El actor, uno de los mejores de su generación, encarna a un adolescente marginal en la ficción de 'Precoz'­

Tomás Wicz, tan frágil, tan oscuro­

Cierra una breve temporada de la obra de Ariana Harwicz que dirige Lorena Vega y volverá a escena en julio. Habla de la relación con su madre actriz y de sus búsquedas a través de la música.­

Su rostro mirando con fiereza, ojos fijos. Hay sensación de peligro, de que cualquier cosa puede pasar. Eso transmite Tomás Wicz en su personaje de adolescente en la obra 'Precoz' (que este jueves realiza la última función de esta temporada en Santos Dumont 4040). Pero al verlo por la pantalla de la computadora la cosa cambia. Quien aparece es un joven de 25 años inquieto, muy sensible, reflexivo. “Con Lore (Lorena Vega, la directora) trabajamos todo el tiempo algo del no orden del personaje, realmente ella se puso muy minuciosa con la dirección y entonces eso me dio muchas herramientas como para poder integrarlo. Fue recontra dirigido. No es que caí con el guion e interpreté eso. El no está psicoanalizado como yo (risas) y tiene una energía más fresca”.­

-Más salvaje en algún punto.­

-Más impulsiva y no tan mental. Eso lo trabajo función tras función. Yo soy muy distinto en la vida.­

Una excelente actuación, como la de Wicz, suele surgir de una combinación de factores en los que el trabajo con la dirección resulta fundamental. Y en la que cada intérprete agrega, matiza, sube y baja. Y mira a público, claro que sí, usando su instrumento con delicadeza y fiereza a la vez. Eso ocurre en 'Precoz' y con Wicz.­

Se trata de un actor que desde hace mucho tiempo -empezó a los catorce años- viene demostrando que es uno de los mejores de su generación. Estuvo nominado a los Cóndor de Plata por su labor en la película 'Los miembros de la familia' (2019) y se destacó mucho en su personaje no binario en la serie 'Días de gallos' (2021). Desde entonces, en la mayoría de las notas que le hacen se habla de su propia identidad en construcción, de la etiqueta de no binario que asumió en algún momento y de la que ahora prefiere no abundar (la construcción de identidad es un proceso con idas y venidas y excede, sin duda, cualquier nota periodística).­

De lo que sí habla Wicz es de actuación, claro. Y de música: junto con su amiga Paloma Sirvén, también actriz, formó el dúo Plastilina que lo llevó nada menos que al reciente Lollapalooza. “La música -asegura en la charla con La Prensa- empezó a ser un espacio de exploración muy personal. Con la actuación siempre estuve diciendo textos de otras personas, siendo parte de proyectos craneados o dirigidos por alguien más, y siento que Plastilina, que armé con una de mis mejores amigas, me abre espacio para algo muy personal”.­

 

­SIMBIOSIS­

El joven es hijo del autor y guionista Jorge Maestro y de la actriz Alejandra Rubio. Precisamente en 'Precoz', novela original de Ariana Harwicz adaptada al teatro por Juan Ignacio Fernández, todo pasa por una relación simbiótica, con ausencia de límites, entre una madre y su hijo. Viven casi en la marginalidad, se manejan con altísimos niveles de intensidad y sufren por amor o ausencia de él. El rol de la madre fue interpretado en las primeras temporadas por Julieta Díaz y este año (la obra vuelven en julio) es asumido por Valeria Lois.­

-Ambas actrices son muy distintas. Julieta es más a tierra, grave, y Valeria propone un juego más alegre en algún sentido. ¿Cómo fue vivir el cambio?­

-Son distintas, es verdad. Ambas llevaron su propuesta, su interpretación a un lugar muy profundo y con muchos matices pero, como decís, tienen maneras muy diferentes de encararlo. Eso para mí es muy interesante porque es como hacer otra obra aunque haya sido la misma. Y también siento que tengo muy a favor al tener en el cuerpo toda la información de lo que sucedió en la primera versión trabajando con Juli y a eso sumarle todo lo que me aparece actuando con Vale. Las dos son muy increíbles y estoy agradecido de haber compartido con ellas. Coincido en que Vale es muy graciosa y que le da algo mucho más volátil al personaje. Está buenísimo eso también.­

