"No defiendo a mi personaje"

Martín Slipak asume el rol de un empresario inescrupuloso en 'El método Grönholm'. Junto a Marina Bellati y Rafael Ferro protagonizará desde el miércoles este clásico contemporáneo, dirigido por Ciro Zorzoli.

Martín Slipak lo conocimos cuando todavía era un niño y formaba parte de 'Magazine For Fai', un programa de televisión creado por Mex Urtizberea que terminó por convertirse en una suerte de semillero de talentos. Pasaron más de 25 años de ese momento y la carrera de Slipak ha ido en constante evolución. Cultor del perfil bajo, su trabajo avanzó a paso firme en teatro, cine y televisión. 

A días de estrenar 'El método Grönholm', el actor hace un alto en los ensayos de la obra que lo tendrá como uno de los protagonistas. En un bar frente al Paseo La Plaza, donde debuta este miércoles, pide un café con cardamomo y cuenta cómo vive los días previos. La obra, dirigida por Ciro Zorzoli, estuvo en cartel hasta hace algunas semanas con Benjamín Vicuña y Laurita Fernández, que ahora son reemplazados por Slipak y Marina Bellati. El elenco se completa con Rafael Ferro y Julián Cabrera.

-¿Cómo se siente integrando el nuevo elenco de 'El método Grönholm'?
-Primero, estoy contento con mis compañeros. Ciro Zorzoli es un director con el que siempre quise trabajar, desde que vi `Estado de ira', una obra que hizo durante muchos años, es un director que me interesaba. Siempre es muy movilizante la primera vez con un director que siempre te llamó la atención, porque muchas veces te encontrás con lo que te imaginabas y otras veces no. La verdad es que con Ciro es un placer absoluto porque es un gran tipo y además un gran director, así que la experiencia está siendo espectacular. A nivel humano es un equipo fantástico, es relajado, un placer. Después, siempre ocupar el lugar que alguien recorrió antes que uno es extraño.

DIFERENTES

-¿Siente la presión de ocupar el lugar que dejó Vicuña?

-No sé si es presión, es un poco inevitable empezar a compararse ciertas cosas. La verdad es que todavía no vi lo que le pasa al público conmigo; vi lo que le pasaba con Benjamín y era muy efectivo en lo que hacía. Entonces, en ese sentido, uno quiere estar a esa altura y que al público le ocurra algo positivo también con mi trabajo. Lo primero que me pasó a mí cuando lo vi a él fue decirle a Ciro 'yo no puedo hacer lo mismo, soy otro tipo de actor y no voy a hacerlo igual'.

-¿Cómo define a su personaje?

-Es un tipo que no tiene ningún problema en dejar los escrúpulos de lado para conseguir sus objetivos. Cree que debe mostrarse de una manera para conseguir lo que quiere en relación a la prueba que está haciendo una empresa para incorporar personal, y la verdad es que saca lo peor de él, lo más desagradable y racista. Es un personaje que se vuelve muy miserable y no tiene ningún problema en mostrarlo porque cree que el mundo empresarial debe ser así. La obra da muchos giros y finalmente vemos otra faceta del personaje, que tal vez es tan patética como la otra, pero que lo vuelve mucho más inseguro. Es muy interesante cómo la obra va dando giros y por ende los personajes van cambiando para poder jugar con esas diferentes facetas. Para mí es importante que la gente entienda que lo que hago tiene que ver con el texto y no conmigo. No defiendo nada de lo que el personaje sostiene.

-¿Conoció gente como esa?

-Todo el tiempo. En la industria audiovisual, cuando yo era chico veía mucho ese tipo de personajes; ahora por suerte hay cada vez menos.

-¿Qué cambió para que eso suceda?

-Hubo un cambio de paradigma con relación al trato con la gente. Cuando yo era chico, y antes también, se pensaba que el poder te daba derecho al maltrato y que uno iba a ascender si era maltratador. Eso me parece que hoy cambió y los maltratadores quedan expuestos; entonces hay cada vez menos lugar para este tipo de personas.

-¿Cómo construyó el personaje?

-Ya está muy bien contado por el texto, y cuando eso pasa no hay demasiado que hacer sino confiar en esa partitura. En ese sentido la obra está bien escrita; por algo es un clásico contemporáneo. Por otro lado, la actuación está mínimamente corrida de un realismo, entonces hay algo de lo que también nos reímos de esos personajes. De una manera muy sutil creo que los ironizamos un poco. Yo me río de la miseria de este personaje.

TEATRO Y TEVE

-¿Cómo ve la escena teatral actual?

-No sé en relación a los números. Pero para mí, lo que tiene el teatro argentino, que no lo veo en otras partes del mundo, es que brinda todo tipo de propuestas. Es como un gran sobreviviente de la crisis; es un teatro que incluso se alimenta de la crisis, más allá de que obviamente es muy difícil producir porque es muy caro. Lo que tiene de increíble esta actividad es que los teatristas argentinos nunca dejan de hacer teatro.

-Si bien usted viene trabajando con continuidad, ¿cómo ve la situación de las ficciones en televisión?

-Por un lado, es cierto que soy un afortunado porque tuve laburo en las series que se hicieron y estoy muy agradecido de eso. A mí me apena mucho lo que pasa, me parece que teníamos una televisión que producía ficción de mucha calidad y que la tevé de aire se empezó a jugar por otras cosas. Además, era una ficción que nos representaba mucho como sociedad, siempre, y se hacían cosas muy buenas. A mí me tocó estar en programas que socialmente fueron muy emblemáticos y de mucha calidad, como 'Tratame bien' o los programas que se hicieron con producción del Incaa. Me da mucha pena que ahora no se esté haciendo ficción producida por los canales, ahí perdimos algo. Por otro lado, cambió mucho la coyuntura con las plataformas, se parece más al cine cuando se filma. Eso es interesante porque te plantea la necesidad de que la calidad sea muy alta. Es una oportunidad que no debemos perdernos. Tenemos que dar lo mejor para que las plataformas sigan apostando a nuestro país. Es un cambio de paradigma en relación a la ficción y estamos en medio de ese cambio. No sé en qué derivará.

-¿Qué sueña para su carrera?

-Volver a dirigir teatro y algún largo alguna vez. Me encantaría dirigir una película, sí. Escribir y que me paguen por hacerlo, y seguir actuando en cosas que me gusten y poder elegir lo que hago, que es algo que estoy pudiendo hacer. Tengo una hija y ese es un factor que cuenta, pero dentro de todo hace varios años que se me da el hecho de poder hacer lo que me gusta, lo que realmente me interesa.