Renault Alaskan Confort: una "chata" laburante

En la gama de la pick que se fabrica en Córdoba, el primer nivel de equipamiento ofrece prestaciones acordes a la exigencia del trabajo diario, sin lujos ni sistemas sofisticados.

Hace tres años, Renault decidió comenzar a participar en el segmento de las pickup medianas, uno de los más competitivos del país.

Con el lanzamiento de la Alaskan, la automotriz francesa puso en la calle un producto que está a la altura de modelos que llevan años en el mercado local. 

Con ocho opciones distintas, la gama comienza con la Alaskan Confort, que se vende con tracción 4x2 o 4x4 y transmisión manual o automática.

En esta ocasión es la todoterreno AT la que capta la atención. 

Se trata de un vehículo pensado para trabajo diario, exigente, y por eso Renault concibió un producto confiable, lejos de toda sofisticación.

Su diseño exterior es bastante austero. Sin estribos, barrales de techo ni barra San Antonio, el lateral se muestra monocromático. Lo único que rompe esa hegemonía son las manijas, en un pequeño marco en las ventanas y  del logo indicador del motor, todo de color negro.

Las llantas de chapa de 16" son otra prueba de que el lujo no está incluido.

En la parte delantera, este modelo se presenta robusto e imponente. Sin líneas refinadas, la parrilla de grandes dimensiones alberga un gran rombo de Renault en el centro. No hay detalles cromados, salvo por la “sonrisa” ubicada debajo de la parrilla. Las luces rompenieblas están enmarcadas por un cuadrado tridimensional negro lo que termina de conformar un frontal imponente.

Si se observa la parte posterior se lee en nombre del modelo en el portón de la caja. Este es de un plástico símil cromado al igual que el rombo de Renault. El paragolpes trasero es negro, y los faros se ubican en los costados con diseño vertical

No hay extras de ningún tipo en la imagen de la Alaskan Confort.

 

El HABITÁCULO

En la misma línea del concepto “laburante” el interior viene bastante “pelado”. Aquí se observan más similitudes con la Nissan Frontier (ambas se fabrican en la planta cordobesa de Santa Isabel). El volante multifunción, regulable únicamente en altura, por ejemplo es casi un Nissan.

El sistema de audio cuenta con lector de CD, por si hay algún nostálgico interesado. No hay una pantalla en la consola central, y eso retrotrae los estándares de diseño a años anteriores, en los que los vehículos carecían de tal tecnología.

El espacio interior es muy bueno. No solo en las plazas delanteras, sino también en de atrás. Hay un gran espacio para las piernas y la altura del techo es generosa. Nadie viajará apretado en el habitáculo de la Alaskan Confort.

Un punto criticable, no solo de este modelo, sino de camionetas de entrada de gama de otras automotrices también, es que los espejos exteriores no tienen comando de regulación: ni eléctrico, ni mecánico. O sea, no hay ninguna perilla o palanquita que ayude a mover los espejos, por lo que hay que hacerlo manualmente, sobre la superficie del vidrio. Es cierto que por su gran tamaño, la necesidad de cambiar de posición los espejos no es tan común. Pero en el caso de que haya que hacerlo, hay que bajar la ventanilla y usar los dedos.

Las butacas son cómodas y poseen tapizados de tela. Esto garantiza un buen nivel de confort ya sea para un viaje largo o para una jornada de trabajo prolongada.

 

RENDIMIENTO

El propulsor de la Alaskan Confort es el turbodiésel 2.3 de 160 CV y 403 NM de par. Cabe destacar que en el resto de la gama se ofrece el mismo motor, pero con biturbo, por lo que la potencia crece hasta los 190 caballos. Estpa asociado a una transmisión automática de seis marchas y tracción 4×4.

Más allá de eso, esta versión cuenta con una ventaja. Es la que más capacidad de carga posee de la familia. Con 1.115 kilos, ofrece más que la tope de gama (982).

En cuanto a su andar, la pick up cordobesa es bastante ruidosa y saltarina. Se desenvuelve mejor en caminos hostiles que en las calles de una ciudad.

En ruta, posee con buen confort de marcha y las oscilaciones de la cinta asfáltica hacen que el vehículo tenga un movimiento similar al de mecer una cuna.

La velocidad máxima de esta “chata” es de 178 kilómetros por hora y acelera de 0 a 100 en 12 segundos. Su consumo es de 9,2 litros cada 100 kilómetros, en ciclo mixto.

Ya quedó claro que la Alaskan Cornfort no tiene ningún sistema de última generación. El modelo posee aire acondicionado, levanta cristales en las cuatro puertas, radio con reproductor de CD y conectividad por Bluetooth para audio y telefonía (no hay pantalla ni elementos multimedia), toma de 12 V, un puerto USB, cierre centralizado de puertas con mando a distancia, tapizados en tela y poco más.

En lo que hace a seguridad, está casi igual de equipada que el resto de la gama: escasa. Dos airbags, frenos con ABS y EBD, asistentes de frenado de urgencia y de arranque en pendiente, controles de estabilidad (ESP) y tracción (TRC), anclajes Isofix, inmovilizador de arranque antirrobo, diferencial de deslizamiento limitado (B-LSD), y aviso de cinturón de seguridad sin colocar para conductor y acompañante.

Se puede decir que la camioneta cuenta con lo justo y necesario.

La Alaskan Confort, es una camioneta resistente y confiable. Posee la capacidad de soportar duras jornadas de trabajo y sortear caminos hostiles. Pero sin dudas su objetivo es el de rendir para el trabajo más que para el placer.