Un argentino que hace bailar al mundo

Juani Laborda es considerado un referente del 'Open Format', que consiste en mezclar todo tipo de géneros. Comenzó como DJ a los 14 años en fiestas con amigos y hoy exporta el 'cachengue' argentino a las pistas más exclusivas.

Como muchos otros a esa edad, Juani Laborda comenzó a pasar música en fiestas escolares acompañando a su hermano. Tenía catorce años y su objetivo era reunir dinero, pero encontró en las bandejas una forma de expresarse. Hoy, Laborda es uno de los disc-jockeys referentes en Sudamérica, una suerte de showman que exporta el cachengue argentino al mundo.­

Al terminar la secundaria estudió publicidad y llegó a trabajar en agencias importantes participando de campañas para marcas líderes. Todo esto sin abandonar la música. Hoy, su filosofía de vida lo impulsa a decir que ''ser DJ es mucho más que musicalizar, es comandar una noche''. Laborda realiza lo que técnicamente se denomina Open Format, que consiste en mezclar todo tipo de géneros musicales. Puede mixear temas antiguos con contemporáneos, rock con pop, reguetón con hip hop o cumbia con electrónica. En 2017 esa fórmula le abrió el terreno para hacer sus primeras giras internacionales. Desde ese año es también el host de Sensation, una de las grandes fiesta de bienvenida al Año Nuevo en Punta del Este.­

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PASIONES­

Decidido a darlo todo por la música, en 2020 renunció a la publicidad pero la pandemia trastocó sus planes. Sin embargo, pudo reinventarse y combinar sus dos pasiones, la música y el marketing, fundando FEAT, una productora que compone jingles con una mirada innovadora. Conversamos con él:­

-¿Qué le aporta su experiencia como creativo publicitario al trabajo de DJ?­

-Principalmente, el hecho de nunca cansarme de buscar. Buscar la manera de hacer algo distinto, creativo, que no sólo motive y sorprenda al resto sino a mí también. El laburo como creativo publicitario tiene eso: buscar, buscar y buscar. E incluso encontrar y saber descartar cuando puede haber algo mejor. Ese proceso lo trasladé a la música. Por otro lado, la publicidad me enseñó mucho sobre el trabajo en equipo y eso lo lleve a la producción de mis shows. Ambas carreras se relacionan, las dos son comunicación. Como publicista es algo obvio y por el lado del DJ, es estar en el centro de la conversación. Sos vos y la gente: cuando perdés la conexión con ellos todo se derrumba.

-¿Qué herramientas tomadas de sus shows en vivo le resultan útiles para la composición musical publicitaria?­

-Me ayuda mucho saber leer a la gente de manera individual y grupal, detectar qué les gusta, qué emociones genera en ellos, y entender con qué y por qué pasa. Hoy hay mucha música no publicitaria creada como si fuese tal, donde podés encontrar una estrategia de composición y producción en base al consumo, y eso para mí también está buenísimo. Es una manera de componer con un instrumento más: la estrategia.­

-¿Cómo prende el ya famoso 'cachengue' argentino en públicos de otros países?­

-Increíblemente bien, y es cada vez más grande. Es lindísimo ver cómo responde la gente. Se está contagiando no sólo música sino esa forma de disfrutarla. Cuando toco afuera siempre intento trabajar cada show más allá de lo que conozco; analizo muy bien dónde voy y qué suena para generar una experiencia especial para cada lugar. Y en ese contexto dejo que el 'cachengue' haga lo suyo, que sea una puerta hacia mil puertas.­

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UN RELATO­

-Por último, una pregunta polémica: ¿el DJ 'toca' o pasa música de otros?­

-Ninguna de las dos. Tocar es una traducción literal de la expresión en inglés play records. Alguien alguna vez lo tradujo literal y así quedó. Pero, por otro lado, 'poner música' le queda chico. Un DJ hace mucho más que eso, crea un ambiente, un relato, y busca mantener expectante al espectador. Transmite una idea, un concepto, con técnica y con un trabajo previo, sabiendo también que lo que trabajó anteriormente puede no funcionar y es ahí cuando tiene que estar preparado para cambiar el juego.