“Declárase el día 25 de marzo de cada año como ´Día del Niño por Nacer´” enuncia el artículo 1 del decreto 1406/98 publicado el 10 de diciembre de 1998 en el Boletín Oficial.
Entre sus considerandos sostiene, en concordancia con el Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño, que “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”. Se acentúa que “especialmente en su etapa prenatal”, “es un ser de extrema fragilidad e indefensión”. Y dado que “la vida, el mayor de los dones, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible”, el “derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana”.
Fue elegida esta fecha porque coincide con la celebración de la Anunciación a la Virgen María, "en virtud de que el nacimiento más celebrado en el mundo por cristianos y no cristianos es el del Niño Jesús", además “en ese día se conmemora el Aniversario de la Encíclica Evangelium Vitae, que el Papa Juan Pablo II ha destinado a todos los hombres de buena voluntad”.
¿QUIEN ES UN NIÑO POR NACER?
Todos lo fuimos. Aunque pueda parecer una perogrullada, desde el primer instante en que un óvulo y un espermatozoide se unen se desencadena una serie de acontecimientos que derivan, si nada lo interrumpe, en el nacimiento de un niño. Toda persona antes de este hecho trascendente que es llegar a respirar en un medio externo al útero es un niño por nacer. El hábitat no lo hace menos humano. Si pasa sus primeras horas en un frasco de cultivo celular o en el tercio externo de las trompas de una mujer es una cuestión de “lugar de residencia” que no le quita humanidad ni dignidad. Tampoco lo hace menos humano su grado de salud, ni lo que sus padres deseen, imaginen o sientan por él.
Es cierto. Es una verdad de Perogrullo, pero en tiempos donde se debate qué hacer con embriones congelados, qué categoría se le asigna al concebido que carece de partes de su encéfalo, o se privilegia el deseo y la voluntad procreacional, no viene mal recordarlo.
MARCHAR POR LA VIDA
Argentina es provida. La primera “marcha por la vida” en Buenos Aires se realizó el 27 de septiembre de 2017, poco tiempo antes de que el tema del aborto absorba la atención en los medios y en la calle.
A principios de 2018, a unos meses de haber pasado las elecciones de medio término, el gobierno del presidente Macri, decidió abrir el debate parlamentario por una ley que habilitara el aborto. Ese año, el “Salvemos las dos vidas” recorrió el país y los pañuelos Celestes inundaron nuestras calles. La Ola Celeste se hizo imparable. Sin respaldo económico, casi sin tener espacio en los medios de comunicación, los provida lograron vencer a la "marea verde". El abortismo junto a todo el aparato comunicacional y sus grandes aportes financieros cayeron vencidos en apenas cinco meses.
Este hecho fue el principio del fin del gobierno socialdemócrata de Cambiemos. Pesó más la ideología acorde con el globalismo de varios de sus miembros y las presiones de los organismos internacionales, que cumplir con las convicciones de la mayoría de sus votantes.
La izquierda cultural junto a sus obedientes políticos y sus financistas, decidieron vengarse apenas pudieron. Es así que después de habernos encerrado durante 2020, buscaron el momento oportuno para terminar el peor año de nuestras vidas con la perversa ley de aborto.
Las marchas se continuaron año a año como una manifestación pública de todas las personas y agrupaciones que defienden la vida desde la concepción. Son apartidarias, ciudadanas (no pertenecen a ninguna confesión religiosa) y no integran ninguna organización pública o secreta, nacional o internacional.
Este sábado 25 se realizará la octava Marcha por la Vida en varias ciudades del país. En Buenos Aires, a partir de las 14 se iniciará el recorrido desde Plaza Italia hasta el escenario que se ubicará frente a la facultad de Derecho.
UN ROSARIO POR LA VIDA
Bajo la mirada atenta del entonces arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Bergoglio, en 2004, por primera vez se rezó públicamente “Un rosario por la vida”. Años más tarde él mismo fue quien lo trasladó a la Catedral Metropolitana. También, desde allí año a año se conmemora el día del niño por nacer: se agradece a Dios por el don de la vida y se pide por todos aquellos que han sido heridos por la cultura de la muerte. El próximo sábado 25, allí, se celebrará misa y rosario a las 18,00 hs.
CASI 50 AÑOS
Hace casi medio siglo que, en EE. UU., a través de un fraudulento caso, se liberó el aborto. Los grupos provida siguieron luchando, concientizando, rezando delante de los abortorios aun cuando todo parecía perdido y sin vuelta atrás. El tiempo pasó y comenzó la reversión.
Hoy la cara del occidente cristiano se encuentra desfigurada e irreconocible en gran cantidad de países. Con mayor o menor grado de permisividad, el aborto es legal.
Quizás hoy, en Argentina, nos parezca imposible que, aún con el peso de la inconstitucionalidad, la nefasta ley 27.610 se derogue, pero la reversión de Roe vs. Wade nos marca el camino. Al final, la verdad siempre triunfa.
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