Linus Pauling, el genio olvidado del siglo XX

"Siempre hay que ser escéptico" 

 
Fue laureado con dos premios Nobel y si no hubiese sido por su activismo político muy probablemente le hubiesen concedido el tercero por el descubrimiento de la estructura helicoidal del ADN. Otras personas como Marie Curie, Einstein, John Bardeen y Frederick Sanger también ganaron dos premios Nobel, pero Pauling siempre lo recibió por su esfuerzo personal y no en grupo.
Fue autor de más de 1.200 artículos (850 científicos) y está entre los 20 científicos más renombrados de todos los tiempos. Sin embargo, ¿cuántos de ustedes han oído hablar o conocen la historia de Linus Pauling? Pues este es el relato de su existencia, sus descubrimientos, sus premios y su lucha por un mundo mejor. 
Desde joven, Linus mostró un interés por la química. Su padre tenía una farmacia en Oregón, pero murió de una hemorragia digestiva en 1910 cuando Linus tenía solo 9 años.
En sus memorias cuenta cómo un amigo de la infancia lo sorprendía con los experimentos que realizaba con un improvisado gabinete químico, fascinación que duró el resto de su vida. De este interés por la química surgió su primer emprendimiento: medir la grasa butirométrica de los tambos cercanos. Sin embargo, los granjeros desconfiaron de las habilidades del joven químico y el emprendimiento fracasó.
Como quería hacer un curso en la Universidad de Oregón antes de graduarse, Pauling pidió a las autoridades de su colegio que le permitiesen dar las materias que adeudaba en el verano, pero el permiso le fue denegado y Linus decidió abandonar el colegio. Cuarenta y cinco años después, con dos premios Nobel en su haber, el Washington High School, escuela a la que concurrió en su juventud, le otorgó un merecido diploma de honor.
Para bancarse los estudios universitarios debió ejercer varios oficios como trabajar en almacenes y de operario hasta que ingresó a la universidad en 1917. Pronto, su talento le ganó puestos académicos y docentes con los que pudo no solo continuar con sus estudios sino sostener económicamente a su madre. En un momento llegó a dar clase durante 40 horas semanales mientras seguía cursando su carrera. Cumpliendo esta función docente fue que conoció a la que sería su esposa de toda la vida, Ava Helen Miller.
Por sus calificaciones obtuvo una beca en Caltech donde se dedicó a determinar la estructura química de distintas substancias mediante la cristalografía con rayos X. Sobre ese tema versó su doctorado que culminó cum laude.
Gracias a la beca Guggenheim viajó a Europa donde conoció a Niels Bohr quien lo introdujo en la física cuántica. Pauling fue uno de los pioneros de esta especialidad.
Vuelto a Caltech después de su experiencia europea, publicó no menos de 56 papers sobre los temas que había estudiado durante sus cursos en el exterior. A los 30 años la Sociedad de Químicos de Estados Unidos le concedió el primer galardón de su carrera.
En Caltech conoció a Robert Oppenheimer, un joven físico que con los años sería el responsable del Proyecto Manhattan y el desarrollo de la bomba atómica. Comenzaron a trabajar juntos pero Oppenheimer se le insinuó a la esposa de Pauling quien rechazó la propuesta y se lo hizo saber a su marido. El vínculo académico concluyó inmediatamente.
Por los siguientes años, Pauling estudió los enlaces químicos y la estructura molecular de distintos compuestos. Viajó extensamente, dictó conferencias y publicó el resultado de sus estudios en un libro titulado La naturaleza de los enlaces químicos, un texto revolucionario para su tiempo, hoy convertido en un clásico de la química. Por su trabajo sobre enlaces  recibió el Premio Nobel de Química. 
Después de estudiar los enlaces se dedicó a investigar las órbitas de los electrones para analizar su capacidad de unión con distintas estructuras, especialmente las que incluían el carbono, centro de toda la química orgánica. 
En definitiva, todo lo que hoy nos enseñan de las estructuras orgánicas e inorgánicas, esas valencias con las que nos hostigaban en las clases de química, fueron descriptas por este hombre quien, en 1951, quiso desentrañar los misterios de la vida y se dedicó a estudiar el ADN. Perseguido por sus convicciones pacifistas, el senador McCarthy, de tan triste memoria, le prohibió la salida del país y evitó el encuentro programado con Rosalind Franklin y Maurice Wilkins quienes terminaron colaborando con Francis Crick y James Watson. Con esta ayuda, los dos futuros ganadores del Nobel, le ganaron en la carrera por develar el misterio de la estructura helicoidal de ADN a Pauling. 
Debido a las desinteligencias con Oppenheimer, Pauling se rehusó a participar en el Proyecto Manhattan, pero sí asistió al esfuerzo bélico norteamericano estudiando las concentraciones de oxígeno en submarinos y aeroplanos. 
También trabajó en un sustituto del plasma para el tratamiento de los pacientes que requerían transfusiones en el campo de batalla (oxipoligelatina).
A su vez desarrolló explosivos apropiados para perforar blindados. Por esta colaboración científica, el presidente Truman le concedió la Medalla al Mérito, pero este reconocimiento no fue suficiente para excluirlo de la paranoia anticomunista de McCarthy.
En 1946, Pauling se unió al Comité de Emergencia Científica integrado por Albert Einstein y Leó Szilárd, los mismos que le habían propuesto a Roosevelt la construcción de una bomba atómica ante la certeza que la Alemania de Hitler estaba preparando una igual. Al finalizar la guerra, los alemanes confesaron no tener claro cómo hacer la bomba, de allí que Einstein y Szilárd trataron de frenar el uso de armas nucleares que ellos habían comenzado...