 “Actuar sigue siendo un lugar donde me encuentro, es terapéutico, me­ hace muy bien.”­

-A la obra le hizo bien también probar otro camino.­

-Sí. Siempre guiados por Lore Vega que es una grande total y que supo capitalizar y optimizar lo que trae cada uno y también guiarnos donde a ella le parecía mejor llevar la obra.­

 

­MADRE E HIJO­

-¿Cómo fue encarar el rol de este adolescente tan alejado de usted en varios sentidos?­

-Coincido en que soy muy distinto pero no siento que por eso haya sido difícil entenderlo. Hay algo de las temáticas que atraviesa que me pasaron, más cerca o más lejos, a mí, y seguramente a muchas otras personas en su adolescencia. Obviamente, la obra habla de dos personas que están al borde de la marginalidad y yo estoy completamente en otra situación. Igual, siento que el contexto en el que madre e hijo se mueven no es tanto el eje de la obra y que más allá de las diferencias sí entiendo al personaje.­

-Ellos se aman pero no hay límites. ¿Cómo se vive ese rol y esa intensidad?­

-En principio, a mí me pasa que me gustan mucho las temáticas medio oscuras. Soy muy fanático del cine de terror, por ejemplo. Hay algo que me atrae de las temáticas de Ariana Harwicz, como así también -no por compararlas- de Mariana Enríquez. Son esa generación de autoras que se meten a explorar la oscuridad y también a hacer algo bello con eso. Además de atraerme mucho, me divierte hundirme en esos terrenos. En principio, me toca porque lo que sucede en la obra es tremendo, pero me divierto mucho haciéndola. Siento algo muy liberador en la actuación y sobre todo con estos personajes: vos le empezás a dar contexto a ciertas energías que está bueno transitarlas aunque no sean muy luminosas, aunque no te identifiques con ellas. En ese sentido, lo veo como una oportunidad para poder actuar estados y situaciones que si no fuera así nunca los viviría.­

-¿Libera?­

-Tal cual. Me libera cosas que están ahí, que todos tenemos. Después, yendo a un lugar más profundo de la situación, al principio, encarando el proyecto, justo me pasó que me fui de la casa de mi mamá a vivir solo. Yo con mi mamá siempre tuve un vínculo de mucha cercanía -no el tipo de vínculo que tiene el personaje, claro está-. Pero estoy haciendo una obra donde la temática es madre e hijo y estoy yéndome de la casa de mi mamá. Y también todo lo que eso representa para una madre: ver cómo las personas perciben su finitud cuando ven crecer a su hijo. Eso incluso me pasa a mí: percibo cómo la juventud se va perdiendo de a poco. Hay algo de la obra que me trajo a eso. Yo soy muy joven pero me resonó por ahí: el paso del tiempo, la finitud.­

-¿La vio su madre?­

-Sí, y justo vino el Día de la Madre. Fue fuerte. Si bien la obra va a un lugar muy extremo y muy alejado, toca la temática del Edipo, la simbiosis que se genera entre madre e hijo, que recontrainterpela a muchas madres. A mi mamá le encantó.­

-¿Cómo ve su trabajo de actuación? No siempre aparecerán papeles de este nivel de profundidad.­

-Está bueno lo que me preguntás y es algo que yo también me pregunto. ¿Qué lugar ocupa la actuación en mi vida? ¿Es un trabajo o es mi deseo? ¿Son las dos cosas? Yo creo que voy cambiando las respuestas que me doy. Hoy en día puedo decir que es mi trabajo y que me encanta hacerlo. Obviamente que cuando aparece un proyecto que además de significar una cuestión profesional me trae un desafío se siente muy satisfactorio e inspirador. Actuar sigue siendo un lugar donde me encuentro, me hace muy bien. Es bastante terapéutico y ayuda a entrar en contacto con el mundo.­

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