Inter fue letal en los primeros minutos y le ganó 2 a 0 a un deslucido Milan

Inter, con el argentino Lautaro Martínez entre sus titulares, impuso su jerarquía para derrotar, de visitante, a Milan por 2 a 0 en el partido de ida de las semifinales de la UEFA Champions League jugado en el estadio San Siro.

El equipo dirigido por Stefano Pioli, tuvo una media hora inicial letal, a punto tal que en esa franja pudo marcar los dos goles que le dieron la victoria a partir de conversiones del bosnio Edin Dzeko y el armenio Henrikh Mkhitaryan.

Milan nunca pudo reaccionar y en el segundo tiempo ambos equipos se trabaron, pero el "rossonero" no tuvo reacción y le faltaron nombres para tener elementos con los que dar vuelta el resultado.

Inter salió a comerse la cancha con la idea de dar golpes de nocaut rápidos. Los dirigidos por Simone Inzaghi tuvieron muchas acciones, fueron contundentes con la proyección de sus volantes y una gran labor de Dzeko y Lautaro Martínez.

A los 7 minutos Inter tuvo un córner muy bien ejecutado por Calhanoglu, y la pelota fue al pie de Dzeko, que estaba luchando con Calabria, y a pesar de eso la tomó de aire y de primera y la introdujo en el arco, dejando sin reacción a Maignan.

Un par de minutos después Dimarco desbordó por la izquierda del ataque "neroazzurro" y envió un centro para atrás, Mkhitaryan la tomó y entró al área con la pelota dominada y definió sin ponerse nervioso ante la salida del arquero francés.

A los 12 minutos Inter ganaba 2 a 0, un resultado que no entraba ni el más optimista de los pronósticos, y los dirigidos por Stefano Pioli solo debían mantener la concentración, mientras las cámaras se regodeaban con el rostro de Yonghong Li, el empresario chino dueño del Milan.

Unos minutos después y ante una presencia y un trabajo inexistente de los volantes del Milán, el Inter tuvo otra buena llegada colectiva, que culminó con un disparo de Calhanoglu que pegó en el palo y no entró.

Encima, Stéfano Pioli debió introducir un cambio por lesión del argelino Bennacer y envió al campo al brasileño Junior Messias, un veterano de equipos del ascenso italiano como Crottone, Gozzano y Casale.

Inter cedió la iniciativa, retrocedió unos metros y dejó a Lautaro Martínez y a Dzeko para el contraataque, más las proyecciones de sus laterales. Y así llegó una jugada a los 30, en donde el “Toro” argentino entró con la pelota dominada al área, sacándose de encima jugadores, y cayó, el árbitro español Jesús Gil Manzano cobró penal, pero lo chequeó en el VAR y anuló su decisión inicial.

Cada ataque del Inter llevaba una alta dosis de peligro de gol, ante un Milán sin jerarquía, salvo las excepciones de Olivier Guiroud y Theo Hernández, y con el peligroso portugués Rafael Leao lesionado. Seguramente Brahim Díaz, cuando regrese al Real Madrid encontrara una base bien sustentada para proyectarse de manera más seria a nivel internacional.

En el segundo tiempo, Inter retrocedió unos metros y le cedió la pelota al Milan, que tenía el problema de que Brahim Díaz estaba muy custodiado y eso hacía que faltara creatividad e imaginación en el "rossonero".

Pioli realizó cambios, mientras que los dirigidos por Simone Inzaghi seguían representando un peligro de gol latente con sus contrataques, la movilidad de Lautaro y la de Dzeko, quien además bajaba para actuar de media punto y armador.

Con el paso de los minutos esto fue convirtiéndose en una condena para el "rossonero", que se limitó a tirarle pelotazos a Giroud, convertido un guerrero solitario, para que la peleara y pudiera llegar hasta a Onana.

A medida que pasaron los últimos 15 minutos el encuentro tomó el ritmo de un viejo encuentro de la Liga italiana entre dos equipos que no arriesgaban y que jugaban al "catenaccio", ya que la pelota iba de tres cuartos a tres cuartos, sin que nada obligará a ambos equipos a visitar el área rival.

La victoria quedo en manos del Inter y por una interesante diferencia, mientras que Milán debe trabajar mucho para poder presentar una fuerza que le permita dar vuelta el marcador en la revancha del próximo martes en el mismo escenario de hoy, aunque en esa oportunidad en vez de San Siro se llamará Giuseppe Meazza.