Antes de estrenar un nuevo show habla de la necesidad del público de recuperar la risa y el romanticismo

Martín Bossi, el gran entretenedor

El jueves debuta en el Astral con 'Bossi Live Show', que marca su retorno después de un lustro de ausencia como 'showman' en la calle Corrientes. "Para alguna gente es más cómodo pensar que sigo haciendo imitaciones'', asegura.

Interrumpe uno de los últimos ensayos para conversar con La Prensa. "Contame en qué te puedo ayudar'', regala después de brindar un saludo afectuoso, de esos que echan por tierra cualquier halo de divismo. Lo sabe pero no se la cree. Faltan pocas horas para que Martín Bossi regrese a la cartelera porteña con otro show cómico-musical que lleva su nombre como insignia. 'Bossi Live Comedy' marcará, desde el jueves y en el teatro Astral, su retorno después de un lustro de ausencia como showman en la calle Corrientes. Se trata de "una experiencia interactiva'' que lo tiene sumamente ansioso, y que después de una temporada corta en Buenos Aires llevará de gira por Barcelona, Madrid, Londres, Berlín, Los Angeles, Miami y México DF, para satisfacción de las comunidades latinas radicadas en esas grandes urbes.

"Esta obra es resultado de un proceso que comenzó con la pandemia -dice-. Cambió tanto el mundo que empecé a plantearme algunas cuestiones relacionadas con las necesidades humanas. Me propuse, en un formato de big show, jugar con la gente a recuperar rituales que nos hacían bien al alma y que nos los sacaron casi sin que nos diéramos cuenta. Hablo del romanticismo, la risa, la armonía, la melodía, la comedia'', enumera.

"La categoría de showman está casi extinguida en Latinoamérica, pero gracias a mucho estudio y años de investigación hoy puedo pararme en un escenario a hacer comicidad, tocar un instrumento y bailar, que son las armas que maneja el showman. Con esos elementos hemos creado este espectáculo, muy grande y a mi gusto muy lindo, que estamos por estrenar'', agrega.

-Hay gente que sigue asociándolo con las imitaciones, con la caricatura de ciertos personajes populares. ¿Cómo trabajó esta transformación?

-Quienes me siguen y conocen mi trabajo desde hace una década ya no lo piensan así...¡Gracias a Dios! Tal vez esa idea la tienen los que se quedaron en el 2009, cuando arranqué en televisión haciendo máscaras; pero no es lo que he venido haciendo en los últimos años. Hice dos años de una comedia musical hermosa, 'Kinky Boots', y antes de eso ya venía ofreciendo propuestas que tienen que ver más con el entretenedor. En 'Big Bang Show', por ejemplo, utilizaba la imitación sólo para un homenaje, y ya ni eso hago. Como actor protagonicé una serie en Disney, ahora estoy por filmar una película; nada que ver con las imitaciones. Pero es cierto que para alguna gente es más cómodo pensar que si empecé haciendo eso, lo seguiré haciendo. Si el día de mañana me dedicara a la medicina y ganara el premio Nobel, igual para algunas personas voy a seguir siendo el imitador. Pero no, me transformé en otra cosa, que no sé si es mejor o peor pero que es distinta, más ligada al ser que al parecerme.

 

APORTES

-¿Qué le dejó Lola, su personaje en 'Kinky Boots', que pueda aprovechar ahora desde el rol de showman?

-En realidad, le aporté mucho más a Lola de lo que yo ya venía haciendo, que lo que ella me aportó a mí. Le di a la comedia musical algo que ya hacía, que es...comedia musical. Porque todos mis espectáculos tuvieron que ver con la música y la comedia. Entonces para mí, construir un personaje es algo que venía haciendo desde muy chico y no fue complejo. Quizás hubo otras complejidades, bailar con tacos, trabajar con un equipo humano tan grande, aprender a compartir con gente más joven que me enseñó mucho. Fernando Dente fue un gran maestro para mí; también Ricky Pashkus, porque él viene de otro palo. Aprendí mucho de Ricky y él aprendió mucho de mí.

-¿Cambió en algo su vínculo con el público?