SOLUCIONES PACÍFICAS

En 1954, Pauling firmó el Manifiesto Russell-Einstein donde varios científicos y personajes célebres proponían apelar a soluciones pacíficas en el marco de la Guerra Fría. De todas las formas posibles, difundió los perjuicios de las radiaciones de las pruebas nucleares que proliferaron en la década del 50. Estas radiaciones podían generar mutaciones, no solo en esta sino en las generaciones posteriores.
En 1958, junto a otras personalidades, presentó una carta ante la ONU pidiendo la suspensión de las pruebas nucleares (en el desierto de Nevada, en Siberia y en el Pacífico Sur, donde Estados Unidos, Rusia y Francia probaban sus prototipos). Entre los firmantes estaba J.F. Kennedy y Nikita Jrushchov. Por esta campaña recibió el Nobel de la Paz en 1962.
 Sin embargo, meses más tarde, Kennedy y Jrushchov se enfrentaban por la Crisis de los Misiles en Cuba, amenazándose con armas nucleares... 
Cuando Pauling volvió a Caltech con su Nobel, las autoridades de la universidad no se mostraron muy felices, la actividad política de su profesor les resultaba incómoda. Por esta frialdad decidió trabajar en la Universidad de San Diego y luego en Stanford. Sin embargo, las autoridades gubernamentales siguieron hostigándolo y más de una vez debió enfrentar al Comité de Seguridad del Senado. 
Su esfuerzo por la paz fue reconocido hasta por los soviéticos quienes en 1970 le concedieron el Premio Lenin de la Paz. Esto no mejoró su posición a los ojos de las autoridades norteamericanas porque Pauling continuó con sus protestas ante todo evento bélico, especialmente el intervencionismo norteamericano en Centroamérica.

MEDICINA ORTOMOLECULAR

En los últimos años de su carrera, aunque la idea le había surgido mucho antes, promovió a la medicina ortomolecular con el uso de grandes dosis de vitaminas, como la B para los trastornos psiquiátricos y la C para el tratamiento de alergias, anemias, amigdalitis, artritis reumatoide y aterosclerosis entre otras afecciones. Junto al oncólogo Ewan Cameron investigaron el uso de esta vitamina administrada en grandes dosis por vía endovenosa en pacientes terminales afectados por cáncer. Sin embargo, y a pesar de algunos resultados prometedores, estas terapéuticas continúan siendo controvertidas.
Pauling estaba tan convencido de su efecto como antiaterosclerótico que tomaba 6 gramos de vitamina C al día, cuando la dosis recomendada para prevenir el escorbuto es de 50 mg.
Como una curiosidad y como muestra de su versatilidad en la década del 50, consciente de la enorme polución por el uso de combustibles fósiles, trabajó con los ingenieros de la empresa Eureka Williams en el desarrollo del primer auto-eléctrico con velocidad variable, el Henney Kilowatt. Consciente de que con las baterías disponibles no podrían hacer un auto con buena autonomía, sugirió suspender el proyecto, pero la empresa siguió con la propuesta y terminó en la quiebra.
Linus Pauling fue una mente excepcional, de una inteligencia preclara y una capacidad de trabajo extraordinaria.
"Si quieres tener buenas ideas, debes tener muchas ideas. La mayoría será errónea, y solo tienes que aprender a saber cuáles desechar", solía contestar cuando le preguntaban por el secreto de su éxito.
Era un enamorado del avance de la ciencia ("La ciencia no puede ser detenida"), pero también recomendaba un sano escepticismo: "No pongas tu confianza en algo que no sea tu propio intelecto... no importa si el consejo viene de alguien que tiene el pelo gris o ha perdido el pelo, o es un Premio Nobel, todos pueden estar equivocados". Probablemente él mismo fue víctima de este consejo porque algunas de sus ideas, como la medicina ortomolecular o las dosis altas de vitamina C, continúan discutidas cuando no olvidadas.

PAZ Y RAZON

Las que no se han olvidado son sus ideas antibelicistas: "La única política sensata para el mundo es la de eliminar la guerra", y especialmente se refería al armamento nuclear, aunque curiosamente (o no tanto) fueron estas expresiones pacifistas las que más problemas le trajeron. 
Cuando recibió el Premio Nobel de la Paz afirmó: "Yo creo que se nunca volverá a haber una Guerra Mundial, una guerra en la que se utilizarán terribles armas basadas en la fisión nuclear y la fusión nuclear". Pensaba que "la paz y la razón" prevalecerían... ¿Qué diría Pauling si pudiese ver este conflicto entre Rusia y Ucrania que promete una escalada de consecuencias impredecibles? Nadie se beneficia de una guerra destructiva, pero estamos en medio de una de ellas.
Linus Pauling murió en 1994 por un cáncer de próstata.