El rincón del historiador

Sarmiento y la fotografía

El miércoles se cumplieron 212 años del nacimiento Domingo Faustino Sarmiento, "su obra abruma ya no solo con sus libros, ensayos, discursos y correspondencia... sus escritos son revisados, interpretados, estudiados sin solución de continuidad. Sin embargo, sus imágenes más tempranas, en especial las daguerreanas, no han sido foco de un análisis que permita contextualizarlas y comprenderlas en toda su riqueza visual''. Rigurosa verdad esto que afirma Carlos Gabriel Vertanessian en su libro Retratos del Plata. Historias del Daguerrotipo 1839-1859 con el patrocinio de la Fundación Ceppa, de reciente aparición.­

Al sanjuanino, desde sus Obras Completas, y los estudios ya sea a favor o en contra se le han dedicado varios cientos de miles de páginas con suerte dispar, pero nadie se ha dedicado a estudiar su iconografía, los retratos ni tampoco su cercanía a la fotografía. Por eso el capítulo que le dedica en su libro Vertanessian resulta "particularmente valioso. porque descubre textos inéditos sobre el tema del genial y hombre público argentino'', al decir en la introducción Miguel Angel De Marco, ex presidente de la Academia Nacional de la Historia.­

Resulta interesante la exploración que hace en Sarmiento "del sentido de la gestualidad de su primer retrato fotográfico conocido'', el daguerrotipo atribuido a Buvelot & Prat, tomado en el estudio de Río de Janeiro en abril de 1852, que se conserva en el Museo Histórico que lo recuerda en el barrio de Belgrano.

El Boletinero del Ejército Grande, vistió el uniforme francés que había comprado en Montevideo y cuyo corte le quedaba muy bien, llevaba su espada y la condecoración de la Orden militar de la Rosa que se les había conferido a los oficiales. Como bien lo apunta Vertanessian, que logra penetrar (cual Nerio Rojas) en la psicología del personaje. "Sarmiento debió meditar la pose largamente. No sería solo un retrato. A sus cuarenta y un años, esta imagen debía ser un alegato a favor de su condición de militar victorioso. Es su modo de inscribir la historia, atento al riesgo de quedar relegado en una mera nota al pie del triunfo del Ejército Grande. Debió pedir un banquito que cubre con una tela, eleva una pierna y lo pisa, y con ambas manos simula clavar la espada, afirmándose en el trípode que forman sus dos piernas y el arma''.­

­

LA IMAGEN­

­Considera el autor que la aparición de la fotografía contribuyó a instalar la imagen del sanjuanino en el país y en el exterior, desde los años 50, si bien Mitre y Mansilla tuvieron mayor cantidad. Sarmiento tradujo un libro del francés Louis Figuier una obra sobre los descubrimientos modernos. Allí agregó de su pluma un elogio a favor de los daguerrotipos: "Por la baratura relativa de sus productos. Las planchas fotográficas están a mano en todas partes para recibir la impresión de la fisonomía de un amigo que parte, de un padre que muere, de un hijo que se ausenta. Las afecciones domésticas han hallado en el daguerrotipo un nuevo vínculo, y al abrir esas cajitas que cubren hoy nuestras mesas, puede decirse que nadie muere del todo en una familia, ni ningún amigo ha dejado de sonreírnos ni de amarnos, por causa de ausencia. El niño, perdido en sus primeros años, está ahí mostrando a la madre sus queridas facciones, el antiguo compañero de tertulia ocupa su puesto en el hogar.''

Y reconocía que Colón, Gutemberg, Valdivia y otros grandes de la historia del mundo habían desaparecido sin dejar idea de sus forma, mientras que "el hijo del humilde artesano no se ve privado por siempre de la imagen de su padre''.­

Si bien el autor no trató in extenso -y esperamos lo haga- todas las fotografías y caricaturas de Sarmiento, inserta una de El Mosquito del año 1879 en la que se lo observa vestido con su uniforme de general, posando ante el fotógrafo al que le dice: "Señor fotógrafo, lo que particularmente le recomiendo es que no diga a nadie que me hice retratar de general, porque si este pícaro de Mosquito, lo llega a saber, es capaz de caricaturizarme una vez más; ¡que diablos! Ya he sido bastante''. La escena lo muestra a Sarmiento en el suelo por haberse roto la silla "no acostumbrada a soportar grandes personajes''.­

Entre los daguerrotipos desconocidos, hay uno de Sarmiento de 1852 en compañía de su amigo Mariano Eleuterio de Sarratea, un porteño miembro de esa conocida familia, fue una destacada figura en Santiago de Chile donde fue tomada la imagen.­

Abundan en la obra las fotografías de tomadas en Buenos Aires de Meeks y Kelsby (1862), Bartolomé Loudet (1872), Alexander Witcomb (1874), E. Massoni (1877), en Lima en ocasión del Congreso Americano por Eugenio Maunoury y Courret Hermanos (1864), en Nueva York por Napoleón Sarony (1866) y en París por Alophe Sucesores (1867) entre otros. Además de menciones en la correspondencia familiar solicitando retratos de sus parientes.­

Seguro que en este trabajo de Vertanessian, publicado en Retratos del Plata los interesados en Sarmiento encontrarán un aspecto poco estudiado de su personalidad, y no dudamos que es la persona indicada para dedicarle ese volumen que falta en su bibliografía.­