-Fue un poco ponerme a prueba en eso. Durante diez años tuve la bendición de la gente, que me ha seguido en forma masiva. Es muy complejo cuando un espectáculo lleva tu nombre. Una cosa es hacer comedia y otra muy distinta es que una obra tenga tu nombre, te jugás mucho porque ese sos vos. La gente ha sido muy piadosa conmigo al acompañarme siempre. Pero un día quise arriesgar, cambiar una vez más a ver si me seguían. Y la verdad es que el amor siguió intacto y me regalaron la posibilidad de cumplir mi sueño, que es ser un actor de teatro. El que me va marcando el rumbo es el público.

-Tal vez la capacidad de conectar con la gente y tener un feedback directo, aun desde el personaje, haya sido uno de sus grandes aportes a 'Kinky Boots'.

-Sí, es probable. Fue una etapa muy linda de mi vida y la recuerdo con mucho cariño, pero ahora necesitaba volver a conectar con el público desde mi propio lugar y hablarle de lo que creo que hoy necesita.

-¿Y qué es eso de lo que quiere hablar ahora?

-La gente está necesitando algo que este nuevo espectáculo tiene que es volver a la cosa familiar, al lugar de pertenencia. Estoy feliz de volver a encontrarme con la gente cara a cara.

 

TEMPORADA
Como cada vez que desembarca en Buenos Aires, la apuesta del actor con 'Bossi Live Comedy' es a lo grande. En escena estará acompañado por ocho músicos, una actriz, un cantante. El equipo completo de trabajo se acerca a las sesenta personas, asegura. "Es una puesta muy importante, que me entusiasma mucho. Son cinco años de ausencia como showman en calle Corrientes...". Prevé mantenerse "cinco o seis meses'' en cartel.

-En los tiempos que corren, ¿es posible montar shows tan grandes para temporadas relativamente cortas?

-Hoy, proyectar dos o tres años de temporada dentro de un teatro es un suicidio. El teatro es algo divino pero no deja de ser un acto privado en el que me pueden llegar a ver 50.000 personas teniendo un gran éxito, cuando publicando un solo contenido en Instagram me ve quizás un millón. Por eso hay que saber cómo combinar lo audiovisual con lo teatral. Quiero estar no mucho tiempo en el teatro, aunque sí lo suficiente como para que me puedan ver todos los que quieran compartir un lindo momento conmigo. Después de eso me iré a hacer otras cosas.

-¿Con qué tienen que ver esos proyectos?

-Tengo una película pendiente, el estreno de una serie, 'Amores inesperados', y la gira por el exterior, que encierra el desafío de contarles a otros lo que me pasa a mí en mi país.

 

FAMILIA

-En la serie se reencontró con el director Marcos Carnevale más de diez años después de haber trabajado juntos en la película 'Viudas'. ¿Cómo lo vivió?

-'Amores inesperados' es una serie de seis capítulos que rodamos para Star+ y que tiene que ver con distintas historias de amor que comparto con Julieta Cardinali, Eleonora Wexler, Jorgelina Aruzzi y otras actrices divinas. Marcos y Graciela Borges fueron los primeros que me dieron la oportunidad de hacer cine. Fantaseé en aquel momento con ser el galán de Graciela pero en realidad el rol que me dieron era el de una mucama (risas).

-Fue un personaje muy adelantado en algunas cuestiones.

-Es cierto. Justina era una persona que se percibía mujer y estaba atravesando un proceso de cambio. En aquel momento estos temas no estaban tan en boga y tuve que encontrarle la horma justa. El resultado fue un personaje de una femineidad hermosa, casi tanto como su fiereza.

-¿Por qué eligió volver a trabajar con Carnevale ahora?

-A mí no me puede dirigir cualquiera, pero no porque sea un genio sino porque la actuación tiene que ver con el amor, y uno no se puede entregar con cualquiera. Marcos es de mi tribu, tiene mundos muy parecidos a los míos, a través de Graciela se da también algo de lo familiar. Y nuestra relación tiene que ver con la admiración que le tengo y con la confianza que siento con él. Volver a encontrarlo y estar rodando durante dos meses por toda la ciudad fue un crecimiento profesional muy grande para mí.