Marcela Citterio, autora éxitos como 'Amor en custodia', une su afán literario con el mundo audiovisual

La mujer detrás de grandes historias

Responsable de algunas de las telenovelas más comentadas del país acaba de lanzar su propia editorial, con la que editó su libro 'La chica que no quería ser princesa'. Netflix estrenó recientemente su serie 'Mirada indiscreta'

­Marcela Citterio es escritora, autora y guionista de televisión, pero no sólo eso. Ahora también lanzó The Orlando Books, una editorial focalizada en generar contenido editorial que alimente la ficción audiovisual. ``Para mí es como un nuevo despertar'', dice sentada en un bar del barrio de Colegiales. Mientras charlamos, algunos curiosos miran de reojo, aunque seguramente la mayoría desconoce que la mujer que toma un café con leche, vestida de azul y que se apasiona al hablar de su trabajo escribió algunas de las novelas más vistas de las últimas décadas en la televisión argentina.

Bajo su firma vieron la luz ficciones como 'De corazón', 'Como vos y yo', 'Se dice amor' y 'Patito feo'. Pero consciente de que muchas otras quedaron en el tintero decidió ir por más. "Mi hija escribió un libro para una plataforma y enseguida vi la respuesta inmediata de la gente. Entonces le dije a Chiara '¿y si lo autoeditamos?'. Aprendí un par de cosas y le propuse `pongamos una editorial'. Todo el mundo me decía que estaba loca, pero yo quería hacer una editorial que hiciera foco en lo audiovisual. La empecé a gestar y me di cuenta que me faltaba el costado literario, entonces llegué por recomendación a Verónica Chamorro, que es una editora que tiene muchos años trabajando en ese tema. Fue instantáneo, nos conocimos por Zoom en época de pandemia y arrancamos. Empezamos con los libros de Chiara y a buscar historias. A Verónica le conté que yo también estaba empezando un libro''.

 

UN DESPERTAR

Poco más de seis meses después de haber salido al mercado, la editorial tiene hoy varios libros publicados, entre los que aparecen `La chica que no quería ser princesa', de Citterio; `Casi amor' y `Mal amor', de Chiara Francia Citterio; `Quemacoches', de Bernardo Beccar Varela; y `La princesa que conquistó el desierto', de Verónica Chamorro. ``Todos los libros están disponibles para un audiovisual, que era el objetivo; bah, para mí el objetivo en realidad era que aunque sea uno de esos llegará, y no en seis meses, en un año también estaba bien. Que esto pase así es muy emocionante''.

-¿Cómo fue animarse en medio de la pandemia?

-Una locura. Fue atreverse a seguir una intuición. Yo siempre digo que para mí la intuición es como una llamada del futuro; entonces cuando la tengo, la sigo. Prefiero eso, aunque a veces me pueda equivocar. Tener el apoyo de Chiara fue muy importante para mí porque a pesar de su corta edad ella es una persona muy equilibrada y me ayuda mucho a organizarme. Yo estoy todo el tiempo en veinte cosas a la vez. Ella me ayuda un montón y todo fue gestionándose como para que esto sea un nacimiento. Lo hice el mismo día de mi cumpleaños, en julio. Para mí es un nuevo despertar por muchos motivos, incluso personales, y me emociona mucho que a otra gente le pueda pasar lo mismo. A mí este trabajo me dio todo: me dio emociones, conocimiento, viajes, muchísimas cosas, y hay mucha gente muy talentosa a la que por ahí se le hace difícil poder llegar a una plataforma.

-¿Cómo se identifica la semilla de una buena historia?

-Nosotros pedimos las historias y damos devoluciones. Algunas eras muy lindas pero no eran audiovisuales, entonces les pedimos que trabajen para que lo sean. En ese sentido una obra tiene que tener mucha acción, ritmo, estar bien escrita, pero no con un ritmo tranquilo y que pasen las cosas lentamente. Hay muchísimos libros que me fascinan pero que son difíciles de llevar a la pantalla o de llegar a lo que una plataforma puede necesitar.

LOS CAMBIOS

-Recientemente Netflix estrenó la serie brasileña `Mirada indiscreta', que usted escribió.

-Sí, es la historia de una chica hacker, que es voyeur y a la que, a partir de observar a una vecina que es escort de lujo y con clientes, le sucede algo especial cuando la vecina le pide que cuide su casa. La chica en determinado momento toma su lugar, sobreviene un crimen y todo cambia en su vida, con la particularidad de que es una protagonista preciosa, muy querible. Se estrenó el 1 de enero, que es una fecha muy especial para las plataformas porque, por ejemplo, `Bridgerton' se estrenó un 25 de diciembre. Estoy muy feliz.

-¿Fue el primer proyecto que escribió especialmente para una plataforma?

-De manera directa sí, porque todos los demás nacieron independientes y terminaron en plataformas.

-¿Notó alguna diferencia a la hora de trabajar?

-Sí, hay mucha libertad en función de que no hay trabas de presupuesto. Si bien no vas a poner multitudes en cada capítulo porque tampoco estás en Estados Unidos, pero para que te des una idea yo hice acá `Amor en custodia' en 2005, que sólo podía tener cinco exteriores por capítulo. Me las tenía que ingeniar para ver cómo hacía eso en una novela de guardaespaldas. Cuestiones como esa te generan una presión a la imaginación muy fuerte porque hay un montón de cosas que no podés hacer. Pero cuando hice la versión para México funcionó tan bien para Azteca que le ganó por primera vez a Televisa. Me dijeron `hace lo que quieras' e hice lo que quise. Escribí casi cien capítulos más y eso como autora lo disfrutás un montón.

NO ROMANTIZAR

-¿Cómo ve lo que pasa hoy con la televisión en la Argentina?

-Me da mucha tristeza porque me parece que tenemos un potencial muy grande y sin embargo todo está pasando por México y Colombia en lo que respecta a Latinoamérica, y me da lástima. Lo complicado acá es un tema de presupuesto. Alguna ficción aislada va a haber, pero eso de que antes había en todos los canales y a veces dos en el mismo horario ya no. También creo que todos estamos ya muy acostumbrados a las plataformas; pero con esto de que están poniendo publicidades quizás en algún momento volvamos a los canales de aire.

-¿Los temas fueron cambiando?

-Sí, muchísimo. Por suerte, las mujeres fuimos ganando muchas batallas y eso se traduce en las historias. El feminismo no es sólo decir algo, es no romantizar situaciones que antes sí se hacía: `¡cuánto te cela, qué romántico!'. Siempre mis novelas tuvieron protagonistas muy fuertes, desde la primera que hice, que fue el personaje de Ana María Picchio en `De corazón' y era una mujer muy aguerrida. Siempre me gustaron así. Pero en general, en el resto de las novelas eran más sumisas. Hoy se pinta a una mujer más empoderada y fijándote qué tipo de amor mostrás, y si un hombre tiene determinadas conductas, no se debe romantizarlas. Te podés enamorar de una persona así, existe como personaje, pero ya no es `¡qué lindo!'. En `Los buscas', por ejemplo, terminé el primer capítulo con los dos protagonistas dándose un cachetazo hasta que se besaban y en aquel momento me pareció que estaba bien, no pensé `estoy romantizando la violencia'.

-¿Nota que se tiene que cuidar con las cosas que escribe?

-Me sale. Tengo una gran maestra en mi casa que es mi hija, que me ayudó muchísimo en este proceso para no quedarme atrás. Entonces ahora hay cosas que me hacen ruido. Hace poco participe de un concurso en Colombia y leí como cien historias. El nivel de machismo en Colombia es muy fuerte. Espero que evolucione.