¿Se puede dolarizar la Argentina?

Los economistas Domingo Cavallo, Juan José Llach y Carola Pessino debatieron el tema. Hay dos condiciones previas: unificar el mercado cambiario y actualizar los precios relativos.

La dolarización se ha transformado en un caballito de batalla en medio de la escalada del dólar y la estampida del proceso inflacionario. En este contexto, la Universidad Di Tella organizó en su ciclo de conferencias un encuentro denominado Planes de estabilización en la Argentina.

Los invitados a exponer fueron el exministro de Economía, Domingo Cavallo; el exsecretario de Programación Económica, Juan José Llach; y Carola Pessino, exsecretaria de Equidad Fiscal. A Cavallo, el padre de la Convertibilidad, le tocó abrir el fuego:

* “Primero quiero destacar que no tiene sentido pensar la Convertibilidad como la implementamos en el ‘91 si la economía ya no está de hecho muy dolarizada. Es sólo para economías que en la práctica por alta inflación tienen una historia de dolarización de hecho, aunque no esté legalmente reconocida”.

* “Cuando el dólar es utilizado ampliamente para el ahorro y las intermediaciones financieras, sólo en ese contexto se puede pensar en una dolarización completa de la economía para estabilizar. También se puede combinar la Convertibilidad con la dolarización”.

* “El régimen del ‘91 era una dolarización porque permitía el uso del dólar para todo tipo de transacciones. Se creó el peso convertible, como historicamente se crearon, a través de una caja de conversión, con una moneda patrón. Tanto el dólar, como la libra esterlina y todas las monedas, antes de ser monedas fiduciarias manejadas por banco central fueron monedas con un patrón a través de una caja de conversión. Creo que es una etapa anterior a que pueda funcionar un Banco Central”.

* “Un régimen así no resuelve todos los problemas. De hecho economías que tienen una moneda estable, manejada por su banco central, tienen crisis financieras y muchos otros problemas. Crisis derivadas de pérdida de competitividad”.

* “Por supuesto que es muy importante para que un régimen de dolarización completa como uno de convertibilidad con una moneda que usa al dólar como patrón y que circule el dólar, se pueda hacer en una economía que tiende a ser abierta comercialmente. Y que por otro lado tiene capacidad para avanzar hacia el equilibrio fiscal”.

* “Puede ser que un régimen monetario ayude a avanzar más rápidamente hacia el equilibrio fiscal y eso es importante. Pero por otro lado el inicio de una dolarizacion o un régimen de convertibilidad requiere partir de una estructura de precios relativos de la economía que no esté demasiado distorsionada. Porque sino el inicio de la estabilización no consigue al principio una rápida reducción de la inflación”.

PACIENCIA

* “En este sentido vale la pena compara la experiencia de Argentina con la de Ecuador. La conozco porque participé de ambas. En el caso ecuatoriano, cuando se hizo la dolarización completa de la economía ya la moneda, el Sucre, se había devaluado extremadamente y todos los precios habían quedado muy atrasados con respecto al dólar. Al estabilizarse a ese tipo de cambio surgido después de una extraordinaria devaluación del Sucre, sin que el resto de los precios se hubiera acomodado, ocurrió que la economía se estabilizó pero durante un año y medio la inflación siguió, medida en dólares”.

* “El primer año fue 100% anual en dólares. Si bien bajaron las tasas de interés y empezó a arreglarse la situación financiera del país, la gente seguía sintiendo que la inflación existía. Pero beneficiaba a los trabajadores porque uno de los precios que se recuperó fue el salario”.

* “En el caso de Argentina los precios estaban bastante en equilibrio, por eso el efecto de la Convertibilidad fue una baja inmediata de la inflación. Bajó instantáneamente a partir de abril del ‘91. Hay que ver la tasa de inflación mensual. El quiebre se produjo y se nota bien en la tasa mensual”.

* “Hubo sí una inflación residual, que dio un 20%, pero eso tuvo que ver con los precios agropecuarios que habían quedado muy distorsionados por las retenciones. Al eliminarse las retenciones los precios de los productos agropecuarios subieron, pero fue un aumento de una vez y nunca más”.

* “Además, otra cosa interesante de esa experiencia es que había precios que estaban muy adelantados como el de los servicios de telecomunicaciones y el peaje. Los que estaban asociados a las privatizaciones, que ya se habían hecho”.

* “Se privatizó pensando en que las empresas podían llegar a valer mucho. Hacerlo con precios elevados en términos de precios relativos ayudó a que se vendieran esas empresas”.

