El actor y cantante es una pieza fundamental en el elenco de la obra que protagoniza Elena Roger en el Liceo­

Nacho Pérez Cortés, de los días­ con Spielberg al suceso de 'Piaf'­

Llegó a Buenos Aires hace diez años y desde entonces no paró de trabajar. Estuvo a punto de integrar el elenco de 'West Side Story', pero no se desanima. "La heterogeneidad del camino es lo que me atrae'', confiesa.­

­No todos los días una pieza teatral celebra cien funciones realizadas, habiendo convocado desde junio a más de 160.000 espectadores. Mucho menos cuando se trata de un regreso a escena trece años después del exitosísimo debut en la misma sala que ahora la cobija. 'Piaf' es un suceso sin parangón, por el tipo de obra de que se trata, por la descomunal actuación de Elena Roger encarnando al 'gorrión de París' y porque el equipo artístico completo dirigido por el inglés Jamie Lloyd se alineó para alcanzar tan magno resultado.­

Dentro de un elenco de sobresaliente desempeño, el de Nacho Pérez Cortés es un rostro nuevo (no estuvo en el estreno de 2009) que destaca por su solidez interpretativa en un reto que lo aleja de lo que se conocía de él hasta ahora. "Es un momento de gran aprendizaje para mí porque me sumé a una obra que ya venía con mucho recorrido y un prestigio ganado. Incorporarme a un trabajo ya probado y desarrollado de manera tan minuciosa era una verdadera prueba. Nunca había hecho una obra tan sutil y estoy aprendiendo mucho de eso'', confiesa el actor, cantante y bailarín en diálogo con La Prensa. "Acompañar a Elena te da la pauta de cómo se trabaja en el nivel más profesional, no sólo en cuanto a lo que se necesita para que las cosas salgan bien sino por el modo en que ella está ahí brindándose a nosotros todo el tiempo. Es muy difícil encontrar una cabeza de compañía que te haga ser mejor cada día''.­

 

-Le toca interpretar diversos roles. ¿Cuáles el más comprometido?­

-Creo que lo más difícil que me toca hacer en la obra es cantar a capella. Parece algo sencillo pero no lo es y requiere de mucha introspección. Hay que buscar adentro de uno para contar esta historia. Eso es lo rico, la invitación constante a buscar más verdad dentro de nosotros. Por otra parte, hacer tantas funciones semanales requiere también un enorme entrenamiento.­

-Es amplia la paleta de emociones que le toca transitar.­

-Es cierto. Los roles vienen predeterminados desde Londres, son así. Los actores, más que tal o cual personaje cubrimos determinado rol. Que en mi caso incluye, entre otros personajes, a Raymond Asso, el primer maestro de Piaf y quien le dio las herramientas que la convirtieron en un ícono (el vestido, el repertorio, los movimientos); e Yves Montand, un gran amor de Edith.­

 

­BERNARDO­

Con una profundidad poco habitual para un artista tan joven y con tanta experiencia en la escena comercial, Pérez Cortés reflexiona sobre lo fortuito de las cosas y el modo en que pudo audicionar para 'Piaf' siendo que en el momento de la convocatoria se encontraba rodando una película entre Mar del Plata y Necochea. "Justo pude estar, y justo pasó que Pablo Grande (quien cubrió el mismo rol en 2009) avisó que no la haría; esas coincidencias hacen que lo valore mucho más'', admite. Para estrenar 'Piaf' el actor debió abandonar anticipadamente 'Así...vuelvo', el music hall de Aníbal Pachano, luego de sendas temporadas en Villa Carlos Paz y en el porteño teatro Regina. Pero no se fue de la obra con las manos vacías, no.­

-Ganó los premios Hugo y Carlos por ese trabajo, y de inmediato se sumó a 'Piaf', una propuesta que parece en las antípodas de lo que venía haciendo.­

-Celebro lo que me toca aprender en cada situación. Realmente es el camino opuesto el que hice desde mediados de año. En 'Así...vuelvo' Pachano nos dio mucha libertad de experimentar, de probar cosas distintas en cada función. Era todo muy dinámico. Y en `Piaf' es todo lo contrario. Hay un diseño marcado por el director que no permite más opciones. La búsqueda de mantener viva la función es más bien interna, mental si se quiere.­

-¿Es su trabajo más importante hasta ahora?­

-Por todo lo que moviliza en la gente considero que sí. Nunca había trabajado con un director inglés, por ejemplo. Si bien había estado en los Estados Unidos, trabajar con Jamie y con Elena, en este teatro, en esta obra, en el regreso de 'Piaf' después de trece años, es lo más grande que he hecho.­

-Cuénteme de la experiencia norteamericana.­

-En 2018 se estaba armando el elenco para la película 'West Side Story' y audicioné desde Buenos Aires. De pronto me avisan que en una semana debía estar en Nueva York porque Steven Spielberg me quería ver para el rol de Bernardo. ¡Imaginate! Un mundo completamente nuevo para mí: de no haber filmado nunca a volar a Hollywood para encontrarme con Spielberg. Viajé y participé de un workshop de tres días con Justin Peck, director del Ballet de Nueva York; con Tony Kushner, guionista de la película, y con la coach vocal Jeanine Tesori. Eramos muy pocas personas, y ahí lo conocí a Spielberg. Esa audición derivó en otras dos, de manera que ese año viajé tres veces, en mayo, julio y noviembre. La verdad es que fue una bisagra para mí, tanto en lo personal como en lo profesional. De verdad no sabía si podría estar a la altura de semejante reto. La última audición la hice con los actores que finalmente quedaron para Anita y Bernardo (Ariana DeBose -ganadora del Oscar por ese papel- y David Alvarez). Al año siguiente vino la respuesta de que no quedé y fue otro camino de aprendizaje el hecho de aceptarlo. Pero haber vivido un día de rodaje con Spielberg fue una experiencia irrepetible.­

-Lo tenía escondido.­

-Hice un pequeño posteo en su momento y si alguien me pregunta lo cuento. Pero bueno, en definitiva es una audición en la que no quedé. Fue mi manera de procesarlo. Mi camino por ahora no era ese.

 

DESAFIO­

Santafesino de General Lagos, Pérez Cortés está cumpliendo diez años de residencia en Buenos Aires. En 2012 protagonizaba 'Nazareno Cruz y el lobo', una adaptación de la película de Leonardo Favio, en el teatro El Círculo de Rosario, cuando se enteró que la obra había sido convocada para realizar funciones en el Cervantes. Fue para él un primer paso decisivo en la Capital.­

En el circuito comercial porteño su primer trabajo relevante fue en 'Más de cien mentiras', el musical con las canciones de Sabina, en el Liceo. "Es un flash que se cumplan diez años de aquello y volver a estar ahora acá haciendo `Piaf''', se entusiasma. A lo largo de una década intercaló trabajos en teatro de prosa ('Filomena Marturano', 'La reina del pabellón'), musicales ('Priscilla, la reina del desierto', 'Rocky Horror Show', Amado mío') y televisión ('El maestro', 'Pequeña Victoria', 'Bailando por un sueño'). "Son todas cosas para las que me formé. La heterogeinedad del camino me atrae, es lo que me desafía cada día'', sentencia.­

­