Historias del conurbano

Gigantes con pie de barro

A horas de terminarse el primer mes del año electoral, es poco lo que ha sobresalido en estos casi treinta días que pueda ser diferente a otros años proselitistas. Las imágenes de Javier Milei recorriendo distritos de la costa bonaerense no son novedosas por el método, pero sí por la reacción. Difícil encontrar un político argentino que llame tanto la atención. ¿Se traduce en votos? Esa es otra historia. Lo cierto es que esas fotos son miradas con mucha atención por la ya famosa “casta” a la que el economista le grita que tienen miedo. Podría considerarse como relevante la convocatoria de Mauricio Macri a la presentación de su libro en Mar del Plata porque logró alinear, al menos por un rato, a todos los sectores internos del PRO. Sobre todo los bonaerenses. Y en el oficialismo, la agenda económica es la que lleva la mayor atención, más allá de algún resbalón de Sergio Massa desde lo discursivo. Sin dejar pasar por alto un dato relevante: la decisión del intendente de Hurlingham Juan Zabaleta, de expulsar del gobierno local a los referentes de La Cámpora abre un camino con posibles ramificaciones en otros territorios. Se verá. 

Gigantes con pies de barro. Comencemos por esto último sobre la situación política del distrito de Hurlingham que abre otras puertas. Cuando Juan Zabaleta decidió emprender su confrontación con La Cámpora local, lo hacía también con la conducción del grupo, es decir Máximo Kirchner. Se les animó a los que nadie se les animaba por temor a vaya saber uno que. En su momento sí lo hizo también Fernando Gray de Esteban Echeverria cuando se opuso al desembarco de Máximo Kirchner en el PJ. 

Lo cierto es que la fuerza de tener a Cristina Kirchner detrás de los ya no tan jóvenes camporistas ha ido perdiendo eficacia. No porque haya dejado de estarlo, sino porque hoy ya no garantizan lo mismo que en otros tiempos. ¿Cristina Kirchner es relevante electoralmente en la provincia? Sí, claro. Pero menos. Las encuestas lo vienen demostrando. El problema es que aún no hay intenciones serias de ponerlo sobre la superficie. Es un juego de conveniencias mutuas. 

El caso Zabaleta golpea en el riñón y corazón de la “orga”. “Si se animó Juanchi, quizá mañana se animen otros”, razonan en mesas peronistas. En las últimas horas un hecho le da la razón al intendente, ex Ministro de Desarrollo Social. Tras varias amenazas de frenar una obra del hospital local del PAMI - organismo presidido por Luana Volnovich, secundada por Martín Rodriguez, de Hurlingham y de los tres más cercanos a Máximo Kirchner en la actualidad - en represalia a la expulsión del poder ejecutivo de diversos funcionarios, quedó en la nada. Desde La Cámpora no tuvieron más remedio que financiar la obra luego de la intimación de Zabaleta al organismo. Para “Juanchi” es un triunfo político. ¿Habrá efecto dominó?

Esta pregunta la suele responder un experimentado dirigente bonaerense. “Si el peronismo tuviera hoy ocho intendentes como tuvo Massa en el 2013, se termina electoralmente el kirchnerismo y La Cámpora. Pero algunos prefieren entregar la política a cambio de un contrato de obras”. De todas maneras, la realidad se impone. No hay duda que, la negociación se impondrá en momentos donde al Frente de Todos nada le sobra. Y aún así, quizá hasta nada le alcance. Pero eso se verá en unos meses. 

Al margen de sus diferencias y alineamientos, los intendentes del conurbano siguen creyendo, en su gran mayoría, en que Sergio Massa tiene que ser la opción electoral. Desilusionados con Alberto Fernández los que alguna vez creyeron en él como líder, los ojos apuntan al Ministro de Economía. Empieza a crecer con más fuerza lo que se adelantó en este medio hace varias semanas atrás. La opción Massa es viable sin ser contaminada por los K en la fórmula. Obvio si baja la inflación y puede regenerar con éxito el “efecto Lavagna del 2003”.   A cambio, la provincia de Buenos Aires se convierte en el refugio desde Kicillof para abajo. Incluido los intendentes. 

El gobernador, de a poco, va cosechando más muestras públicas de apoyo a su reelección. Ya no es sólo su grupo más íntimo, sino de parte de intendentes que lo miran con desconfianza. Un gesto fue la suspensión de la reunión en el Partido de La Costa antes de finalizar enero. El posterior posteo de Martín Insaurralde pidiendo que no se hable de candidaturas hasta tanto se defina la situación de Cristina Kirchner. Le llamó proscripción. Es la palabra que anida para  saltear el lío bárbaro que la Vice generó cuando dijo que renunciaba a ser candidata. Desde ese momento el peronismo bonaerense entró en un estado asambleario que aún perdura. 

En el conurbano ya se leen en las paredes consignas tales como “No hay democracia con Cristina proscrita”. Es una manera peligrosa de gestar legitimidad sobre el resultado que puedan darse en las elecciones, sin es que CFK no revierte su mirada. Cierto es que no pesa sobre ella ninguna imposibilidad de ser candidata. 

Cristina suele generar estos problemas hacia adentro de su fuerza política. Se apilan las anécdotas donde, ya muerto Néstor Kirchner, nunca quiso saber en serio como era el tránsito de las efectividades conducentes. Porque para eso hay que saber conducir. Y sucedió lo que pasa cuando falla la conducción, se generó un desorden. Ahora ocurre algo similar. Se está a un paso de la anarquía política dentro del oficialismo. 

Mauricio Macri, en cambio, ahora quiere conducir. Lo que le costó mucho antes. Lo reconoció en su libro “Segundo tiempo”. Cree que le llegó la hora de ocupar ese rol. Sus gestos van en ese sentido. Si lo podrá lograr o no es aún dudoso. Su casa en Villa Langostura se convirtió en su pequeña “Puerta de Hierro” estival - entiéndase que la analogía no busca ofender a los peronistas y menos comparar a Perón con Macri - desde donde envía señales. La última, más fuerte, fue la foto tras dos días de estadía con Patricia Bullrich y su esposo. Esa interna, la del PRO, está más caliente que cualquier otra. 

Por eso, las imágenes de Milei preocupan. En el conurbano, los intendentes tienen medido que cada 10 votos que se lleva el libertario, 7 se los saca a Juntos por el Cambio. No es casual la petición de Gustavo Posse, experimentado jefe comunal de San Isidro, para lograr que Milei participe de la interna de JXC. 

Por ahora, Milei se resiste y es probable que su resistencia llegue hasta el final. Su pensamiento no integra la lógica tradicional de la política que sostiene siempre que, cada movimiento que puedan hacer sus rivales están guiados para favorecer o perjudicar a terceros. Muchas veces, las cosas son más simples de lo que la intrincada mentalidad política se acostumbra a generar. En eso también radica la cada vez más profunda grieta que convive en la Argentina desde hace tiempo y es entre la sociedad civil frente a la sociedad de los políticos. El año 2023 amenaza con ser un momento de experiencias nuevas. Aún sin mensurar. Quizá en eso radique la mayor expectativa que pueda dar este año electoral y saber si caeran los gigantes de barro.