* “Eso llevó a que las tarifas de telecomunicaciones fueran muy elevadas y tenían un régimen de indexación que hubieran llevado esas tarifas a niveles muy elevados. Ahí tuvimos que intervenir para obligar a que esas tarifas se acomodaran a niveles más razonables. En eso ayudó mucho la disposición de prohibir de entrada la indexación”.

* “Si no lo hubiéramos hecho, no se hubiera acabado la inercia inflacionaria. Ese es un aspecto que debemos tener en cuenta. Ayudó también que la economía no tenía contratos de ninguna naturaleza de más de 30 días. Los contratos a largo plazo incorporan la tasa de interés y entonces se necesita hacer un desagio como en el Plan Austral. Eso no fue necesario en el año ‘91. Al prohibirse la indexación los ajustes que podrían haberse aplicado se bloquearon”.

* “En el 97 intercambiamos ideas con Milton Fridman. Una de las únicas cosas que criticó fue que prohibimos la indexación. Creo que él tenía razón. Le expliqué que de lo contrario no hubiéramos cortado la inercia. El me dijo que hubiéramos suspendido la indexacion por un año, porque nadie iba a firmar contratos en pesos convertibles sin el mecanismo de la indexación ante la posibilidad de que volviera la inflación”.

* “De hecho, siguió existiendo la indexación para los contratos en dólares. Era una cuestión de tratamiento simétrico para las dos monedas que iban a competir una con la otra”.

PRECIOS RELATIVOS

* “Otra experiencia relevante es que parte del éxito inicial se debió a que no había un gran desequilibrio de precios relativos”.

* “Si hubiéramos decidido estabilizar con un tipo de cambio más competitivo, a 1,20 o 1,50, cosa que han sido sugeridas, la inflación el primer año no hubiera sido del 20 sino del 40%. El tipo de cambio real no depende de qué nivel uno fija el tipo de cambio nominal sino de la estructura de precios relativos de la economía”.

* “El otro punto que quiero presentar es si valía la pena o no crear una caja de conversión en lugar de ir a una dolarización completa de la economía. Gran cantidad de académicos lo recomendaban. Yo diría que para los economistas que pensaban en ese esquema la solución natural era la dolarizaicón completa”.

* “Yo insistí con la caja de convertibilidad, pensé que no podíamos descartar que en algún momento Argentina tuviera una moneda que pudiera ser manejada por el Banco Central. Una moneda que generara confianza. Pensé que ese momento iba a llegar a partir de la apreciación de la moneda local. Pensé eso porque partíamos de una economía tan desorganizada y con factores de productividad tan bajos que era factible que el ritmo de crecimiento de productividad fuera mayor con orden que en el país de origen de la moneda patrón, Estados Unidos. Entonces la moneda argentina tendería a apreciarse con respecto al dólar”.

* “Eso podría haber ocurrido en el ‘97. En ese año se debería haber dejado flotar la moneda, pero se hubiera interrumpido un gran ingreso de capitales. Ese ingreso fue tóxico porque los bancos se sintieron con mucha liquidez y buscaron prestar ese dinero de cualquier manera. Las provincias comenzaron a solicitar crédito, todas aumentaron el gasto público por la puja política y todas le pidieron crédito a los bancos con garantías de coparticipación federal”.

* “En el ‘97 fue la crisis asiática y Argentina había superado muy bien la crisis del Tequila del ‘95, entonces vinieron una avalancha de oferta de crédito. En el ‘97, cuando Kiguel (Miguel) era secretario de Finanzas, se emitieron una gran cantidad de bonos. Se canjearon los Brady por bonos normales para abaratar el costo financiero. Todo eso significó una fenomenal entrada de capitales”.

* “Después había que dejar flotar y eliminar el techo para el valor del dólar en pesos. La economía a partir de ahí podría haber funcionado como una economía con moneda flotante. Esa era mi idea de la salida de la convertibilidad, o mejor dicho de la salida del tipo de cambio fijo con una moneda convertible pero flotante”.

* “Eso nos hubiera permitido manejar mejor todo lo ocurrido en el ‘98 con la crisis rusa y la devaluación del real. Ese período fue de gran fortalecimiento del dólar, haber tenido nuestra moneda desatada del dólar y flotando libremente hubiera sido muy buena”.

* “Otra experiencia relevante para el futuro es que para la dolarización siempre va a estar disponible la posibilidad de que si un gobierno quiere salirse, decrete como hizo Duhalde una pesificación compulsiva. Todos los contratos hechos en dólares bajo ley nacional se denominan en otra moneda a una paridad decidida por el Gobierno. Esta idea se propuso para Grecia”.

* “Se está discutiendo a destiempo la dolarización. Primero hay que pensar cómo unificar los precios del dólar e imponer la libertad en el mercado cambiario. En un momento como este hay que pensar en cómo avanzar sin traumas o impactos negativos en términos de inflación hacia una unificación y liberalización del mercado cambiario”.

