EL RINCON DEL HISTORIADOR

Familias argentinas y de la nobleza española con ascendencia guaraní

En la ciudad de Asunción del Paraguay, el 13 de marzo de 1556 don Domingo Martínez de Irala dispuso escribir sus últimas voluntades.

En ellas reveló: “Digo y declaro y confieso que yo tengo y Dios me ha dado en esta provincia ciertas hijas e hijos que son: Diego Martínez de Irala y Antonio de Irala y doña Ginebra Martínez de Irala, mis hijos, y de María mi criada, hija de Pedro de Mendoza, indio principal que fue de esta tierra; y doña Marina de Irala, hija de Juana mi criada; y doña Isabel de Irala, hija de Águeda, mi criada; y doña Úrsula de Irala, hija de Leonor mi criada; y Martín Pérez de Irala, hijo de Escolástica, mi criada; y Ana de Irala, hija de Martina, mi criada; y María, hija de Beatriz, criada de Diego Villapando, y por ser como yo los tengo y declaro por mis hijos e hijas y por tales he casado a la ley y a bendición, según lo manda la Santa Madre Iglesia”.

Como bien lo señala Marilin Godoy, “Irala aporta la política de consolidación del mestizaje en la colonia. Partidario del mismo, precisa en su testamento que ha tenido tres varones y siete niñas... Casa a sus hijas con españoles y les da la mejor dote posible. En la colonia, el mestizaje tomó un carácter particular borrando casi por completo las barreras etnosociales. La actitud de Irala sirvió de modelo y guía, no sólo por reconocer a sus hijos naturales, sino también al exigir que sus oficiales hiciesen lo mismo”.

LAS HIJAS

Las hijas de Irala casaron: Isabel con el capitán Gonzalo de Mendoza y en segundas nupcias con Pedro de la Puente Hurtado; Ginebra con el capitán Pedro de Segura Zavala; Úrsula con Alonso Riquelme de Guzmán; Ana lo hizo con Juan Fernández de Enciso; y Marina con Francisco Ortiz de Vergara. Como lo señala Godoy: “La primera generación de mestizos fue considerada española aunque las uniones no fueran legitimadas, bastaba que el hombre admitiese la paternidad en el testamento y reconociese al hijo para liberarlo del trabajo obligatorio”.

Uno de los nietos de Irala, hijo de Úrsula, fue Ruy Díaz de Guzmán que nació en Asunción del Paraguay hacia 1558 y falleció en esa misma ciudad en junio de 1629. Es el autor de “La Argentina” la primera relación histórica sobre nuestro país, escrita por un hijo del país, que concluyó en la ciudad de la Plata el 25 de mayo de 1612 (curiosa coincidencia de fecha por otra). Dedicó esta obra a “Alonso Pérez de Guzmán El Bueno, mi señor”, y a su padre criado desde su niñez hasta los veinte años de edad, que fue paje de don Juan Alonso de Guzmán.

Conquistador y funcionario el nieto de Irala, fundó en 1593 la ciudad de Jerez en Guayrá y su nombre progresista quedó marcado en Santa Fe, Buenos Aires, Tucumán y el Alto Perú.

VICTORIA

Victoria Ocampo en ocasión de su incorporación como numeraria de la Academia Argentina de Letras, leyó el discurso de circunstancias en el que recordó a Virginia Wolf y a Gabriela Mistral, de la que dijo: “Tenía pasión por los inditos (así los llamaba) y se sentía parte de ellos”. Para agregar sus orígenes guaraníes: “Descubrí, pues, que por vía materna desciendo de Irala, compañero de Mendoza, y de una india guaraní, Águeda. Este español y esta americana tuvieron una hija, que su padre reconoció. Dados mis prejuicios feministas simpatizó más con Águeda que con quien podía tratar de igual a igual al primer fundador de Buenos Aires. Este no es un desplante demagógico. Ignoro la demagogia como la pedantería. Pero en mi calidad de mujer, es para mí un desquite y un lujo poder invitar a esta recepción de la Academia a mi antepasada guaraní y sentarla entre la inglesa y la chilena. No porque mereciera como las otras entrar en cualquier Academia de Letras, sino porque a mí vez yo reconozco a Águeda”.

LA QUINTA DEL RETIRO

Don Miguel de Riglos Bastida que llegó a Buenos Aires, como dice su descendiente Carlos Ibarguren (h), “con una mano adelante y otra atrás”, casó en segundas nupcias con María Leocadia de Torres Gaete, descendiente de Irala. Don Miguel fue propietario de la famosa quinta del Retiro, que dio ese nombre al barrio, viudo nuevamente casó con Josefa Alvarado con numerosa sucesión.
Del matrimonio con María Leocadia dejó una hija Leocadia Francisca de Riglos, que huérfana de padre y madre, que se casó con el bilbaíno don Nicolás Ventura de la Quintana en la capilla de San Isidro.

De este matrimonio nacieron diez hijos. Una de ellas -Josefa que se casó con Larrazábal- dejó una numerosa descendencia entre ellos a Juana María de Larrazábal que se casó con el marqués Rafael de Sobre Monte, el progresista gobernador de Córdoba y virrey del Río de la Plata, con numerosa descendencia en España, algunos con títulos nobiliarios que llevan también sangre india.

Entre otros descendientes: Matías de Irigoyen natural de Buenos Aires, que sentó plaza de guardiamarina en España y estuvo en la batalla de Trafalgar. Su hermana María Petrona Irigoyen de la Quintana, se casó con el capitán don Juan Gutiérrez de la Concha, gobernador de Córdoba, leal a la causa realista que murió fusilado en Cruz Alta el 26 de agosto de 1810 junto a Santiago de Liniers. La viuda y sus hijos regresaron a España donde uno de ellos fue gobernador de Cuba y le fue concedido el título de Marqués de La Habana.

Estaba emparentado por los de la Quintana con Mercedes San Martín la hija del Libertador. En una carta a Mitre Mariano Balcarce le informaba en febrero de 1863: “Por una feliz coincidencia me ligan relaciones de amistad y parentesco, por parte de mi señora, con el actual embajador de España en París, el general Concha, marqués de La Habana, quien me ha manifestado las mejores simpatías por Buenos Aires, país de su nacimiento, y cuyo influjo y apoyo, si lo obtenemos puede senos útil”, para sellar el tratado de reconocimiento de la Independencia y paz con España.
En otra correspondencia no dejaba de mencionar Balcarce a don José Gutiérrez de la Concha Irigoyen, “que hoy tiene mucho influjo en España y le debo muchas atenciones en esta corte”, destacando que era nacido en la República Argentina, cordobés para mayores datos, agregamos nosotros el 10 de junio de 1809.

Agreguemos a esta lista al reconocido político Bernardo de Irigoyen, y a otros muchos a los que nos referiremos más adelante en alguna otra nota.