CUMPLIO 80 AÑOS ‘EL PRINCIPITO’, LA CELEBRE NOVELA DE SAINT-EXUPERY

El perdurable encanto de un clásico

La popularidad de este relato en apariencia sencillo se mantiene intacta y sigue admirando a lectores de todas las edades. Obra introspectiva y profunda, dejó lecciones a una humanidad en crisis.

El principito, el texto más conocido del aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, cumplió 80 años y sigue siendo, después de la Biblia, el segundo libro más traducido del mundo entero.

Es una de las obras emblemáticas de la literatura francesa, pero fue publicado por primera vez en Estados Unidos, el 6 de abril 1943, por la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock, en inglés y en francés.

La admiración por este relato en apariencia sencillo no se ha diluido y aún hoy se venden cinco millones de ejemplares al año, según la editorial Gallimard, que logró lanzar el libro recién en 1946.

Desde entonces ha seguido publicando esta novela corta de apenas 120 páginas que es admirada por lectores de todas las edades y lugares del mundo, mantiene su éxito editorial e inspira a creadores que destacan su carácter introspectivo.

La novela, cuyo número de ejemplares vendidos resulta incalculable, cuenta con 500 traducciones oficiales, según Gallimard.

El principito se puede leer en friulano, romanche, ladino, palatino, quechua, konkani, esperanto, veneciano, occitano languedociano, aragonés, vasco, gallego, catalán y asturiano.

La primera edición en español fue la argentina, en 1951. Fue realizada por Bonifacio del Carril y publicada por Emecé Argentina en septiembre de 1951, con la aprobación de los herederos y las ilustraciones originales. Aunque se calcula que ya se han vendido alrededor de cinco millones de copias de la edición argentina, desde la editorial no hay planes en marcha para una nueva edición.

En el texto, delicadamente ilustrado por Saint-Exupéry, la infancia se reivindica como territorio en el que recuperar lo esencial y sobre ella el joven Principito diserta mientras viaja a través de planetas haciendo amigos.

"Si tiene un alcance universal es porque trata con mucha sencillez y a la vez con mucha profundidad temas universales. Entre ellos, quizá el que nos une a todos que es la infancia, la nostalgia de ser niños", comentó Pedro Mañas, autor de literatura infantil.

La obra aborda el amor representado en la fragilidad de una rosa o la amistad encarnada en un zorro que desea ser domesticado mientras alecciona a una humanidad en crisis de valores durante la Segunda Guerra Mundial.

No solo se ocupa del amor y la amistad, sino también de otros temas profundos como el sentido de la vida, la soledad o la pérdida.

El aventurero y aviador Saint-Exupéry escribió la novela mientras servía como piloto militar desde Nueva York y no sería hasta 1946, tras su fallecimiento en un accidente de avioneta en 1944, cuando el libro se publicase en una Europa ya liberada del nazismo.

Solo entonces pudo leerla León Werth, periodista y escritor anarquista y judío a quien el autor dedicó la obra por ser su mejor amigo.

En El principito, un piloto se pierde en el desierto del Sahara después de que su avión sufriera una avería. Allí conoce a un pequeño príncipe procedente de otro planeta.

Las críticas al mundo de los adultos aparecen a lo largo de la narración. Por ejemplo, en el encuentro con un rey que sólo da órdenes que se pueden cumplir y que incita al principito a juzgarse a sí mismo.

En cambio, en el famoso encuentro entre el principito y el zorro, el animal le enseña el verdadero significado de la amistad y el fundamento de las relaciones humanas.

De hecho, la esencia misma del libro se refleja en el secreto que le da el zorro al principito: "No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".

Además, otras temáticas principales son expresadas a través de frases del animal, como "te haces responsable para siempre de lo que has domesticado" y "fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante".

Sus frases forman parte de un imaginario que va de Argentina a Francia y a cada rincón donde el libro caló con su impronta: "Lo esencial es invisible a los ojos".

ILUSTRACIONES

El texto tuvo numerosas adaptaciones en grabaciones de audio, obras de teatro, películas, ballets, óperas, series animadas y animé.

Parte fundamental de la narración son sus ilustraciones, acuarelas originales del autor que a día de hoy decoran todo tipo de objetos promocionales relacionados con el personaje. Para la ilustradora María Hesse, es "un dibujo muy naíf que da ese aspecto de retorno a la infancia".

