Buena Data en La Prensa

Se cumplen 10 años

Los que hablan de inclusión y tolerancia y de que la patria es el otro, hace diez años llevaron a cabo otro de sus ataques a nuestros orígenes como nación y a nuestras raíces europeas.

En marzo de 2013, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se le ocurrió la canallesca y delirante idea de desmontar y trasladar el monumento a Cristóbal Colón que se encontraba desde 1921, en la plaza homónima, detrás de la Casa Rosada, a la Ciudad de Mar del Plata, en donde hace décadas existía otro monumento al Almirante. Decidieron colocar en su reemplazo un monumento a Juana Azurduy que sería financiado por el gobierno de Evo Morales. Se comentó por esos días que la idea surgió durante una visita del difunto dictador venezolano Hugo Chávez, quien al ver el monumento, exclamó ¡Cómo está ahí ese genocida!

A LA SEÑORA NO LE IMPORTÓ

A la señora no le importó que la monumental obra fuera realizada gracias al esfuerzo y el aporte de miles de inmigrantes italianos: obreros, empleados, pequeños comerciantes y empresarios que, por iniciativa de Antonio Devoto, un exitoso comerciante que urbanizó tierras en la ciudad juntó peso a peso durante más de una década, en donde también colaboraron aportantes argentinos y de otras nacionalidades.

Comenzaba de esta manera un evidente desprecio por el obsequio efectuado por la colectividad Italiana con motivo del primer centenario de la Revolución de Mayo. Un agravio a la memoria de miles de inmigrantes italianos que aportaron voluntariamente su dinero para solventar los gastos de la obra.

Parte del listado de las personas y entidades que colaboraron, fueron publicados en el periódico de la colectividad italiana "Il giornale D'Italia" en Enero de 1920. La señora tampoco valoró las reliquias que cobijaba su cripta, entre las que se contaban, un cofre con un ladrillo de la casa natal de Colón, un bloque de mármol extraído del Monte Palatino de la ciudad de Roma y una cápsula del tiempo con dos rollos de filmación del traslado y emplazamiento de este, y diarios y monedas y billetes de la época.

La obra magistralmente esculpida por el florentino Arnaldo Zocchi, tenía 26 metros de alto y pesaba 623 toneladas.

Tampoco le pareció importante que el monumento fuera inaugurado por el presidente Dr. Hipólito Yrigoyen, en una fría y multitudinaria mañana del 15 de junio de 1921.

Como tampoco le importó tomar en cuenta que el día de su inauguración, fuera declarado feriado nacional por el gobierno radical, debido al gran apoyo popular que tuvo la iniciativa.

LUCHA CIUDADANA Y TRAICIÓN

A raíz de un convenio firmado por el exjefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sr. Jorge Telerman, y el Poder Ejecutivo Nacional, se enrejó la Plaza Colón en 2008, pero se estableció que tenía que estar abierta al público, salvo cuando el Poder Ejecutivo la usara para algún acto oficial. El Kirchnerismo jamás cumplió el convenio y la plaza nunca se habilitó al público.

Apenas se conoció la intención del gobierno Kirchnerista, un grupo de ciudadanos y entidades de la colectividad italiana conformaron una agrupación que denominaron “Colón en su lugar” en donde tuve el gusto de participar. Decenas de personas y entidades fueron sumándose a la causa en defensa del monumento, como las ONG “Basta de demoler” y “Salvemos las estatuas”. Se organizaron reuniones, charlas y actos con gran participación ciudadana en las adyacencias de la plaza Colón y en abril de 2013 se realizó un abrazo simbólico al monumento. Por orden del gobierno, la policía federal envió a la Guardia de Infantería para corrernos del lugar. Además de ser un acto pacífico la mayoría de los concurrentes eran personas en edad de estar jubilados.

Al principio el gobierno de la Ciudad ejercido por Mauricio Macri y su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, se opusieron al traslado del monumento, pero con el correr del tiempo llegaron a un acuerdo con el gobierno de Cristina Kirchner y accedieron a su traslado.

Es así como en junio de 2015 después de algo más de dos años de lucha ciudadana se lo traslada al espigón “Puerto Argentino” que está frente al aeroparque metropolitano. Fueron infructuosos los informes presentados por especialistas para que no fuera erigido allí debido a estar pegado al aeroparque y al río. En ese lugar había placas homenajeando a combatientes de la guerra de Malvinas las cuales fueron retiradas.

Pese a los insistentes reclamos y a las presentaciones efectuadas a los respectivos gobiernos, los políticos de turno desoyeron el justo reclamo ciudadano.

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