Hay amor sano cuando hay sentido de dignidad

Cuando el amor es sano, cuando hay un sentido de dignidad, la persona puede priorizarse, sostener sus valores personales, no hacer cosas que no le gustan o permitir que el otro haga cosas que la lastimen y se hace respetar. Hay amor sano cuando hay primero amor propio. 
La dignidad se relaciona con el hacerse valer como persona y va mucho más allá, hacia el respeto que cada sujeto tiene por sí mismo, que no permite ser degradado o humillado por otros. Este sentido de dignidad se aprende, se va formando en cada persona, y es uno de los elementos fundamentales para que realmente pueda existir un verdadero amor. La dignidad es ese límite que permite que seamos realmente amados, porque no existe amor si no hay dignidad.
La dignidad está en juego cuando el amor es no correspondido, no hay espacio para las víctimas, los martirios y las resignaciones, se hace a un lado esa voz que nos dice que todo vale con tal de estar al lado del ser amado. 
Alimentar la dignidad hace que uno se ame y que el otro pueda amar a quien realmente uno es. Cuando no existe la dignidad personal, los sujetos se humillan, y se rebajan para alcanzar esas migajas de cariño, que lo hacen sentir bien limitadamente, satisfechas por un momento, pero no saciadas. 
Tener y sostener la dignidad no se logra quitándole dignidad al otro, sino que es un fino ejercicio de respeto que se sostiene en ambos sentidos, un ida y vuelta de respetar, sostener y cuidar a la pareja. Una buena comunicación, tomarse el tiempo necesario para reconocer y pedir perdón se convierte en un espacio de crecimiento compartido. Hablar nuestras diferencias, conocer nuestros objetivos personales de vida, trabajar nuestras inseguridades, alejarnos del egoísmo y poder embarcarnos juntos en este camino día a día. 
Cuidar la dignidad no es "soltar" ante el primer problema, significa que, si algo no es mutuo, no es con respeto, no es único, se humilla, se degrada, u obliga a tener que demostrar ser digno continuamente, ese no es el lugar. 
Estamos llevando el amor con dignidad cuando, en ese respeto que siento por mí mismo, entiendo que perdonar no es lo mismo que olvidar, ni permitir que una falta de respeto se repita continuamente, cuando entiendo que el amor no es ciego, y que puedo ver qué acciones son las que hacemos el uno por el otro, y las que dejamos de hacer. 
Llevo el amor con dignidad cuando entiendo la relación es mutua, y no existen terceros, ni podemos ser felices de a cuatro. Dignidad es respetarse en el acto de respetar al otro, de esta manera se construyen amores sanos. 

Dr. Flavio Calvo
Doctor en psicología, docente, tallerista y autor (M.N. 66.869)