Precisamente, una de las críticas que se le han hecho a los propietarios de los derechos de autor es el negocio creado alrededor de ese texto: hay productos derivados de lo más disímiles (hasta paños de cocina), presentes en museos de todo el mundo y parques de atracciones.

Como demostración de la cotización en torno a su obra, incluso las expresiones "le Petit prince" o "dessine-moi un mouton" (dibújame una oveja) han sido registradas como Propiedad Intelectual (INPI).

DERECHOS

A pesar de que en muchos países, como Argentina, los derechos son libres a partir del 2015, en Francia, El principito entrará en el dominio público en 2032.

La obra de Saint-Exupéry se beneficia de la extensión de la duración de los derechos otorgados a los autores muertos por Francia: Antoine de Saint-Exupéry desapareció en el mar, frente a la costa de Córcega, con su avión durante una misión de reconocimiento, el 31 de julio de 1944.

"A partir de 2032, se podrá editar el texto del Petit Prince sin pagarnos regalías. Pero esta pérdida de ingresos representará de todos modos solo el 20% de nuestros ingresos", explicó Olivier d'Agay, el propietario de los derechos de Saint-Exupéry, en 2019 a la revista francesa L'Obs.

La efeméride de la obra fue recordada por editoriales como Gallimard, que lanzó una edición especial de coleccionistas con una tirada limitada de 3.000 ejemplares. O también Salamandra, responsable de su distribución en español desde su nacimiento, que ha publicado en marzo el libro infantil interactivo El principito: ¿Dónde estás zorro? y la versión inglés-español de la obra.

EL AUTOR

El accidente de avioneta en el que murió Saint-Exupéry tuvo lugar el 31 de julio de 1944. Había despegado de Córcega a las 8.45 con la intención de tomar fotografías de Annecy y Grenoble, ciudades ocupadas por los alemanes. Contaba con combustible suficiente para volar durante seis horas, pero no volvió. Esta fue la última vez que se lo vio. Desapareció de la misma forma, misteriosa, que su personaje luego de ser mordido por la serpiente.

Antoine de Saint Exupéry había nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon. Era el tercer hijo del Conde Jean-Marie de Saint-Exupéry y Andrée Marie Louise Boyer de Fonscolombe, un matrimonio aristocrático venido a menos.

Su padre había fallecido cuando él tenía cuatro años y la familia había tenido que ir a vivir al castillo familiar de Saint-Maurice-de-Rémens.

Muchos de estos recuerdos de infancia fueron relatados en su obra literaria años después.

Saint-Exupéry había estudiado en colegios jesuíticos y maristas y había leído a Baudelaire, Balzac y Dostoievski. Era piloto civil de la compañía de correo Aeropostale, con la que visitó la Argentina, donde conoció a su esposa.

El 12 de octubre de 1929, Saint-Exupéry llegó a Buenos Aires como director y encargado de organizar la filial argentina de la Aeropostale para toda América Latina. Esta experiencia inspiró su novela Vuelo Nocturno, publicada en diciembre de 1931.

Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña, una artista plástica salvadoreña (nacionalizada argentina), amiga del presidente Yrigoyen y viuda del escritor Enrique Gómez Carrillo, entró en la vida de Saint Exupéry en septiembre de 1930. En enero de 1931, él regresó a Francia para casarse con ella. Su esposa se convirtió en el modelo para el personaje de la rosa de El principito.

En 1946, dos años después de la desaparición de su marido, Suncín-Sandoval Zeceña escribió un relato sobre la vida que compartió con Antoine de Saint-Exupéry. Esta autobiografía en francés, titulada Mémoires de la rose (Memorias de la rosa), nunca fue publicada en vida de la mujer. La obra salió a la luz en el año 2000.

Las memorias se convirtieron en unas de las más famosas de Francia y la relación con su marido fue retratada en la película Saint-Ex, protagonizada por Bruno Ganz y Miranda Richardson.

A 80 años de la primera edición de El principito sólo quedan las palabras, frases devaluadas por el uso y el mercado y un pequeño príncipe que nunca sabremos si ha regresado a su asteroide.