Celebra su noventa aniversario el decano de los institutos nacionales

Celebrará el próximo 5 de abril su 90 aniversario el Instituto Nacional Sanmartiniano, que como en la mayoría de estas instituciones nació en forma privada hasta que posteriormente alcanzó su nacionalización algo que sucedió con sus similares: Browniano, Belgraniano, Juan Manuel de Rosas, Yrigoyeniano y Juan Domingo Perón.­

A iniciativa de don José Pacífico Otero, se reunieron un grupo de interesados en la difusión y estudio de la figura del Libertador, en la sede del Círculo Militar no en la actual del Palacio Paz frente al monumento a San Martín que la entidad adquirió en 1938, sino en la anterior ubicada en la tradicional calle Florida 770. Era el 5 de abril y se conmemoraba el 115 aniversario de la batalla de Maipú.­

Otero tenía por entonces 59 años, había recibido una sólida formación intelectual, sacerdote de la Orden Franciscana, mostró una afición a la historia y dedicó no pocos estudios a la misma y a algunos destacados miembros como frailes Luis Bolaños, Cayetano Rodríguez y el Francisco de Paula Castañeda, entre otras. Desvinculado en 1910 del estado sacerdotal, comenzó con meticulosidad a estudiar al general San Martín, no sólo en nuestro país en archivos y bibliotecas, sino que recorrió otros países americanos y europeos. Con un acervo no menor de información, publicó la Historia del Libertador Don José de San Martín, en varios volúmenes que mereció la reedición por el Círculo Militar. A ello debemos agregar no pocos trabajos, artículos y conferencias, hoy casi inhallables que merecen una edición aunque sea en forma digital.

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DEUDA IMPAGA­

Otero dedicó su existencia a San Martín, por eso en esa conferencia hace nueve décadas afirmó que había una deuda "todavía impaga'' para con el héroe, "que no la pagarán los bronces, ni los mármoles, ni los colores de la paleta, es la deuda del espíritu''. Por eso el Instituto se presentaba esa tarde respondiendo "a los dictados de una razón primordial y sagrada, con los vivos deseos de dar forma tangible a esta ejecutoria''.

Por eso pocos días después reunió a un grupo de estudiosos y en el Museo Histórico Nacional rubricaron el acta de fundación y nombraron la primera Comisión Directiva que Otero presidió por lógica gravitación. Lo acompañaron en las vicepresidencias el general Francisco Medina y el vicealmirante Daniel Rojas Torres; secretario: Antonio Apraiz; bibliotecario: Ismael Bucich Escobar; vocales: Nicolás Accame , Juan Esteban Vaccareza, Adrián Ruiz Moreno, Francisco Beverina, Héctor Pelerson, Héctor M. Ratto, Pedro Etchepare, Benjamín Villegas Basavilbaso, Rodolfo Medina, Federico Santa Coloma Brandsen, Enrique de Gan´dia, Rómulo Zabala, Juan Pablo Echagüe, Máximo Soto Hall y Ricardo Staud.

Ricardo Levene, Carlos Alberto Pueyrredon, José Torre Revello y Julio César Raffo de la Reta, formaron parte al poco tiempo entre otros de ese grupo fundacional, que presidió Otero hasta su fallecimiento el 14 de mayo de 1937.

Su mujer Manuela Stegmann fue la generosa donante de la casa que se levanta en Palermo, réplica de la de Grand Bourg, que hoy es la sede el Instituto Nacional.­

El coronel Bartolomé Descalzo, el capitán Jacinto R. Yabén, los generales Ernesto J. Florit, Carlos A. Salas, Joaquín Aguilar Pinedo, Manuel Laprida, Tomás Sánchez de Bustamante y Diego A. Soria, se sucedieron en la presidencia de la entidad en la mayoría de los casos por largos años; cargo que ocupa hoy el Lic. Eduardo García Caffi. Alguna vez la vacancia de la presidencia fue desempeñada por los distintos vicepresidentes: escribano Oscar Carbone, el profesor José Carlos Astolfi y el Dr. Rodolfo Argañaraz Alcorta.

Otero, con visión trascendente hace 90 años afirmaba que el Instituto con "su creación llena un vacío en nuestras agrupaciones culturales, históricas y docentes. No la pide a nuestro entender, una razón de fortuito interés. La pide el progreso de nuestra nacionalidad, la pide el crecimiento de nuestro acervo histórico y documental''.

La entidad lo ha cumplido, de manera cabal. La revista San Martín en la primera época, la edición junto con el Museo Histórico Nacional y después por su parte de los Documentos para la Historia del Libertador, y numerosos folletos y publicaciones han poblado las bibliotecas públicas de escuelas y pueblos del interior, dando a conocer la figura de San Martín. Las Asociaciones Culturales en el país cumplen esa meritoria función y en el exterior: Bélgica (Bruselas); Bolivia (La Paz); Brasil (Río de Janeiro); Colombia (Bogotá); Costa Rica (San José y Puerto Limón); Chile (Santiago); Ecuador (Quito y Guayaquil); El Salvador (San Salvador); España (Madrid, Sevilla y Cádiz); Estados Unidos (Washington DC, Nueva York y Los Angeles); Francia (París y Boulogne-sur-Mer); Guatemala (Guatemala); Honduras (Tegucigalpa); Italia (Roma); México (México DF); Nicaragua (Managua); Paraguay (Asunción); Perú (Lima y Cuzco); Panamá (Panamá); Uruguay (Montevideo y Colonia del Sacramento) y Venezuela (Caracas).

A esto se debe agregar la creación del Colegio de Estudios Superiores Sanmartinianos en 1958 convertido en Academia Sanmartiniana en 1960, que con sus 20 volúmenes de los Anales ha dado a conocer valiosos aportes sobre la figura del Libertador, sus colaborades, su iconografía, las piezas museológicas, su relación con las provincias, la numismática y otros tantos temas. Rescatar los nombres de sus miembros fallecidos, además de los ya mencionados, es un homenaje a quienes trabajaron en ella y supieron enriquecerla: Adolfo Espíndola, Carlos A. Courtaux Pellegrini, Humberto F, Burzio, Rosauro Pérez Aubone. Ernesto J. Fitte, Leopoldo R. Ornstein, Ricardo Piccirilli, Belisario J. Otamendi. Juan Angel Fariní, José A. Oría, Oscar H. Elía, César Díaz Cisneros, Marcos de Estrada, Julio César González, José Luis Molinari, Leoncio Gianello, Carlos Heras, Gustavo Martínez Zuviría, Alberto Palcos, Joaquín Pérez, Carlos J. Mosquera, Raúl de Labougle, Leonidas de Vedia, Atilio Cornejo, Enrique M. Barba, Bonifacio del Carril, Alfredo González Filgueira, Exequiel César Ortega, Cayetano Bruno, Juan Draghi Lucero, Antonio J. Pérez Amuchástegui, Laurio H. Destéfani, Horacio J. Cuccoresse, Marco Aurelio Risolía, Luis Santiago Sanz, Ricardo Zorraquín Becú, Julio César Gancedo, Jorge M Ramallo, Aníbal Luzuriaga, Mario S. Dreyer, Mario Phordoy, Osiris Villegas, Federico Ibarguren, Emilio A. Bidondo, Héctor J. Piccinalli, Patricia Pasquali, Luis González Balcarce, Enrique Mario Mayocchi y Carlos Guzmán.­

Al celebrar este aniversario, en un día tan trascendente como fue el que selló la libertad de Chile, el Instituto Nacional Sanmartiniano, renueva su compromiso con el futuro enorgulleciéndose de este pasado que lo honra y al que honra en forma permanente