló ayer el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

Salvo excepciones, serán expulsados a sus países de origen, y en el caso de los cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos, a México.

Mayorkas repite desde hace meses que "la frontera no está abierta", pero las autoridades prevén un aumento de la afluencia durante los próximos días.

"Será caótico por un tiempo", reconoció Biden días atrás, cuyo gobierno desplegó a 24.000 agentes del orden en la frontera junto con otros 1.100 nuevos coordinadores de la patrulla fronteriza.

El alcalde de El Paso, una ciudad fronteriza estadounidense colindante con la mexicana Ciudad Juárez, coincide con él.

"Va a ser algo difícil, muy difícil todos los días y todavía tenemos que seguir preparándonos para lo desconocido", declaró Oscar Leeser en conferencia de prensa.

En dos ciudades fronterizas del lado mexicano, Ciudad Juárez y Matamoros, los cruces de migrantes aumentaron esta semana.

En Matamoros, frente a Brownsville, Texas, migrantes seguían llegando hoy en grandes cantidades a zonas de las márgenes de la ciudad cargados con bolsas plásticas llenas de pertenencias y dispuestos a cruzar el río Bravo por zonas de playas, según imágenes de CNN y otras cadenas de noticias de Estados Unidos.

Algunos venezolanos que viajan en grupo dijeron que preferían esperar a obtener cita a través de la aplicación una vez que el viernes se amplíe el horario y funcione 23 horas al día.

Cruzar el río "no es opción porque vamos a perder todos los derechos de un proceso legal si nos dan la oportunidad de entrar a Estados Unidos", dijo el venezolano Andrés Sánchez a la agencia de noticias AFP, y asumió: "Podemos entrar, pero nos pueden echar para atrás automáticamente porque entramos ilegalmente".

El migrante aludía a la aplicación del llamado Título 8, que ya se viene usando y permite expulsar a todo aquel que entre sin visa o la documentación necesaria.

El martes pasado, la Patrulla Fronteriza estadounidense detuvo a unos 10.000 migrantes, uno de los días más ajetreados de su historia, informó CNN, que citó a funcionarios.

La cifra es casi el doble del promedio diario de aproximadamente 5.200 que se registró en marzo, último mes con datos oficiales disponibles, pero funcionarios estimaban que la cifra alcanzaría los 11.000.

Más de 27.000 personas permanecen detenidas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, muy por encima de su capacidad, en tanto que, en marzo, los detenidos eran 8.600, según las cifras oficiales.