Dalia Gutmann ante los cambios: "No me pongo en policía del humor''

La actriz volvió al teatro Maipo con `Tengo cosas para hacer', en donde mezcla el stand-up con el musical. En el espectáculo recorre temas como la autoestima, el sexo y la maternidad en la acelerada vida actual, siempre desde su propia experiencia propia y con el estilo delirante que la caracteriza.

Durante la charla con La Prensa confiesa que está "haciendo mil cosas'' mientras habla, un tiro por elevación a su nuevo show, `Tengo cosas para hacer', que fue escrito por ella misma en pandemia y marcó el final de `Cosa de minas', el espectáculo que popularizó a Dalia Gutmann y que la erigió como una de las más talentosas humoristas de la escena local.­

Hace tanto tiempo que Dalia se dedica a la comedia que le cuesta tomar verdadera dimensión de lo querida -y reconocida- que es por el público. En esta nueva obra vuelve a reirse de los altos estándares del mundo femenino, aunque admite que algo ha cambiado en su interior: "Tal vez yo no soy la pesada sino que el otro es demasiado básico'', dice.­

Egresada del ISER, para Dalia la comedia representó un escape al duro trabajo que hacía en un noticiero en sus comienzos. Encontró en el stand-up el género ideal para hacer reír y ese semillero -del que también surgieron Malena Guinzburg, Natalia Carulias y Connie Ballarini, sólo por nombrar algunas- sentó las bases para que la mujer también tenga lugar en ese ámbito, históricamente masculino.­

No obstante, la pareja de Sebastián Wainraich se confiesa benevolente con respecto al humor más chabacano: "No me pongo en policía''. Pese a las carcajadas que arranca sobre el escenario, la mamá de Kiara y Federico se autopercibe como "muy dramática'' en su vida cotidiana: "Me di cuenta que el humor aliviana un poco esa cosa tan densa que tengo de hundirme en mis pensamientos''.­

De la mano de la experimentada directora Mariela Asensio, en `Tengo cosas para hacer' (los sábados a las 21 en el teatro Maipo) la ex locutora del extinto ciclo AM (Telefe) se anima a cantar, bailar y actuar, ya que pronto, también estrenará su primera obra de teatro de texto, escrita por Ester Goris.­

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RECARGADA­

-¿Cómo fue el proceso creativo de `Tengo cosas para hacer'?­

-Me pasó que después de muchos años de hacer `Cosa de minas', y a pesar de que siempre le fue bien, me pareció que estaba para terminarlo, así que lo dejé en 2019; ya después vino la pandemia. Entonces fue que me planteé `¿de qué quiero hablar hoy? `Cosas de minas' lo empecé a los 32 y hoy tengo 44 años; es como que quería cerrar eso y armar algo nuevo. Durante el aislamiento este espectáculo fue mi luz al final del túnel. Me había puesto la consigna de no hablar nada de la pandemia, sabía que esto iba a terminar y que el teatro iba a volver.­

-Dijo en una entrevista que dejó de hacer humor a costa de ser muy dura consigo misma; ¿a qué se debió ese cambio?­

-Hay una interpretación rara de que los standaperos se hacen los losers pero en realidad son personas que le encontraron la vuelta para hablar de algo por lo que se sufre y hacerlo de una manera divertida. Cuando empecé a hacer stand-up había una cosa de ubicarnos a las minas -y yo también lo hacía- en el lugar de hinchapelotas, de pesada, pero un día me corrí de ese lugar y me dije: `no sé si soy tan hinchapelotas o es que el otro es demasiado simple o básico'. Nunca voy a hacer humor efectista, siempre busco hacer humor con cosas que me pasan de verdad.­

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MAS COMPLEJAS­

-¿Por qué cree que hay temas femeninos que son universales y todas nos podemos identificar con las mismas cosas?­

-A mí particularmente, el tema mujer es algo que me interesa mucho. Hay libros que me ayudaron mucho, como `Mujeres que corren con los lobos' u otros de psicología femenina. Yo creo que tenemos otro nivel de complejidad. Si bien somos todas diferentes y no hay que generalizar, tenemos un nivel de emoción mayor y eso nos diferencia del resto de los géneros. Por ejemplo, de la autoestima, es algo que todas estamos laburando siempre para estar fuertes, pero no es algo que nos sale naturalmente. Después pienso que todas somos iguales, en el sentido que todas tenemos un ciclo durante muchos años de nuestra vida y eso hace que nos pasen cosas diferentes a los hombres.­

-¿Cómo toma este espectáculo el público masculino?­

-Creo que se copan mucho porque es como estar en una charla entre amigas. Ahora hay un fenómeno en el que las minas, conversaciones que antes sólo teníamos entre nosotras, tal vez nos animamos a decirlas en un show o en las redes. Eso fue cambiando un montón. Yo justo estoy por cumplir 45 años, entonces me siento de otra generación, pero veo que las generaciones más nuevas eso lo toman con mucha naturalidad. Me parece que los hombres que vienen a ver un show de estas características, sobre todo los cuarentones para arriba, se sorprenden y dicen: `ah, yo no no sabía eso'. Hay un montón de cosas que nosotras las charlamos entre nosotras y ellos quizás ni enterados.­

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UN RESCATE­

-Junto con Malena Guinzburg, Connie Ballarini y Natalia Carulias, redefinieron el género stand-up en el país. ¿Cómo fue ese proceso?­

-Fue un poco cómico porque la vez que a nosotras nos convocan para `Comedy Central', para hacer `La culpa es de Colón' -pero de mujeres- en 2018, ellos nos venían a plantear cómo que nos daban una oportunidad por ser mujeres y nosotras hacía quince años que hacíamos comedia, pero para ellos era una novedad. Lo que siento es que cuando empezamos nosotras había pocas y ahora hay un montón de mujeres en esto. En su momento todos los grupos de stand-up eran de varones y hoy se abrió un mundo de igualdad espectacular. Ya nadie te va a decir como cuando recién empezábamos `cuidado porque no queda bien que una mujer hable de eso'.­

-¿Ese cambio tiene que ver con ya no reírse de las mismas cosas?­

-La verdad es que yo nunca me pongo en policía con eso. Cuando un amigo me hace un chiste con alguna guarangada le digo: `amigo te quedaste en el '94'. No es que le digo `ay, cómo vas a hablar asi'. Soy bastante benévola cuando alguien hace un comentario que es de otra época, siempre que sea un amigo; cuando es una mala persona ya es otra cosa. Y ni hablar de que ya no tiene nada de gracia que te hagan un comentario de ese estilo, aunque calculo que debe haber gente que todavía se ríe de eso.­

-¿El humor es la clave de la felicidad?­

-No sé. Yo me dedico a esto porque soy muy dramática y sufro bastante la vida cotidiana, entonces encontré que el humor aliviana un poco esa cosa tan densa que tengo de hundirme en mis propios pensamientos. A veces, ahí se te ocurre un chiste y le da un poco de luminosidad a todo eso. Es como un rescate, te salva de estar pensando por demás cosas sin sentido. Pero creo que la clave de la felicidad es estar contento con la vida que llevás día a día y si es con humor, genial.­