Avanzan los ensayos de la gran producción que desembarcará en el teatro Gran Rex el 1° de junio­

'Matilda', un suceso con aire local­

Después de pasar por Londres, Broadway y Madrid, el musical sobre una niña con poderes sobrenaturales llega a la Argentina. Laurita Fernández y Agustín Aristarán anticipan los detalles de la puesta que dirige Ariel del Mastro.­

Hay historias que no pasan de moda y que se transmiten de generación en generación. 'Matilda' es una de ellas. La icónica película de los años '90, basada en la novela de Roald Dahl y dirigida por Danny DeVito, cuenta la historia de una niña muy inteligente que descubre que tiene el poder de hacer mover las cosas con su mente. Años más tarde, el filme tuvo su versión musical, entrada en Stratford, Reino Unido, en 2010, y fue tal el éxito que al poco tiempo llegó al West End londinense. En 2013 desembarcó en Broadway y desde el jueves 1º de junio podrá verse en Buenos Aires.­

Dirigida por Ariel Del Mastro ('Peter Pan', 'Aladín, será genial'), la obra se meterá de lleno es la vida de esta pequeña amante de la lectura a la que sus padres (interpretados por José María Listorti y Fernanda Metilli) deciden enviar a una escuela dirigida por la despiadada Tronchatoro (Agustín Aristarán), donde vivirá un sinfín de aventuras y descubrirá junto a la Señorita Miel (Laurita Fernández) que todo se puede conseguir con imaginación y constancia. Con tres elencos de chicos de entre nueve y doce años, la puesta estará en cartel a lo largo de ocho semanas en el teatro Gran Rex.­

-¿Cuál es el mayor desafío de este proyecto, Laurita?­

(L. Fernández) -Creo que tiene que ver con este ensamblaje del mundo adulto con el de los chicos, que conforman tres elencos que irán rotando. Son todos talentosísimos y la tienen muy clara, pero son todos distintos unos de otros. Entonces uno debe estar muy atento a todo lo que va pasando alrededor. Se está ensayando mucho porque a nivel técnico es una propuesta compleja. Hay muchos cambios de vestuario y se trabaja para que todo funcione como un reloj. A nosotros nos compete estar atentos a que todas las funciones son con un elenco diferente.­

(A. Aristarán) -La obra tiene canciones difíciles, vocalmente es un gran desafío. Y en mi caso, Tronchatoro, el hecho de hacer de mujer, es un reto extra. Andar en tacos, todo lo que se te ocurra me parece un desafío.­

­FAVORITO­

-¿Representa un plus trabajar con chicos?­

(AA) -Sí, creo que sí. Ellos son los protagonistas y el laburo de casting que se ha hecho es increíble. El talento que tienen estos niños es de otro planeta. Tuve la suerte de ver la obra en Broadway y en España, y te aseguro que este elenco es mi favorito.­

(LF) -Sin duda es un plus re positivo. Los chicos tienen algo que es mágico, difícil de describir, de verdad hay que vivirlo. Hay que estar ahí para entender lo que a nosotros nos pasa cada vez que los vemos o cuando finaliza un ensayo. Terminamos todos llorando, o haciendo una ronda y saltando como si fuésemos nenes.

-Agustín, ¿cuánto tiempo le demanda el proceso de transformación?­

(AA) -¡Dos horas y 45 minutos! Lo tengo clarísimo porque es un montón. Es mucho tiempo en maquillaje; el traje es muy grande, con los pechos y la panza, gigante. Tronchatoro tiene una espalda enorme y anda con tacos, pero además de ser grandota es gimnasta, entonces tiene que ser muy ágil.­

-¿Cómo fue la primera vez que se vio con la máscara y el traje puestos?­

(AA) -Muy raro. Fui a hacer las fotos y al rato tuve necesidad de ir al baño, y cuando entré y me vi en el espejo mi cerebro no entendía qué estaba viendo, fue muy impresionante. Me quedé un rato mirándome detenidamente; es maravilloso el laburo de caracterización que hicieron. Y para trabajar también porque tiene otras dimensiones, otras gestualidades. Tuve que aprender a mover la máscara porque si bien está hecha con el molde de mi cara, los gestos que demanda son otros. Es una locura.­

“Los chicos tienen algo que es mágico, difícil de describir. Hay que estar ahí para entender lo que a nosotros nos pasa cada vez que los vemos o cuando termina un ensayo.”­

­ADAPTACION­

-Hoy en día es difícil atraer la atención de los chicos, que están tan estimulados por la tecnología. ¿Cómo van a lograr que se enganchen con la obra?­

(LF) -La puesta se aggiornó mucho a los tiempos de nuestro país porque tanto en Londres como en Broadway y Madrid duraba dos horas y media con intervalo, y acá no. Acá es similar a una función regular de las nuestras, porque entendemos que quizás el público no está acostumbrado a funciones tan extensas. Por otro lado, se adaptó también en cuanto al humor y un montón de efectos visuales, con una puesta imponente que te deja encandilado. Confiamos mucho en eso, aunque sé que el teatro es un plan que muchos jóvenes hoy no tienen en agenda, pero si tienen la posibilidad de hacerlo estaría buenísimo que vengan.­

-¿Había visto 'Matilda' antes de que la convocaran?­

(LF) -Había visto la película mil veces, la de los '90. Conocía la historia y sabía que pronto se iba a estrenar una versión del musical en Netflix, y estaba ansiosa esperando. Todo iba alimentando esas ansias de estrenar lo nuestro ya. El musical lo vi por video porque cuando viajé a Broadway no estaba en cartel, y a Londres y a Madrid no pude ir, así que me quedé con las ganas.­

(AA) -'Matilda' es una peli que yo vi mucho con mi hija, y hoy ser parte de esta producción con ella (NdR.: Bianca Aristarán forma parte del ensamble) y también con mi pareja (Metilli) es un flash.­

-¿Cómo es trabajar con su hija?­

(AA) -Acá somos compañeros de trabajo y verla cumplir su sueño, que era justamente estar en un gran musical, es muy emocionante. A mí me pega por muchos lados `Matilda': porque como papá conocí la historia con Bianca, porque 'Matilda' está metida en el gen de todos, porque hoy la hermanita de mi hija es fanática de la película porque Bianca está en la obra...Y compartirlo con Fernanda, que además de ser mi pareja es de las personas que más admiro y más me enseña, cierra todo: no hay nada negativo.­