Ambición Mundial

Mientras por estas horas los amantes del fútbol esperamos con ansias que se pongan en marcha los cuartos de final de la Copa del Mundo, sin duda la etapa más apasionante de la competencia más apasionante, los dirigentes de la FIFA van más allá. Trabajan pensando en aumentar la recaudación. Ambiciosos como siempre, no se conforman con la mina de oro que manejan desde hace años y que tentó a un buen grupo de ellos a llevarse lo que no les correspondía. Escándalo que estalló con el FIFAgate y que dejó condenas, renuncias, sospechas, vergüenza. Por estas horas es un hecho algo que habían instalado desde hace tiempo, pero no terminan de confirmar, quizá alegando un falso pudor: el próximo Mundial, que se disputará en México, Estados Unidos y Canadá de manera conjunta, contará con 48 seleccionados, en lugar de 32. Dicen que lo confirmarán más adelante, que tienen que pulir detalles de cómo será la cuestión. Pero que lo harán. Una locura.

Claro que no se tratará de una locura linda ni justificada. Obviamente que desde la FIFA tienen pensados sus argumentos para tamaño (e innecesario) cambio. Desde la casa madre del fútbol mundial hablarán de la necesidad de sumar países a la fase final de la competencia más bonita para que haya un mayor desarrollo del fútbol y mejores oportunidades para todos. Más pantallas encendidas, más dinero... Bingo.

No les alcanza a quienes llevan adelante el circo con la presencia de 32 seleccionados en la fase final. Porque lo que estamos viendo ahora, en Qatar 2022, es la definición de un campeonato que se juega cada cuatro años, pero que empieza a disputarse mucho antes y en el que participan todos los países miembros de la FIFA, cada uno desde su confederación, en interminables Eliminatorias que se disputan, al menos, durante dos años.

Un dato: las próximas, para el Mundial 2026, comenzarán a jugarse dentro de tres meses. Sí, en marzo de 2023 arrancarán las Eliminatorias sudamericanas y algo similar ocurrirá con las que se desarrollen en cada uno de los continentes.

Es decir, el Mundial se disputa siempre, todos los años. La maquinaria no se detiene nunca. Es cierto que esta vez se juntó un poco el arranque de la clasificación con la final de Qatar 2022 (que será el 18 de diciembre) porque esta Copa se jugó de manera inédita en esta época del año por el calor árabe, pero, si no, hubiera habido apenas un puñado de meses más de descanso. Apenas eso.

Al fútbol le siguen dando cachetazos. Subidos al lema de la inclusión y la integración que tan buena prensa tiene, los popes de la FIFA muestran un hambre voraz. De hecho, ya tienen en mente hasta las maneras en que se definirá el próximo Mundial en la parte Norte de América. Cuentan con dos formatos posibles: uno, en el que habría 16 grupos integrados por tres seleccionados cada uno y, otro, que se disputaría con doce grupos de cuatro equipos. Claro que esas ideas pueden sufrir algunas modificaciones de acá hasta que se haga el anuncio oficial, que no debe ni puede pasar del año próximo. Lo que no se cambiará es la decisión de ampliar la cantidad de aspirantes al título.

A nuestro devaluado campeonato local, conocido extrañamente como la Liga Profesional de Fútbol, lo destruyeron cuando le agregaron equipos. Lo destrozaron. Hicieron que el torneo contara con 30 clubes en un momento y luego hicieron mil planes que no pudieron cumplir, para que vuelva a parecer una Liga normal, de 20 equipos, 22, 18. Como son todos los campeonatos más o menos serios del planeta, en realidad. Pero no pudieron. Chiqui Tapia sigue prometiendo que, con el paso de los años, serán menos en Primera de los que existen hoy (el próximo campeonato arrancará con la presencia de 28). Pero llegado el momento de aplicar los descensos, los reglamentos se alteran mágicamente a último momento porque nadie se anima a ordenar el desorden.

Lo que está claro es que, así, el producto, está cada vez más deteriorado. Son muchos los equipos y el fútbol se equiparó, pero para abajo. Y ya nadie lo puedo levantar. No vaya a ser que con los Mundiales comience a suceder algo similar. ¿No será que a la FIFA la asesoran desde la AFA?