* “Luego, si se tiene un mercado libre y si la economía sigue confiando más en el dólar, y se plantea cómo estabilizar el precio de la moneda local, ahí sí hay que pensar en cuál es la mejor forma: dolarización completa o convertiblidad con caja de conversión. Quebrar las expectativas de inflación con un esquema de inflation targeting no será una tarea nada sencilla”.

Reformas y grupos de poder

 

La economista Carola Pessino, exsecretaria de Equidad Fiscal destacó que “la década del ’90 fue muy exitosa en muchos aspectos. No sólo por la Convertibilidad sino también por las reformas estructurales que se lograron”.

 

* “En la micro hay muchas restricciones. Pasé mucho tiempo elaborando consensos. Se pueden hacer reformas creativas que si bien no sean tan ideales, pueden llegar a arrojar resultados importantes. También tratar de que estas reformas sean sostenibles en el tiempo”.

* “En el segundo período de los ‘90 había cansancio con las reformas, aumento el desempleo, impactó la crisis del Tequila y se hizo difícil hacer más reformas”.

* “El desempleo había subido al 17%. Era importantísimo resolverlo urgentemente. Lo primero que me encomendaron fue tratar de hacer alguna reforma laboral posible. Habíamos hecho estudios sobre el tema. La idea era bajar el costo laboral y subir el salario de bolsillo. Había una gran brecha entre ambos”.

* “Fueron días interminables con reuniones y negociaciones con diputados, algunos sindicalistas, y empresarios. Un día me encontré con una granada en mi despacho. No fue sencillo. Finalmente se hizo un acuerdo licuado entre empresarios y sindicatos. Terminó siendo un acuerdo con sindicatos que no cambió nada, fue una reforma fallida. Los que se resistían no fueron los empleados sino otros actores muy difíciles de enfrentar”.

* “Fuimos muy exitosos en otras reformas. Logramos consolidar la competencia entre obras sociales sindicales. Se bajó el costo”.

* “Se necesita un camino de creatividad. La reforma laboral es muy difícil. Hay que trabajar con un impuesto negativo a las Ganancias. Dar un subsidio al trabajo formal sin los ingredientes que han tenido los planes en los últimos años”.

* “Necesitamos hacer una reforma fiscal profunda. Necesitamos controlar las asignaciones del gasto público. El nivel está sobredimensionado, ningún país puede crecer con un nivel del 40%. Nada de ese gasto va a inversiones de calidad”.

 

 

El gasto, con candado

El exsecretario de Programación Económica, Juan José Llach, aseguró que la década en la cual se ensayó el esquema de Convertibilidad “fue una oportunidad que se perdió” para el país.

* “No voy a hablar de la apertura de la economía ni de las privatizaciones que fueron esenciales para el modelo que se gestó. Lamentablemente luego rebotó y se creyó que toda la culpa la tenía la Convertibilidad, y creo que no fue así”.

* “El contexto son los 14 años de mega inflación en la Argentina, desde el ‘75 al ‘88. Salvo el Plan Austral, que duró un año. En 1989 logramos tener hiperinflación, un bicho que no conocíamos”.

* “Los principales problemas: el 1-1 no fue una buena idea. Era buena desde el punto de vista de que se entendía bien, pero 1,30 a 1 hubiera sido mejor. La inflación hubiera sido un poco más, pero no tanto”.

* “Debió aumentar el ahorro público para que la reforma previsional fuera exitosa. Se siguió gastando. Dijimos entonces que estábamos en peligro de recaer en la inflación, cosa que lamentablemente ocurrió”.

* “Hay logros que deben mostrarse de la Convertibilidad. Argentina mostró que podía vivir con baja inflación. Hubo deflación en siete años. En el mismo período la inflación en Estados Unidos fue del 17%”.

* “Los crecimientos del PIB del ‘94 al ‘97 fueron sustanciales: 10,8%. Desde el ‘97 al ‘99, con las crisis globales, bajó el crecimiento”.

* “¿Qué pasará en el futuro? Nadie lo sabe. Creo que la Argentina no puede ni debe seguir con déficit fiscales totales de Nación, provincias y seguridad social, mayores al 1% del PIB. Argentina tiene que trabajar con un máximo de 1%”.

* “Recién después de arreglar las cuentas publicas puede ligarse a una canasta de monedas, que creo que es mejor que ligarse al dólar. Para la gente es más claro 1 peso igual a 1 dólar. Pero eso nos puede traer disgustos. Hay que hacer una canasta con dólar, euro, yen y real. Debe ser diversificada”.