Al Arco cumple 20 años desde su creación

La literatura deportiva está de fiesta

                                                                           
Hubo una época en la que el fútbol en particular y el deporte, en general eran, como mínimo, subestimados por el mundo de la literatura. Se tomaba la temática a la ligera. O, simplemente, no se la consideraba del todo relevante para ser contada, descripta, rescatada por las grandes plumas. Pero un día surgieron verdaderos artistas de la palabra para plasmar en libros, historias, ensayos, cuentos, crónicas y anécdotas que tenían como protagonista principal a la pelota. Los nombres de de los maestros Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Juan Sasturian, entro otros, surgieron para mostrar que existía una enorme demanda del público y que lo que contaban, se estaba transformando en un verdadero género: el de la literatura deportiva. Ahí apareció, pionera, la editorial Ediciones Al Arco, que por estas horas cumple 20 años y está de fiesta. Fue en febrero de 2003.

“Son once. Juegan con palabras, en cancha de papel, y los dibujos de Fontanarrosa comentan el partido. Cada cual se luce según su maña y su manera pero los once forman, juntos, un lindo equipo. Ojalá encuentren la hinchada que la buena prosa, como el buen fútbol, merecen”.  Así, desde la contratapa del legendario De Puntín (una antología de once autores con las que salió a la cancha), el inolvidable escritor uruguayo Eduardo Galeano saludó, hace exactamente 20 años, el lanzamiento de Ediciones Al Arco, la primera editorial argentina e independiente de literatura futbolera.

Hoy, febrero de 2023, el deseo de Galeano se realizó con creces: Al Arco cumple 20 años y, con alrededor de 150 títulos publicados desde su lanzamiento, es referencia ineludible de un género que llegó para quedarse. Dirigida por los periodistas Marcos González Cezer y Julio Boccalatte, Al Arco -continuación de una revista del mismo nombre publicada en 2001 y 2002-, surgió con aquel fundacional De Puntín que tuvo la contratapa de Galeano, dibujos de Fontanarrosa y prólogo de Jorge Valdano.

Pensada, en principio, como un espacio para la ficción relacionada con el fútbol y el deporte en general, Al Arco se fue ampliando hacia otros géneros vinculados de igual modo con la literatura y el periodismo. Ensayos, biografías, aniversarios de clubes, investigaciones, historias. “La idea nació porque interpretamos que había un vacío, un lugar en el que sí existían plumas de peso pero que eran poquitas, autores que todos reconocemos. Por lo pronto, entre colegas, sabíamos que había una oferta amplia que no encontraba dónde manifestarse y ahí fuimos. No pensamos que íbamos a llegar a las dos décadas y mucho menos lo que sucedió con los años, que fue la multiplicación de la oferta de libros vinculados al deporte y sobre todo al fútbol en particular”, cuenta Bocalatte. Y González Cezer agrega: "antes, los materiales de deportes en una librería eran más bien escasos, y eso cambió notablemente: ahora la oferta es abrumadora". Y asegura que la editorial "contribuyó para que se produjera ese cambio, sobre todo porque grandes sellos se animaron a publicar libros del género".

Al arco aprovechará la ocasión para celebrar como siempre lo hace: con la publicación de otro libro. En este caso se llama Manos Enguantadas y se trata de crónicas y semblanzas de boxeo del escritor, poeta y periodista Walter Vargas y el relanzamiento de su página web (https://edicionesalarco.com/).
Antes de ser una editorial, Al arco publicó, entre abril de 2001 y mayo de 2002, un revista con el mismo nombre que llegó a tener 12 números en la que escribieron Eduardo Galeano, Fernando Niembro, Roberto Fontanarrosa, Enrique Macaya Márquez, Juan Pablo Varsky, Sasturain, Gonzalo Bonadeo, Ezequiel Fernández Moores, Angel Cappa, Alejandro Fabbri, Víctor Hugo Morales, Daniel Arcucci, Rafael Bielsa, Julio Marini y Vicente Verdú, entre otros.
Al Arco participó asimismo con cuatro cuentos en la campaña de lectura "Leer también es una pasión", organizada por el Ministerio de Educación y Cultura de la Nación en diferentes estadios de fútbol del país; recibió el premio Estímulo de Tea/DeporTEA; y organizó dos ediciones del Concurso Nacional de Cuentos de Fútbol Roberto Santoro, que contó con el auspicio del Ministerio de Educación de la Nación y al apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación.
En ocasión de los Juegos Olímpicos de Londres y el Mundial de Fútbol Brasil 2014, Al Arco y el Ministerio de Educación de la Nación editaron en conjunto diversos títulos que fueron repartidos en las escuelas públicas. Entre sus títulos están Pelé en celeste y blanco, de Luis Vinker; Reutemann, Rey sin corona en la F1, de Alejandro Di Giacomo, Bruno Passarelli; Unidad Nacional de Clubes de Barrio, de Osvaldo Alberto Jara; Disquisiciones sobre la habilidad y otros relatos, de Gustavo Grabia; Huele a tablón y otros cuentos de fútbol, de Pablo Sehtman, El arquero nada pudo hacer y otros cuentos de fútbol, de Cristian Garófalo y Fútbol ciego (el arte de volar como Los Murciélagos), de Alejandro Ansaldi.


 

EL SELLO

HISTORIA Y PRESENTE
 
Entre abril de 2001 y mayo de 2002, Al Arco editó la revista del mismo nombre. Fueron 12 números de una publicación original, de alta calidad gráfica y periodística, que cosechó mucho prestigio. Escribieron, entre otros, Eduardo Galeano, Fernando Niembro, Roberto Fontanarrosa, Enrique Macaya Márquez, Juan Pablo Varsky, Juan Sasturain, Gonzalo Bonadeo, Ezequiel Fernández Moores, Angel Cappa, Alejandro Fabbri, Víctor Hugo Morales, Daniel Arcucci (ex jefe de Deportes de La Nación), Rafael Bielsa y Julio Marini (ex jefe de Deportes de Clarín), además de varios de los mejores periodistas deportivos del país y de España, entre ellos Vicente Verdú (diario El País).
La idea, encarar el deporte desde un lugar más analítico, más descansado, se concretó a través de entrevistas con personajes propios del ambiente (desde Juan Román Riquelme hasta José Pekerman; desde Pep Guardiola hasta Jorge Valdano) y ajenos (como Augusto Roa Bastos), investigaciones, historias desconocidas y un fuerte componente de opinión a través de las firmas más destacadas. El proyecto contó con la colaboración de los autores de las notas y, luego, de su solidaridad para permitir la difusión. Fue una experiencia muy enriquecedora.