"El cine es entrega absoluta''

Andrea Bonelli volvió a la pantalla grande con el filme 'Un bosque en silencio' mientras prepara su regreso al teatro.

El suyo es uno de esos rostros familiares para quienes frecuentan la televisión o disfrutan del buen teatro. Pero Andrea Bonelli tiene también un pasado artístico vinculado con el cine, al que se asomó a mediados de los años '80 en películas como 'Superagentes y titanes' (1983), 'Los gatos' (1985) y 'La noche de los lápices' (1986). Sin embargo, confiesa ahora a la distancia, aquella experiencia no fue enteramente de su agrado por lo que siguió adelante por otros caminos que le propuso la actuación.

Pero como nunca es tarde, acaba de volver ahora a la pantalla grande con una película rodada en Tierra del Fuego, de impactante fotografía y sobre un tema de gran actualidad: la discriminación a los pueblos originarios. Axel Tossenberger la dirigió en 'Un bosque en silencio', cuyo elenco completan Víctor Laplace, Lorena Vega, Carlos Kaspar, el debutante Iñaki Aldao y la muy joven Antonella Ferrari.

"Es un personaje muy ambiguo el que interpreto, categórico en un punto, pero que va mutando a medida que avanza esta historia que habla de las diferencias sociales y de la marginación que viven día a día los pueblos originarios. Y dentro de eso se cuenta también una preciosa historia de amor'', describe en un encuentro con La Prensa. "Yo estoy dentro del bando de los que discriminan. Junto con mi marido (Laplace) soy una terrateniente, mamá de Sibila (Ferrari), que se enamora de Manuel (Aldao), que es hijo de una mujer perteneciente a una comunidad originaria (Vega)''.

-¿Se asumen con otra responsabilidad este tipo de personajes?

-Siempre existe esa responsabilidad, aun cuando se trate de un personaje de comedia hay un trasfondo ideológico en lo que uno hace como actor o actriz. Incluso en el programa que uno menos lo espera. En lo personal, siempre me siento cerca de las personas discriminadas, de los más vulnerables. Más allá del personaje que me toque interpretar, sé cuál es mi postura y no me resulta difícil tomar partido.

 

APRENDIZAJE

-¿Cómo fue el trabajo con un elenco conformado por actores de gran trayectoria y otros novatos?

-Con Víctor ya nos conocíamos, habíamos trabajado juntos hace tiempo y fue un muy lindo reencuentro. En cuanto a Iñaki y Antonella, son hermosos. Trabajar con actores jóvenes es siempre un aprendizaje porque en general son muy talentosos y el intercambio que se produce es enriquecedor, me encanta. En realidad, ejercer este trabajo siempre es un aprendizaje, cualquiera sea la persona con la que te toque cruzarte. Los actores trabajamos con lo humano, con nuestro cuerpo, con nuestra sensibilidad, entonces es imposible que en el intercambio con el otro no se aprenda algo.

-Esta película marca su regreso al cine. ¿En qué medio se ha sentido más cómoda para trabajar?

-En mi carrera lo que más hice fue teatro, incluso más que televisión. Pero en televisión me tocó trabajar en programas que tuvieron mucho éxito y por eso la gente me identifica con la tele. Sin embargo, hice más teatro, algo en la escena comercial pero mucho más teatro independiente, donde interpreté los clásicos. El off es un lugar donde me encanta experimentar y crecer, donde hay una libertad que no existe en el teatro comercial, donde la exigencia es otra.

-¿Y el cine?

-En la época en que empecé a trabajar como actriz la televisión se me dio bastante fácil, me empezaron a llamar, no lo busqué demasiado. Del cine también me llamaron, pero a mí no me gustaba el cine argentino de aquel momento. Era pésimo, realmente malo. Años después vino un cine argentino que rompió con todo lo que se venía haciendo. E incluso antes de eso también había habido una producción cinematográfica muy importante, comprometida, con directores muy reconocidos. Sin embargo, justo en el momento en que yo empiezo a trabajar el cine argentino era horrible. De manera que preferí hacer televisión o teatro y no arriesgarme en una película. No me identificaba siendo parte de eso, no me interesaba. Hice algunas pequeñas participaciones y enseguida me di cuenta que eso no era lo que quería. Ya después, cuando el cine se empezó a poner súper interesante, cosa que aún hoy continúa, bueno, yo ya estaba rumbeada para otro lado.

 

DRAMA Y COMEDIA

-Como actriz, ¿sufre el encasillamiento?

-Sí, un poco. Pero de todos modos he tenido una carrera muy variada. Incursioné tanto en la comedia como en el drama, de manera muy intensa en los dos casos. Pude hacer los dos géneros con mucha facilidad en el sentido de que me han buscado siempre para hacerlos.

-Tal vez sea esta una buena oportunidad para que los directores de cine vuelvan a reparar en usted.

-El cine es algo hermoso de hacer y me encanta. Las veces que me ha tocado lo disfruté muchísimo. El tiempo de maduración, la comunión con el equipo y con lo que sucede en el set, incluso las dificultades que plantea...Hay un tipo de trabajo en el cine que resulta muy estimulante. El cine es entrega absoluta: no sabés lo que va a ser, cómo va a salir, qué van a editar de tus escenas; prácticamente no sabés nada. Y la comunicación con el otro actor también difiere. El cine tiene su propio ritual, incluso más que la tele, que es más dinámica. Aunque ya casi no se está haciendo televisión realmente, ahora se hacen series.

-¿Cómo asume ese cambio?

-Las series están más emparentadas con la manera de hacer cine que con el vértigo de la televisión de estudio. De todos modos, me encanta que vaya variando el balance. Las series nos permiten entrar en mercados internacionales y se pueden ver en otras plataformas, lo que hace que otro público también tenga acceso a esos contenidos. Lo que sucede con la televisión, incluso con la 'nueva televisión' que nace a partir de Pol-ka y Underground, es que tenía una proyección meramente local. En cambio hoy, también ahí se están haciendo coproducciones con países como México o España, y eso nos enriquece. Los actores argentinos somos muy reconocidos en todo el mundo, gustamos mucho.

 

PROYECTOS

Las tablas señalarán el camino artístico de Andrea Bonelli el resto del año. Tiene dos propuestas en teatro: uno es una coproducción "grande'' entre la Argentina, España y Alemania para una obra basada en unos cuentos de Borges, que se dará aquí y en el exterior. El otro proyecto la une espiritualmente a la escritora, psicóloga y periodista Marisa Wagner, fallecida en 2012, quien escribió el libro 'Los montes de la loca'. "Ella estuvo muchos años internada en la Colonia Montes de Oca. Su libro es de poesías y tiene vinculación con muchos análisis sobre la locura, lo que se supone que es esa condición para la sociedad y qué representan la persona loca y el manicomio en nuestra comunidad. Todo eso, con un nivel poético bellísimo -describe Bonelli-. Sus escritos son de un gran valor artístico y de una gran visión y crítica social. Estoy muy entusiasmada de poder hacer esta obra''.